Presencia implacable de una raya inequívoca, trazada a carboncillo, que se extiende y permanece en el sueño. De pronto, desde los extremos la línea es tensada y sus vibraciones me hacen perder pie. Me deja al borde, sin que yo sepa muy bien en qué lado de su viscosa horizontalidad estoy.
Haz feliz al perro; no cuesta nada.
Hace 2 minutos
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