Escribir o no escribir. Esa (no) es la cuestión.
Hacerlo para procurarse el alimento interior o cierto placer sensual o una suerte de distensión puede ser. Escribir para transformar algo más allá de uno (ni siquiera) mismo resulta una entelequia.
Pero acaso, como cualquier otra modalidad de ficción, estemos enganchados también a las entelequias. Sin mayores pretensiones.
(Ilustración, Celso Dourado)
Lo que debe ocurrir, ocurre. Y la mayoría de veces, precisamente cuando no se pretende. Pero escribir, siempre! No nos dejes sin letras tú...
ResponderEliminarSe atiende la solicitud, Fedora, pero el suelo que tenemos bajo los pies está tan gélido últimamente. Supongo que no es nada nuevo, que mucha gente ha percibido lo mismo en todos los ciclos históricos. Tal vez ahora algunos nos alejamos más y más de los cantos de sirenas, no obstante no sean entendidas nuestras quejas fundamentadas, que son tan saludables como los que nos venden el marketing de la vida es bella.
EliminarEl cinismo y las psicopatías son una epidemia en estos tiempos. Quizás se ha de empezar a tomar conciencia de que el afán de determinados "escritores" por compartir su mal es un problema de salud pública.
ResponderEliminarPuro narcisismo es en el fondo ese buscarse a sí mismos. Sí, engancha mucho.
La palabra "entelequia" la lengua que nos ocupa (español o así) la usa de modo bastante cabrón:
ResponderEliminar1.- Asume en su atmósfera - si la palabra fuera planeta - el sentido de "lo culminado" que nos mira desde el (más) allá sin rostro, pues no se refiere solo a lo "perfeccionable" en el orden del deseo o la esperanza, cosa esta que sí sonríe;
2.- Y, en su sombra, la segunda acepción, hace una mueca irónica al filósofo y sentencia con una referencia a "cosa irreal". Las referencias a las cosas irreales en este caso carga las tintas, creo, en el orden de lo imposible (no un irreal posible, como el llegar a ser millonario o autor de culto).
Curiosamente, en el esquema teleológico aristotélico, la entelequia o "fin u objetivo de una actividad que la completa y la perfecciona" (RAE), actúa como el motor que da entidad a la realidad, es decir, dinamismo. Por eso, conducir la entelequia al orden de lo irreal (imposible), con o sin ironía, condena a las cosas a una especie de vacío, de privación angustiada y quieta. Siempre me llamó la atención este concepto.
La escritura, en su pretensión de ser motor de algo (la transformación), se tiñe de entelequia, dices, aunque con el juego de los paréntesis enredas la tesis en un "o tal vez no" o "ni siquiera" o " a otro perro con ese hueso" o "ay infelice" . Por eso nos llevas en tu dilema ( o no dilema), escribir o no escribir, hacia las otras opciones cercanas que, al menos dices, "pueden ser". Nos llevas a la química cerebral que, para el vulgo, denominamos distensión, alimento interior o placer sensual. Eso pareciera si no fuera, lo de escribir, en ocasiones lo opuesto que mencionas: tensionamiento inútil de las meninges, vómito y vaciado del alma o humillación de órgano que no se eleva erecto hasta las altas cimas.
Temblando me dejas y, por eso, felicito a tu texto que se escribe más allá de tu humana intención.
Un fuerte abrazo
Encantadísimo por tu despliegue argumental, Luis. Mi uso era meramente lingüístico aunque también tenía una identificación conceptual que tú ahora me haces revisar. Pocos creo que usen el término entelequia en ese plano aristotélico, acaso reservado al discurso filosófico en sí mismo. Y ciertamente, si es como dices, hay que ver cómo los términos se desproveen en nuestra lengua (y en nuestra cultura) del sentido original para derivarlos hacia otro sentido opuesto. ¿Por qué será o habrá sido? No hago en balde esta pregunta, por si tú tienes respuestas. A veces uno piensa si la cultura española no habrá sido una cultura frustrada, limitada (el peso ya sabes de qué ideología anti-pensamiento) y que ha llevado a traicionar conceptos o a aplicar términos en otra dirección por vaciarlos,, así de simple.
EliminarTiempos estos en que el individuo debe elegir entre modalidades de ficción llanas, simples o rebuscadas, pero inocuas y acaso inicuas, que le permitan sobrevivir o en afianzarse en la dureza de la interpretación de los hechos que, en su órbita práctica, es castigada diariamente con saña.
Un abrazo desde la atmósfera bajo cero de esta Castilla profunda.
Lo que me sale al leerte es mandarte un abrazo y un suspiro: ¡aaay!, soltando el aire despacito, en actitud melancólica...
ResponderEliminarPues se recoge, y aunque la imagen puede trasladar melancolía tal vez es solo un tipo pensante (como el que escribe) Pero me da que pensar que los tiempos no están ni para pensar con frialdad, y sin embargo hay que atarse los cinchos y ver distancias para no confundirnos en las aproximaciones a las cosas. Te agradezco el enfoque, Sonia.
Eliminarseñor Anónimo, efectivamente, veo que usted le engancha...
ResponderEliminarUn saludo
Irene
Sin mayores pretensiones, la mayor pretensión de todas. Así creo yo también que hay que hacerlo, y así lo intento.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, y que la cuestión tienda a caer del lado de los que te leemos de vez en cuando...
Las pretensiones tienen sentido y significado en lo más íntimo de nosotros. Todo lo aparente es falso o equívoco. Algunos podemos dar apariencia de lo que no somos o somos en mínima y secundaria medida. Cada uno sabe lo que busca y cómo. Importa expresarlo. Gracias por entenderlo, Zenon.
EliminarQuerido Fackel me parece, que algunos supuestos "vejestorios" de alguna manera nos hemos ganado algún derecho a cierto hedonismo. El problema consiste, a mi modo de ver, en habernos muerto en vida antes de que la parca oficial asome las narices a nuestro territorio físico.
ResponderEliminar¡Escriba usted, caramba, y disfrute con ello! Luego, pelillos a la mar, seguro que los buenos amig@s compatirán su alegría ..... eso es verdadera comunión y no otras zarandajas envueltas en naftalina que pretenden vender ciertos buhoneros , eso con un poco de suerte. Besos.
Ni te permito que te llames a ti misma vejestorio ni que alguien tan hiperactiva como tú digas que te has muerto en vida, hala.
EliminarEscribe fuerte y peca fuerte, que decía el segundo de a bordo de Lutero. Lo tendré en cuenta, miss.
Jajjj, eso haré y por supuesto que pecaré. Ufff ya lo vengo haciendo, es que en la tierra de la sangre que corre por mis venas la inspiración fluye y mucho. Para empezar entran unas ganitas de comerrrrrr y se come de biennnnn y hay montonazo de materia prima donde pecarrrrrr a través del paladar y de puro placer. ¿Se nota que me gusta el condumio? .... solo la calidad.... y la mayor parte de las veces la elaboro, que una es muy suya y.... muy ahorradora. ¡Vicios de pobre! Besos.
EliminarAggggg, ese capital pecado de la gula, solo salvado por tus manos novicias, glup.
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