Las hierbas del ribazo me engañaban y caía por el desnivel sintiendo las hieles confusas del abismo. Allá abajo, la mujer del sueño se acercaba a mí, ignoraba mis heridas y me besaba. Mientras, yo me desangraba lentamente.
Haz feliz al perro; no cuesta nada.
Hace 5 minutos
Imagen realmente inquietante y difícil de interpretar de "otra" manera.
ResponderEliminarProbablemente, pero las imágenes siempre son de tal modo que podemos desearlas abiertas.
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