Me quedaba dormido dentro de aquel avión, que aterrizaba y despegaba en sucesivas ocasiones, que atravesaba países y océanos diversos, sin que nadie me despertara. Los días y las noches se sucedían y así iba recorriendo el mundo, durmiendo, soñando. Pero de pronto aquella aeronave se transformaba en un cuerpo de mujer y yo me reducía allí dentro hasta convertirme en un cigoto cuyo núcleo ardía.
(Fotograma del film Persona, de Ingmar Bergman)
Realmente hay sueños indescriptibles.
ResponderEliminarSalut
Algunos más que otros, los sueños no hay que pensarlos dos veces.
EliminarMuy bello.
ResponderEliminar¿Será la esperanza de convertirnos de nuevo en un cigoto como desafío al transcurso de los años? Cosas de los sueños. Gracias.
EliminarUn sueño que podría ser una alegoría. Si el tiempo transcurrirá al revés naceríamos viejos y luego acanzaríamos hasta llegar a la infancia. Después llegaríamos al vientre materno, luego cigoto. Luego óvulo y espermatozoide... En nuestro interior está contenido en árbol genealógico familiar.
ResponderEliminarHay algo de retorno, no sé precisar ahora, en el viaje de la ancianidad,
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