Somos hojas caducas y flotantes. Nos pisotearán de modo insultante y también inadvertido. Nos ignorarán. Ni siquiera nos apartarán para ver el reflejo del mundo de donde provenimos. Nos desalojarán de la caída. El charco quedará seco y pocos sabrán si una vez las ramas nos parieron y si la lluvia nos mantuvo en el límite de la vida, antes del fin.
Hazfeliz al perro; nocuesta nada.
Hace 1 minuto
Hojas caducas, amigo Fackel, hemos caído de un árbol que agoniza y nuestro destino a corto plazo es pudrirnos y con la descomposición crear un humus nutriente. Pero tengo pocas esperanzas, el proceso de podredumbre puede ser demasiado largo, auguro unos setecientos años de descomposición.
ResponderEliminarSalud
Francesc Cornadó
Pero amigo mío, si tenemos que convertirnos en polvo incluso antes de ser cadáveres vayamos siendo polvo enamorado de las cosas buenas de la vida, que no consisten en el materialismo vulgar del consumo y tampoco en la gran abstracción de vidas eternas que no existen. Propuestas de edad avanzada que no desechada: Búsqueda y cultivo de la amistad, frecuencia del diálogo templado, admiración por la belleza y el conocimiento, bondad y generosidad en la medida en que se nos solicite, resistencia con humor e ironía...ejemplos de esas formas "enamoradas" que debemos alimentar para evitar la barbarie del mal gusto, la hipocresía, el delito institucional y la inmoralidad de los poderosos de la tribu (contagiada a tantos infelices de a pie)
EliminarSalve.
uufff deja de leer Los Cantos de Maldoror por favor, todavía hay porqué vivir
ResponderEliminarun abrazo
Naturalmente, yo pienso intentarlo hasta el estertor natural que se me depare, pero uno debe dejar fluir estados de ánimo y ya que me lo dices, voy a releer al bueno de Ducasse, alias Leautremont, por ver si sus letras me mojaron algo en su día y se quedaron náufragas en mi subconsciente. Gracias, irónico.
EliminarEl ciclo triunfa sobre la vida y la muerte.
ResponderEliminarTal vez el ciclo es el movimiento perpetuo, con sus transformaciones, y ahí vida y muerte se relativizan hasta extremos impensados por nuestra capacidad racional (salvo para los físicos, supongo)
EliminarPero al menos humus productivo.
ResponderEliminarCabe pensar que sí, quiero pensar que sí, y en eso estamos, no obstante nuestros deshechos y nuestros apagamientos temporales.
EliminarTodo eso pasará, pero mientras llega, a poco que el viento me deje levantarme pienso dar "la caló" por todo lo justo.
ResponderEliminarSalud y abrazos.
Bien por la caló, malo el día que no la transmitamos y no sintamos sus efluvios por nuestro interior. Mientras, avanti a tutta macchina, pero un tanto templada y refrenada ésta.
EliminarY nos levantaremos como tantas otras veces nos levantamos.
ResponderEliminarY sin dejar que nos importe el que piensen todos ellos y su qué dirán.
Un abrazo.
El hundimiento -de las personas, de las sociedades, de los pensamientos- nunca se produce de un día a otro, nunca de pronto. Puesto que vida y muerte son procesos complementarios, también entre los hombres y sus entes de convivencia deberíamos ir preparando situaciones que sean tablas de salvación. Hoy domina el simplismo líquido, la seducción de ideas que no sabes si son ideas o meros eslóganes electorales, el poder de un mercado en manos de la gran obtención de beneficios para los grandes industriales...mira el cine: ¿cuánta película buena se ve hoy día? Cero. Y sin embargo hay que ver lo que aprendimos de las viejas corrientes del cine de hace décadas. Algo parecido no conocen hoy las nuevas generaciones, salvo que se apunten a filmotecas. Star Trek es la norma. Disculpa la disgresión.
EliminarComo hojas secas arrastradas por el viento, sin saber su destino, vivimos la incertidumbre del nuestro. Soplan vientos huracanados y no se sabe qué quedará en pie y qué será abatido. Mientras tanto,recogemos las hojas secas para despejar el camino.
ResponderEliminarSalud y suerte para el 2016.
Un abrazo.
De acuerdo con tu enfoque. De ahí deduzco que la apuesta individual es necesaria para evitar ser arrastrados por la incertidumbre. Vuelve a imponerse el diálogo más que nunca, pero una clase de intercambio e opinión y criterios más profundo, sin delegar en los falsos profetas ni en las máquinas de difundir propaganda. Por un 2016 alentador aunque los signos de los problemas sociales no se quiten las negras tormentas de su cabeza. Abrazo.
EliminarLo que está claro es que la ignorancia de un destino inadvertido e insultante de pisotones nunca caduca.
ResponderEliminarProbablemente infinito. Habrá que poner trampas para evitarlo.
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