Siempre, Stalker, hay que escribir desde y con el sentido y sus ramificaciones. No te preocupes, son momentos. Escribir con dureza (siempre relativa)también es exorcismo. Sería más llevadera la máscara, pero en ocasiones hay que quitarla. Sería del género bobo ocultarse a uno mismo. Y una cosa son las sensaciones y otras el rendirse a las aflicciones.
Ah, un leve apunte. Esta mañana al venir a trabajar, un imbécil que conducía temerariamente -bonita autoafirmación la suya- estuvo a punto, por milímetros, de desplazarme de la carretera. Vio un hueco entre vehículos y para demostrarrnos a todos la portentosa habilidad se me coló alocadamente. Luego vi que seguía haciéndolo con otros coches, con los que también estuvo a punto de chocar. A los pocos metros coincido a su altura, me desafía con su rostro de imbécil, me hace el típico gesto imbécil con el dedo para arriba, farfulla berridos -no creo que fueran palabras ya que un imbécil no habla jamás- y me provoca la risa, aunque también la indignación. Igual pensaba el ladrón -imbécil- que todos somos de su condición.
La fina línea de la vida ¿tiene que estar en manos de los imbéciles? Por supuesto, no le deseé la muerte; simplemente, deseé que no existiera, jaj.
Sin ser conscientes de ello, caminamos sobre el filo de la navaja permanentemente. La diferencia entre el ser y el no ser es tan poco perceptible... Pero toca vivir. Aprovecha. Buen descanso, Fackel.
Maestro, sé que no es el momento más oportuno, pero me sentiría muy honrado si hicieras el cuestionario Marcel Proust en mi blog. Tengo mucho interés en tus respuestas.
Huy, qué poco amigo soy de cuestionarios. Que soy muy pudoroso, Stalker...Y además eso de tener que decidir una respuesta simple en un mundo complejo...En fin, veré de qué va.
Lagave, el filo de la navaja es con frecuencia el indicador de nuestras percepciones más profundas. Arriesgamos el corte y la herida, tal vez el sucumbir, pero también la sensibilidad nos depara grandes sorpresas y descubrimientos. El equilibrio es lo que importa.
Y en efecto, es tan poco perceptible el límite...pero lo es.
"Yo he elegido ser un poeta troyano. Pertenezco decididamente a la facción de los perdedores: los perdedores, privados del derecho a dejar huella de su derrota, privados hasta del derecho a proclamarla. Ahora bien, acepto la derrota, no la rendición". Poeta palestino Mahmud Darwish.
EL PASEANTE VALLISOLETANO
LAS FRANCESAS. UN CLAUSTRO CONVENTUAL DE LUJO DE HACE SIGLOS INCRUSTADO EN LA ARQUITECTURA DE HOY
TÚ, LA EVANESCENTE
El alma condenada. De Bernini a Bartolozzi
CHITÓN
El mar de Aral
LA SILLA DE K
TAKLAMAKÁN
DICHOS Y CONTRADICHOS
LA DAME AU CHIEN
EL INGENIOSO HIDALGO DON QUIJOTE DE LA MANCHA
"-¡Ay! -respondió Sancho llorando-. No se muera vuesa merced, señor mío, sino tome mi consejo, y viva muchos años; porque la mayor locura que puede hacer un hombre en esta vida es dejarse morir, sin más ni más, sin que nadie le mate, ni otras manos le acaben que las de la melancolía."
Me preocupo, Fackel.
ResponderEliminarSiempre, Stalker, hay que escribir desde y con el sentido y sus ramificaciones. No te preocupes, son momentos. Escribir con dureza (siempre relativa)también es exorcismo. Sería más llevadera la máscara, pero en ocasiones hay que quitarla. Sería del género bobo ocultarse a uno mismo. Y una cosa son las sensaciones y otras el rendirse a las aflicciones.
ResponderEliminarLa vida -y la palabra- siguen su camino...
Ah, un leve apunte. Esta mañana al venir a trabajar, un imbécil que conducía temerariamente -bonita autoafirmación la suya- estuvo a punto, por milímetros, de desplazarme de la carretera. Vio un hueco entre vehículos y para demostrarrnos a todos la portentosa habilidad se me coló alocadamente. Luego vi que seguía haciéndolo con otros coches, con los que también estuvo a punto de chocar. A los pocos metros coincido a su altura, me desafía con su rostro de imbécil, me hace el típico gesto imbécil con el dedo para arriba, farfulla berridos -no creo que fueran palabras ya que un imbécil no habla jamás- y me provoca la risa, aunque también la indignación. Igual pensaba el ladrón -imbécil- que todos somos de su condición.
ResponderEliminarLa fina línea de la vida ¿tiene que estar en manos de los imbéciles? Por supuesto, no le deseé la muerte; simplemente, deseé que no existiera, jaj.
Que cada quisqui saque sus conclusiones.
Salud y renovación.
Salud, Fackel...
ResponderEliminarconfío en que saldrás de esta época con más energía. Mientras tanto, tu escritura hace que me preocupe: estás cabalgando por las venas del dragón.
Cuidate
Sin ser conscientes de ello, caminamos sobre el filo de la navaja permanentemente. La diferencia entre el ser y el no ser es tan poco perceptible...
ResponderEliminarPero toca vivir. Aprovecha.
Buen descanso, Fackel.
Maestro, sé que no es el momento más oportuno, pero me sentiría muy honrado si hicieras el cuestionario Marcel Proust en mi blog. Tengo mucho interés en tus respuestas.
ResponderEliminarabrazos
... eres el decano de la orden de los Insumisos. No puedes faltar.
ResponderEliminarHuy, qué poco amigo soy de cuestionarios. Que soy muy pudoroso, Stalker...Y además eso de tener que decidir una respuesta simple en un mundo complejo...En fin, veré de qué va.
ResponderEliminarLagave, el filo de la navaja es con frecuencia el indicador de nuestras percepciones más profundas. Arriesgamos el corte y la herida, tal vez el sucumbir, pero también la sensibilidad nos depara grandes sorpresas y descubrimientos. El equilibrio es lo que importa.
ResponderEliminarY en efecto, es tan poco perceptible el límite...pero lo es.
Gracias por tu comentario siempre aportador.
Fackel:
ResponderEliminares un juego, hombre. Te animo a participar. Los resultados están siendo increíbles y conmovedores...