¿Te gusta esta carne de perro, Grigori? No sé si me gusta, camarada. Nunca la había probado. Yo tampoco, pero o nos la comemos o pasamos de famélicos a inertes para siempre. Hay un truco para esto, Grigori. ¿Ah, sí? No lo hubiera imaginado. Todo consiste en que cuando no hay otra cosa y tienes que sobrevivir, la memoria de lo comido durante toda nuestra vida se impone. Y qué adelanto yo. Adelantas, Grigori, que debes convencerte a ti mismo de que estás comiendo guisos o asados que hacía tu madre Un ejercicio difícil, aquello sí sabía a gloria. También nos parecía un imposible que pudiésemos comer carne de gato o de rata y es parte del menú si pillamos a los animales a mano. Tierna o no, con otro gusto al que nuestros estómagos no estaban acostumbrados, lo verdadero es, Grigori, que o lo comes o te vas al infierno por vía propia, no porque los alemanes te metan metralla. Parecería al menos más heroico si me acertara uno de sus disparos, camarada. ¿Y esto no es heroico? Resistir día tras día, semana tras semana, mes a mes. ¿Cuánto tiempo llevamos así? ¿Dos años o más? He perdido la cuenta, camarada, para qué contar. A veces me pregunto si no hubiera sido mejor que todos hubiésemos abandonado la ciudad. ¿Es que nos lo hubieran permitido los nuestros, Grigori? Además marcharnos, ¿a dónde? Tampoco era cuestión de dar el gustazo a los teutones dejándoles el suelo para ellos solos. Claro que de la heroicidad no se vive. El que no está pereciendo por hambre se muere enfermo o desesperado pone fin voluntariamente a su vida, como hacen otros aunque no se hable de ello. ¿Sabes que en casa de Lev, o mejor dicho entre las ruinas de aquel edificio, han comido algo inimaginable, lo que jamás podríamos pensar que se está comiendo? Algo he oído, y nos parecía que era cosa de tribus primitivas, camarada. Hasta que extremos hemos llegado. ¿No lo prohíbe la religión o la moral? Me horrorizas lo que me confirmas. Pues no descartes que no nos suceda también a nosotros, Grigori. La religión y la moral sucumbieron hace tiempo ante este destino cruel, si bien todavía tanta gente se refugia en lo que ha perdido. En los recuerdos, en sus creencias ancestrales, en el anhelo de un orden nuevo que aguanta como puede y del que muchos, si me lo permites, Grigori, tampoco estamos satisfechos. Agáchate, que esta viene directamente hacia nosotros.
(La explosión corta el diálogo)
He leído con suma atención esta entrada, y por supuesto su corolario:" Vladímir Putin, su casta y su Estado Mayor, y la sociedad rusa actual deberían recordar la barbarie que sufrió la ciudad de Leningrado" .
ResponderEliminarCreo que no lo valorará, no es que sepa mucho de estrategias, pero se me da que si Putin para la guerra lo destronarán del poder, y ya sabemos lo que es eso para un oligarca, su ruina anímica.
La guerra acabará cuando los EEUU vean que Rusia se ha quedado exhausta de hombres jóvenes y de recursos propios. Será entonces, a mi parecer, que comida la torre china, el rey EEUU y el rey mandarín reanuden conversaciones para unas posibles "tablas" en el tablero de ajedrez mundial.
Salut
Los deseos de uno no confluyen ordinariamente con las realidades, y menos con estos asuntos de altura. Pero pienso, mientras está teniendo lugar esta guerra de invasión en Ucrania, pienso tanto en los padecimientos de los rusos durante la Segunda Guerra Mundial que no puedo por menos sorprenderme de que se hayan olvidado los viejos sufrimientos. Pero ya sé que las cosas van por otro lado y no hay una explicación simple. No me atrevo a arriesgar más opinión.
EliminarMientras la sociedad rusa y el estado Mayor, con putin o sin él, sean la misma cosa u opinen igual, será más fácil que el olmo dé peras. Murieron 20 millones de rusos, por diversas causas según refleja el diálogo, y eso que ganaron.
ResponderEliminarA raíz de la diera que sugieres quepracticaban en casa de Lev, te comento una cosa que me explicó un compañero de trabajo hace bastantes años. Musulmán de tetuan, o cerca, me explicaba que los hombres que no van al cielo, o donde sea en el islam, se reencarnan en cerdos, y que por eso los musulmanes no comen cerdo,porque sería canibalismo. Esto se lo he comentado a slgun musulmán y me dicen que es la primera vez que oyen algo parecido. Me llamó la atención porque coincidió con que comenzaban a comentar que los cerdos son los mejores candidatos para trasplantes en humanos. No era un tío de inventarse cosas, pero quizás estaba mal instruido, no sé.
Abrazoo
«Sepan que [Dios] les ha prohibido [consumir] solamente la carne del animal muerto por causa natural, la sangre, la carne de cerdo y la del animal que haya sido sacrificado invocando un nombre distinto al de Dios.» (Corán 2:173)
EliminarSi Alá lo dice...
Ah. Y se me olvidó preguntar si el diálogo quedó cortado ocasionalmente, o quedaron "inertes para siempre"?
ResponderEliminarNo me digas que es final abierto
Si el obús no les pilló, podría ser abierto; si les machacó, saca conclusiones.
Eliminar(Mi padre tuvo relativa suerte cuando la bomba de un raid causó muertos en su entorno y él solo resultó seriamente herido, por ejemplo. En este caso el final fue muy abierto)
En situaciones desesperadas todo vale para sobrevivir, imagino que no ves las monerías del perro ni los bigotes de un gato e incluso ante el desespero, puede que ni tengas en consideración al vecino del 5º
ResponderEliminarLas mascotas serían muy útiles, desde luego. Conviene tener bien alimentada a la mascota.
EliminarPor cierto de Putin y su corte de asustados seguidores, no esperes nada coherente.
ResponderEliminarHay algo de misterio o acaso dudosa información (los USA y el MI6 no cuentan todo lo que saben y analizan) sobre si los planes de los rusos son coherentes, pero no se sabe si da más miedo que tengan coherencia o que no la tengan.
EliminarAsombrosa la dirección por parte del finlandés Klaus Mäkelä, de 27 años, aunque en este vídeo tenía 3 años menos. Emocionante y sentida interpretación por parte de la orquesta. La vida y la humanidad merecen la pena cuando ves este tipo de trabajos.
ResponderEliminarPues sí, Anónimo, también a mí me ha impresionado la entrega del director, el arte de adelantarse un pelín a los acordes tan coordinados.
EliminarSufrimientos, sin sentido. Pero lamentablemente , no quedan más peras tampoco en los perales de la razón.
ResponderEliminarTodo sufrimiento tiene y no tiene sentido. Sentido de beneficio para unos y sentido de desgracia para otros. Solemos hablar de muchas acciones y conductas humanas que son un sinsentido, pero puede ser percepción subjetiva. Supongo que Hitler quiso conquistar Leningrado en corto plazo y se tiró con un asedio de casi dos años y medio y salió derrotado, al precio altísimo de la destrucción y la muerte, incluidos muchos de sus soldados.
EliminarFáckel:
ResponderEliminarmuy bien traído este diálogo. ¡A ver si le llega a Putin! ¡Maldito sea ese sátrapa ególatra!
Salu2.
Si hubiera puesto en el titular de la entrada el nombre de ese personaje es probable que le llegara. Todo pasa filtros por los servicios de información de las agencias. Pero tampoco me iba a hacer caso. Preferiría que se enterara la sociedad rusa. En fin, hablar por hablar.
EliminarUn diálogo espeluznante. Aunque... seguramente la realidad fue peor. La guerra actual de Ucrania es algo absurdo e inimaginable hace tan solo dos años.
ResponderEliminarLos líderes guerreros solo piensan en sus razones. No escuchan.
La realidad fue muchísimo peor, un infierno, como lo fue Stalingrado y tantas ciudades asediadas y destruidas. Está muy analizado el tema e incluso hay filmes muy buenos donde se refleja aquella barbarie.
EliminarConviene recordar que los líderes guerreros tienen el respaldo constitucional y de las sociedades. Pensemos en ello.
Vivir y asumir las responsabilidades ya es una heroicidad, a menos de que llegue aquí transportando la osamenta de la espalda de un lado para otro y convencido de que a venido a este mundo a pasar unas vacaciones, y además tener a alguien que se las pague.
ResponderEliminarSalud.
Francesc Cornadó
Pero hay responsabilidades que no sabemos o no podemos o no queremos asumir y que nos inducen a sentirnos perdidos. El período que está atravesando una cierta Europa de estabilidad y no guerra (hasta ahora) ha generado una visión simplista de que la vida es miel sobre hojuelas y ahora que se ven las orejas al lobo la capacidad responsable, incluso para pensar, brilla por su ausencia o muy limitada.
EliminarLa entrada parece sugerir que para sufrir menos resulta imprescindible analizarlo todo desde los parámetros de la supervivencia, y eso en la dieta se traduce como proteína, grasa, hidratos, fibra, etc. Asi las cosas, la carne de los cadaveres humanos debería ser aprovechada para alimentar tantas alimañas salvajes al borde de la extinción. Así se celebran los funerales en el Tíbet, y me parece razonable tras cargar con el cadaver hasta las cumbres.
ResponderEliminarLas guerras las deberían dirimir a puñetazo limpio entre los viejos líderes de las naciones dirimentes y sus gabinetes. Así no solo se procuraría el jolgorio de las naciones en guerra sinóptica el alimento de aus otros depredadores no recionales.y lo más importante se salvarían muchísimas jóvenes vidas inocentes.
No conozco el tema de la antropofagia a fondo, ni qué parte de necesidad de supervivencia y qué parte de ritual hubo en las sociedades primitivas. Los casos extremos plantean la supervivencia a cualquier precio.
EliminarLas propuestas ingenuas no nos las creemos ni nosotros. Piensa además que las grandes empresas vinculadas a producir armamento y los sectores militares son un holding de tamaño gigantesco.A ver quién pone cascabel al gato. Además se nos ha vendido siempre la imagen de un enemigo, en puertas, en ciernes o simplemente como factor posible, que en nuestro imaginario personal y colectivo es muy asumido.
Fue un asedio salvaje. Sin duda hubo canibalismo, pero es que el hambre es muy difícil de superar y engañar, prejuicios o no previamente.
ResponderEliminarUn abrazo
Las guerras no traen nada bueno para nadie, dice un dicho vasco. Frase moderada, porque las guerras traen y llevan lo peor de lo peor de la especie humana.
EliminarSe me ha metido en la cabeza que es muy posible que sea cierto esos rumores periodísticos de que Putin tiene un cáncer metastásico. Y después de una vida repleta de actos criminales y al ver que pasará a la historia como un fracasado en sus ideales expansionistas, pienso que quiere morir matando.
ResponderEliminarSi hay algo de eso ya se verá. No creo que esta guerra vaya para corto plazo. Y el mundo se sigue calentando, y no solo por el clima (noticias de hoy en las Américas)
EliminarTodos sabemos que cuando el hombre se enfrenta a la disyuntiva de sobrevivir o, seguir al pie de la letra sus convicciones religiosas, políticas o sociales, prima lo primero y, lo más terrible de las guerras es que conocemos su inicio, pero ignoramos su término. Recuerdo los primeros días y, en los noticieros de mi país era tema de primera línea. Largas exposiciones y comentaristas internacionales eran invitados a diario, pero de a poco se fue diluyendo, diluyendo y, ahora, con suerte alguna referencia al respecto.
ResponderEliminarDel señor Putin, ¡qué decir!...también he leído que al parecer padecería de una enfermedad terminal que le impediría ver todo con mayor claridad.
Abrazos
Putin nunca actúa solo, como todo dictador. ¿Tampoco la casta militar ve con claridad? ¿Ni su partido, ni la Duma, ni la sociedad rusa o al menos una parte de ella? Las cosas graves no se originan de un día a otro y los que actúan a largo plazo saben ir colocando peones, recortar libertades, encarcelar a opositores o invadir las sedes de un parlamento, como vimos ayer en Brasil. No libro de responsabilidad a uno solo de los ciudadanos de cualquier parte que por pasividad o complicidad permiten las barbaries. Naturalmente, esto habría que detallarlo. Salud, Tatiana.
EliminarLa historia de la humanidad se llena de crueles asedios en los que la supervivencia diaria es el objetivo heroico de las personas. Me sobrecogen las imágenes de las personas que se mantienen, bien por voluntad propia bien porque no les ha sido posible escapar, en un ambiente tan hostil. Siempre me interrogo a mí mismo qué haría en esos casos.
ResponderEliminarDe forma paralela, el ser humano es capaz de la belleza como en la pieza que nos regalas. Hasta en los momentos de mayor dolor.
Es un enigma saber cómo nos comportaríamos en ese tipo de situaciones extremas. Puede que nos sorprendiéramos y resistiésemos a cualquier precio. Difícil saber si no se da la tesitura y más vale que no tenga lugar. También pienso mucho en los judíos perseguidos por el nazismo, que veían venir lo que les caía encima: algunos se marcharon a tiempo, otros pensaron que cómo iba a ir contra ellos una persecución si eran ciudadanos alemanes, que además habían dado la cara por su nación, desde muchas generaciones e incluso siglos, y sin embargo hay que ver cómo les pagó la patria aquella.
EliminarMenos mal que la belleza, como bien señalas, está ahí, a pesar de.
A guerra é cruel, uma afronta, mas há realmente histórias de coragem no meio de tudo isto...Porque o objectivo é simplesmente viver....
ResponderEliminarInteressante como sempre...
Beijos e abraços
Marta
El coraje está oculto en las personas. Se demuestra en los momentos más duras y extremos, no solo en guerras sino en circunstancias ordinarias, de la vida cotidiana. Nunca sabemos si seríamos capaces de resistir o de rendirnos.
EliminarComo Shostakovich estás especialmente dotado para la sátira, en tu caso, casi diría más para el cuento didáctico o las historias, lo que confío es que no hayas sufrido tanto como él, entre otras cosas por ser perseguido por los mismos que lo condecoraron. La vida es una continua paradoja, igual que es paradójico que un pueblo como el soviético entonces, hoy Rusia, lejos de recordar el sufrimiento y penurias pasadas en el asedio por parte de los alemanes d Leningrado ( antes Petrogrado), hoy sean ellos, los que asedian a los Ucranianos. Hay una película cuyo título no recuerdo, que trata sobre un accidente aéreo en el que los viajeros se vieron obligados a comerse entre ellos, para sobrevivir. Nadie sabe lo que se es capaz de hacer por mantenerse vivo y resulta que los que lo tenemos fácil, no valoramos este regalo inmenso que damos por hecho y nos pasamos la vida lloriqueando y quejándonos ; )
ResponderEliminarNo me ha dado en pensar, María, si tengo propiedades para algo, simplemente me dejo llevar, entro al trapo de las sugerencias, estímulos, sensaciones o imaginaciones que me produzcan otros relatos, sean coloquiales de gente que conoces o de textos leídos. Tampoco debemos caer en la falsa explicación o la trampa de que un pueblo que antes padeció ahora respalde, etc., pues las experiencias contradictorias las padecen todos los habitantes de la Tierra en sus marcos políticos y geográficos, aunque igual que a ti me sucede a mí, me resulta paradójico, pero creo que tendemos a interpretar de manera equívoca y rígida lo que acontece en la llamada historia, no hay garantía nunca de que una experiencia sufrida sea una experiencia superada para el saber estar y actuar en otros tiempos nuevos.
EliminarHubo un accidente de un avión uruguayo que cayó en los Andes, se escribió sobre ello, se hizo cine, y fue una situación extrema para los supervivientes. Estoy contigo: no valoramos el día a día, aunque tantas cosas no nos gusten, pero que logramos superar y sentirnos incluso con agrado y seguridad, así que esforcémonos en tener talante (y talento) para minimizar lo pequeño que nos disgusta porque hay situaciones mucho más duras e insalvables. Gracias.
Tienes razón pero ni es falsa explicación, ni trampa , es una desgracia a la que está condenada la humanidad, olvidar lo que se ha sufrido en carne propia y reproducirlo con el otro a la primera de cambio. No aprendemos jamas de la historia y por eso se repite una y otra vez las mismas barbaridades. Los adocenados del mundo, espoleados por los envenenadores que usan sus frustraciones y desencanto ( en el caso de Brasil) o como en el caso de Rusia, la sumisión - porque no les queda otra- y les lanzan como arietes contra lo que les estorba, en post de un imperialismo tan enfermizo, como el que en su día animó a Alemania. Gracias a ti!
EliminarYo creo que se aprende, pero llegan nuevas generaciones a las cuales o no se les ha transmitido una valoración de las experiencias nefastas, o los nuevos estilos de vida y los modos de luchar por sobrevivir en lo cotidiano les produce desinterés, y entonces vuelven los mecanismos de siempre a hacer mella. Por otra parte se subliman aspectos políticos -la patria, la nación, por ejemplo- y sociales -la seguridad, el orden, la cobertura de bienes- y se vive pendientes de ello y a merced de los mediadores del poder. Probablemente el poder sea siempre el gran obstáculo o rémora, mantiene los mismos tics de fondo aunque cambian muchas formas, se mantiene en las manos de poderes de facto aunque acepten en unas partes del mundo el juego de iure (en las democracias) Tu último párrafo es incisivo y directo, me encanta.
EliminarEs un diálogo frío y desesperanzado de los que ya solo les toca sobrevivir. ¿Cuántos asedios habrán terminado de forma parecido a Leningrado? No quiero minimizar aquella tragedia inmensa, brutal y apocalíptica en la que por cierto participaron 45 000 soldados españoles pero somos incapaces de extraer las lecciones correspondientes.
ResponderEliminarDa igual, nadie aprende nada. No lo aprenden los israelíes del holocausto que sufrió el pueblo judío y reproducen la violencia en el pueblo palestino.
Shostakóvich al menos hizo una fantástica sinfonía, al resto solo les quedó contra los muertos y apretarse los dientes ante la locura.
Saludos
La historia también es la historia de los asedios, cercos, destrucciones o desplazamientos forzosos motivados por análogos motivos, los invasores. Aunque hay otras razones que expulsaban, ya desde el Paleolítico, a los humanos al desarraigo: cambios climáticos de fondo, catástrofes naturales, sequías, etc.
EliminarCitas sin citar a la División Azul, impulsada por Falange y el Gobierno de Franco. He conocido a unos cuantos de aquel ejército de muertos de hambre. Y digo esto porque muchos fueron a Rusia para recibir una paga y sobrevivir al hambre de aquí, o para blanquear su pasado republicano que les iba a condenar a miseria o a algo peor, y una parte lo harían también por euforia filo nazi. Tuvieron que volver con el rabo entre las piernas, los que no perecieron allí. Uno que conocí cogió un odio terrible a los alemanes -y eso que él iba para apoyar a la Wehrmacht- y decía, fíjate que burrada, que habría que matar a todos los alemanes, imagina lo que les vería hacer y yo creo que también por el mismo trato a los españoles. Otro que conocí, un cordobés saladísimo y analfabeto, que había sido del bando republicano, fue para sobrevivir a las penurias de la posguerra española o librarse de reenganches forzosos aquí, pero fue hecho prisionero por los soviéticos y se pasó varios años. Contaba anécdotas sin fin, nunca hablaba mal de los rusos, curiosamente, y menos de las rusas, y volvió en el Semíramis.
No es que no se aprenda, es que no hay manera de aplicar el conocimiento de las lecciones. Parece ser que la vida no es una carrera doctoral, ni los sucesos de la misma son lecciones de clase, ni los tropiezos son exámenes, ni hay notas que salven. Es que continuamente la humanidad, adaptada a múltiples formas de circunstancias económicas, políticas y sociales, tiene que estar reinventando. Y creo que si algo no se hubiera aprendido, podría ser todavía mucho peor. Pero no me quiero enrollar más, que el tema da mucho de sí, doctor Krapp. Salud e indagación.
Es un diálogo que bien podría ser más real de lo que imaginas, si has leído a Vasili Grosman, en Vida y destino, el horror emerge de un sistema brutal de aniquilación del ser humano, y aún quienes lo sufrieron se alegrarían de poder comer un trozo de carne de perro. Me consuelo pensando que nunca más sucederá, pero la razón me advierte que abandone la esperanza porque estamos condenados a repetir las atrocidades, una por una y en bucle histórico siniestro.
ResponderEliminarVida y destino, El libro negro...qué buenos libros para prospectar en aquella experiencia histórica cuyas secuelas pueden haberse constituido en lo que hay ahora. Estoy contigo en que no cabe ser ilusos. Pasarán una y mil veces, como ya pasó. Tampoco tengo esperanzas pero sí que hay que vivir con temple y capacidad de digerir. Evitando obsesiones y miedos desmedidos. Eso exige y no conviene dejarse llevar por derivas facilonas de aguas turbias, como tengo la impresión que les está pasando a muchos, incluso supuestos intelectuales que escriben en medios.
EliminarRecordar serviría para evitar repetir errores y barbaries, pero si se trata de personas sin empatía, sin sensibilidad, nada bueno les surgirá del recuerdo, sólo más odio, que es lo que más fácil se multiplica en medio de una guerra. Un abrazo
ResponderEliminarEs mucho más complicado, hay muchos factores que dominan e influyen en las sociedades, y el cambio es permanente. No solo es cuestión de la actitud de dirigentes con poder, hay muchos negocios detrás, muchos pulsos en distintos planos, mucha entrega de cheque en blanco por parte de los que componemos las sociedades.
Eliminar"Pero esto seguramente es pedir peras al olmo": no recordar el que has viscut per no fer-ho viure als altres és el que passa sempre.
ResponderEliminarL'om seria com la carn de gos al costat de les peres de la carn normal.
Me parece que el hecho de recordar no conlleva obligaciones éticas para las ambiciones del poder. Se impone lo pragmático y para los nuevos poderes el pasado ya pasó.
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