¿Qué haces ahí, que llevas un rato sin apartarte del escaparate?, exclama la niña del cuadro. Él hace un gesto de encogerse de hombros, mientras frota una pequeña peonza que tiene en la mano. No sé, te miro. ¿Me miras a mí o a la muñeca? Bueno, a las dos. La chica: pero la muñeca, por muy de porcelana y valiosa que sea, no tiene vida. El niño está a punto de responder que ella tampoco, que es una pintura que alguien ha puesto ahí, pero se lo piensa mejor. Es verdad, esa no sonríe ni se mueve ni es tan dulce. Pero tú...Yo tengo media sonrisa solo. ¿Te digo un secreto? Soy una niña que murió hace tiempo y mis padres no quisieron aceptarlo. El chico pone cara de sorpresa. No sé qué es morirse. Ni falta hace que lo sepas, aunque si te soy sincera me entero de todo y no me entero de nada. Pues yo te veo viva. Te lo parece porque imaginas y me imaginas porque te he gustado. Eso de imaginar se lo he oído decir también a algunos mayores, dice él. Por supuesto, hay muchos mayores que se llenan de fantasías la cabeza. Luego te cuentan que los niños son los más imaginativos del mundo pero los mayores no lo son menos. Y todo eso ¿cómo lo sabes? ¿No te he dicho que veo de todo y no veo de nada? El niño le ha cogido confianza y está preguntón. ¿Es como si los mayores no hubieran dejado de ser niños? La niña amplía la sonrisa, está a punto de no caber de gozo. ¿Quieres que te lo demuestre? Él asiente. Pues sí, mira, yo ahora mismo te he mentido. El niño pone boca de buzón y calla. No soy una niña que ha muerto sino que ha crecido, o sea, que ya no soy niña. ¿Ves cómo nos gusta seguir fantaseando cuando nos hemos hecho mayores?
Vamos, chavea, deja de estar en las nubes, reclama el abuelo. Que lo que ves ahí son cosas caras. Es que he estado hablando con la niña, abuelo. ¿Y qué te decía? No puedo contarlo, es un secreto entre ella y yo. Ríe con espontaneidad el hombre. Imaginaciones tuyas, muchacho.
No es tan imposible como pueda parecer, la imaginación de un niño es capaz de inventarse un amigo imaginario que le ayuda a reflejarse y a confrontarse consigo mismo. Saludos.
ResponderEliminarEn parte vive de amigos imaginarios, suele suceder con los hijos únicos sobre todo, y no solo con ellos.
EliminarY por qué no, la imaginación es bien libre.
ResponderEliminarEs díscola, ocurrente o caótica, pero fluye como la realidad, también es realidad.
EliminarImaginación, sueños e ilusiones. Que nunca se nos escapen. Aferrados a ellos vivimos. Un abrazo
ResponderEliminarTan aferrados que en ocasiones pueden desatar situaciones melancólicas.
Eliminary El niño contesta:
ResponderEliminarEs que tú eres muy mayor para entenderlo. Cuando seas niño lo entenderás todo.
😜
Abrazoo
Genial. Pero ojo que hay viejos muy zorros. Y saben ser niños. Mi abuelo y yo nos intercambiábamos cosas, lápices, bolígrafos, una agenda...
EliminarYo sé algo de eso.
ResponderEliminar¿Lo del intercambio o lo de la astucia?
EliminarY yo puedo corroborar lo que dice Noxeus
ResponderEliminarUn testigo con conocimiento de causa.
EliminarQue maravillosa es la imaginación de los niños, una imaginación que a veces cobra vida. Precioso relato, me ha gustado mucho.
ResponderEliminarUn placer leerte, Fackel.
Un fuerte abrazo.
Conviene no perderla cuando estiramos, echamos carnes y no te digo peinando canas. Gracias, Rita.
Eliminarprefiero la imaginación de los hombres ....
ResponderEliminar¿Cuánto tiene la imaginación de los hombres como reflejo de los niños que fueron?
EliminarNo es fácil ser diferente y buen escritor
ResponderEliminarSé vos mismo
será lo mejor.
Uno solo escribe aquí por capricho de uno mismo.
EliminarQué emotivo regreso a la infancia a través de los ojos de un niño. Y es que ese diálogo entre cuadro y niño existió, seguro.
ResponderEliminarUn abrazo
Imaginémoslo, es lo más probable. Piensa que gran parte de lo que piensa un niño -o un adulto- permanece oculto y solo sale al exterior una parte digamos adaptada a las reglas de juego y lo convencional, y a la necesidad, por supuesto.
EliminarNo dejamos de ser, supongo. A los niños que éramos, se sumamos luego el adolescente, el joven, el maduro... Prefiero pensar que ampliamos el ser más que aceptar que dejamos de ser.
ResponderEliminarMe gustó la historia que construiste a partir de la fotografía
Besos
En efecto, me ha gustado mucho esa idea: ampliamos el ser, aunque nunca tengamos claro qué es ser y si llegamos a completar el ser. Para algunos ser es atravesar ciclos, para otros vivir la intensidad del momento, para otros la acumulación de experiencias (nuestro particular acervo íntimo e intransferible), para otros perseguir una entelequia que llaman ontológica, etc. Pero ¿te das cuenta de que hay un hilo conductor, el imaginativo, a lo largo de los años de un individuo? (Hay fotografías olvidadadas que se rescatan y dan para muchas reflexiones, siquiera inventando una historia mínima) Bien por pasarte.
EliminarY ¡vaya que sí!. Recuerdo a mi padre y pese a sus años le gustaba contar historias más que fantásticas, un tanto imposibles, pero muy entretenidas. Mi viejo nunca perdió la capacidad de imaginar y de crear un mundo alterno que disfrutaba. Decía Pablo Neruda que el niño que no juega no es niño, pero que el hombre que no juega perdió para siempre al niño que vivía en él y que le hará mucha falta…
ResponderEliminarAbrazos Fackel
No andaba descaminado el poeta Neruda, y tu padre estaba sumamente acertado. Pero hay maneras y maneras de jugar de adultos, las más importantes para mí las fantasiosas e imaginativas. Saludo., Tatiana.
EliminarQue la tenga y no la pierda jamás, así algún día comenzará a escribir, como muchos de nosotros.
ResponderEliminarSaludos,
J.
Esto de escribir, me haces pensar, ¿es un recurso de sobrellevar lo cotidiano, un vínculo con el tiempo pasado, un ejercicio de renovación de nosotros mismos en el que y por el que nos sentimos vivos? Etcétera. Los niños están hoy muy interferidos y no sé qué márgenes imaginativos tendrán. Salud.
EliminarMolt bo aquest final. James Matthew Barrie deia que res no val la pena més enllà dels dotze anys. I Ana María Matute que "La infància és vital, perquè l'home és el que queda del nen". D'aquí que no me'n treiguin!
ResponderEliminarBarrie...así de Peter Pan se quedó él seguramente. Muy maximalista. Más reflexiva encuentro a la Matute. Aunque no sé siquiera si luego somos apéndices de la infancia.
EliminarFáckel:
ResponderEliminarese amigo "invisible" es... ¿un ángel? ¿la proyección del yo que querríamos? ¿un engaño para sosegarnos? Un día, sin saber cómo, desaparece.
Salu2.
Oye, pero ¿no llevamos a lo largo de los años esa misma proyección del yo porque siempre queremos más y probar incluso de otro modo?
EliminarMe gusta mucho la pintura que ahora preside tu blog. Esa pequeñez que extiende los brazos al universo, parece capaz de adentrarse en lo desconocido e inmenso que tiene por delante.
ResponderEliminarY vaya historia, me ha dejado perpleja y me ha encantado esa comunicación que seguramente es el primer filosofar de la infancia, que si no se pierde con las décadas, es un tesoro. Comunicarnos con todo lo que se nos presenta y permitir que nos impregne de ideas o sensaciones, es importante creo yo.
Aún no me despido, seguiré ojeando más entradas.
Esa pintura pertenece al imaginario simbolista de William Blake. En realidad he recortado la mitad superior de manera descarada, porque el cuadro no es completo. Es mucho más poderoso.
Eliminarhttps://fr.m.wikipedia.org/wiki/Fichier:Pity_by_William_Blake_1795.jpg
William Blake es casi inclasificable, al menos diferente a todo, pues no solo pintó sino que escribió y es un poeta particular, muy simbolista y muy rompedor.
https://es.wikipedia.org/wiki/William_Blake
Gracias por leer aquí tanto (menuda panzada)
https://laantorchadekraus.blogspot.com/2006/11/urizen.html
EliminarSin querer tu comentario me ha remontado a una entrada de hace muchos años donde salía una cita de 'El libro de Urizen', de William Blake. Lo que no me esperaba era encontrar que mi texto estaba escrito unos poquísimo días antes de que muriera mi padre. Me he sobrecogido, pero ¿ves? este tipo de recuerdos y repasos es lo que cuenta, no los convencionalismos de una fecha anual.
He ojeado las pinturas y escritos de Blake, me he tomado mi tiempo, desde luego "inclasificable" es la palabra. Salvo alguna que otra excepción, encuentro su obra compleja y confusa. No obstante, me ha gustado saber de él, gracias!!
EliminarHe leído la entrada de la cita y me acerco ahora para dejar un comentario.
Es un mundo particular cargado de simbolismos. Muy de su época, pero anada arcaico. Es confusa su obra acaso para nuestra mentalidad más lineal, pero es que el mundo imaginativo siempre va más allá.
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