El Roto es la única línea editorial alternativa de El País hoy día. En mi modesta opinión este periódico ha cerrado el arco de su trayectoria de defensa del Orden Global con la puntilla de la apología monárquica a ultranza de las últimas semanas. Se veía venir, pero como siempre que tiene que salir a salvar los trastos de una institución o de una situación que consideran de riesgo, y que a su vez es también procurar por tener seguro el negocio propio, se pone insoportable. Me recordó la época en que se votó el Referéndum sobre la entrada en la OTAN (vaya engaño) en que el diario desplegó todas sus armas de destrucción masiva para lograr que Felipe González no perdiera una votación en medio de un posicionamiento abrumador de la ciudadanía contra la entrada en el organismo belicista. Abrumadora opinión hasta que El País y la campaña del miedo de aquel gobierno influyeron por el objetivo final, tan exitoso para ellos, tan degradante para la Democracia. Ahora no se ha votado nada, pero vaya miedo les ha debido dar a los poderes fácticos la situación de desprestigio del reinado anterior, generado desde el interior, hasta el punto de que El País se ha convertido -al menos de momento, pues el maniqueísmo siempre late por doquier- en el primer medio monárquico, desbancando a los tradicionales ABC y Hola. Las páginas del habitualmente considerado periódico de la Transición (¿de aquellos polvos estos lodos?) están resultando pestilentes. Particularmente creo que no se trata de un posicionamiento meramente político sino que toda la multimedia de PRISA se juega el negocio -y si se la juegan ellos es que todos los demás también- si se descoloca el tablero que los grandes propietarios del mundo habían trazado para España. Lo triste es comprobar que la mayor parte de los colaboradores y articulistas del periódico están contribuyendo con su objetiva visión a justificar y desfigurar lo que saben perfectamente que ni es justificable ni salvable. El fervor felipista del que están haciendo gala muchos de estos estos escribientes remunerados es un miasma irrespirable, pero queda registrado. O tempora, ¡oh pérdidas!
Roto: Salve. No bajes el listón.
Totalmente de acuerdo. Esto resulta de la defensa de los propios intereses y el miedo a perder privilegios y posiciones.
ResponderEliminarGracias Roto y a ti por ponerlo encima de la mesa.
Saludos, abrazos y siempre sonrisas, a pesar de los pesares...
Sonia
Pero triste. Están haciendo añicos las esperanzas. En vez de Messidor parece que viniera el invierno. Les va saliendo la gran jugada.
EliminarTu modesta opinión y la mía, también modesta, coinciden. El "sí a la OTAN", que con tanto ahínco defendió El País, le costo a un amigo mío, muy implicado en la campaña del NO, un infarto. Desde entonces no he vuelto a leerlo ni a ojearlo, excepto para rescatar la viñeta de El Roto.
ResponderEliminarAunque no se me crea, te diré que no he visto llorar tanto a algunos hombres por un tema político como aquella noche fatídica. Es el riesgo de depositar en el canto de las sirenas nuestra primogenitura. O bien también el no saber hacer frente a los monstruos.
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