Es por la noche cuando concibo las venganzas más crueles. Es por el día cuando sucumbo a los ardides que me son tendidos o cedo a las solicitudes a las que no puedo renunciar. Si peco de falsa ingenuidad por unas horas me entrego durante las más calladas a la sabiduría del mal para desquitarme.
Porque en el mal hay saber. Requiere tanto del pensamiento como de la voluntad. Del cálculo sobre los resultados como de la asunción del acto consciente. De la medida de una cierta y peculiar especie de virtud encauzada para cometerlo y del sentido de que lo virtuoso no es solamente lo que se califica como bondad.
Parecerá ridículo lo que digo o, mejor dicho, en contra de todo lo estipulado. Pero si el mal abunda y es practicado con tantas artes arteras, permítaseme la iteración, algo tendrán que ver en el mismo cuantos lo practican. Y los conceptos pueden dar un vuelco. El mal y sus practicantes requiere de una inversión de valores.
El malvado persigue a su vez el reconocimiento. Del individuo apocado y temeroso se ha pasado a un modelo de personaje masa que hace ostentación y que apenas revela complejos. Ciertamente se sabe apoyado, encuentra su refugio en los que son o se manifiestan como él, traslada su personalidad a un ente global que justifique su abyección.
Pero yo no practico el mal de los otros. El de ellos es un mal despersonalizado, que se apodera de cada cual y lo repiten por inercia, sin que sepan del placer que proporciona elaborarlo desde las entrañas. Mis noches, por el contrario, son fructíferas. Organizo la reacción ante la posesión irredenta de mis amantes. Preveo cómo actuar ante las presiones laborales que me agobian. Dibujo máscaras que me permitan corresponder al entorno presumido con superior cinismo. Planeo mensajes que confundan a los que hacen de las modernas redes un sumidero de falacias y supercherías.
Entro en el mal mismo para provocar sus propias contradicciones. ¿Que soy una especie de demiurgo y a su vez acólito del mismo? Y qué. Nadie podrá decir de mí que practico el mal por ser boba y dejarme manipular. Asumo el mal con decisión. Lo saboreo, lo amargo, extiendo su calidad allá donde alcanzo.
La línea entre noche y día se diluye y yo misma no me reconozco ni a favor de una ni del otro. Soy como la jornada completa, pura esencia. Naturalmente, del mal.
Si quieres hacer el mal, hazlo bien.
ResponderEliminarTenemos la obligación de hacer las cosas bien, de no dejarlas a medias, de acabarlas a la perfección.
Quizá una de las pocas, por no decir la única, que entendió a Eichmann fue Hannah Arendt.
Pero entender no quiere decir nunca aceptar.
EliminarNo, ella no aceptó la inocencia del acusado, pero ella entendió que aquello formaba parte de una maquinaria industrial y que él, Eichmann, era otro eslabón que se limitaba a cumplir con la máxima efectividad las órdenes recibidas sin cuestionar nada.
EliminarHacía el mal de la mejor manera posible, siendo perfeccionista.
Así es. Y ello nos llevaría a analizar cómo antiguas víctimas pueden haberse convertido en verdugos con otras gentes. Maquinaria también seguramente.
EliminarMe gusta eso de no hacer tl mal pir ser boba ni tonta. Cuando me toca defender a un criminal me enervan los que se ponen a lamentarse de que no sabian o no querian y se sienten víctimas no sabe uno bien de qué...si se es malo al menos hazlo bien y por convicción. Un saludo
ResponderEliminarCunde el mal de los tontos. Probablemente, y por poner un ejemplo, en muchos accidentes de tráfico o en reyertas de bar o calle cundan los tontos, cuya buena dosis de agresividad es innegable, pero su inteligencia resulta nula y patética.
EliminarVenganzas crueles, dice la señora, aunque no me queda muy claro de que. Parece que la característica bifaz siempre conlleva peligro.
ResponderEliminarPero ella seguro que lo sabe, solo que es discreta en desplegar confidencias.
Eliminarel novio la ha dejado, (estruja la carta con la izquierda) y por correo, ni siquiera cara a cara.
Eliminarsaludos
Pudiera ser, pero ¿y por qué no un contrato basura?
EliminarEl mal, ese principio tan huidizo de definir, adopta nuevos perfiles, hábitos y prácticas. Todo ha cambiado pero en el fondo no ha cambiado demasiado.
ResponderEliminarProbablemente. Aunque hay una sofisticación mayor, con recursos antes inexistentes, la intención tradicional se mantiene. No sé si el mal es huidizo o simplemente que tiene tantos rostros y manos, y persigue tantos intereses diversos, que se torna complicado de concretar en ocasiones. Pero se ve.
EliminarEsta pelin enfadada. No sé si es ña joan bennet de "perversidad". La postura y el peinado y el cigarro sí que son la misma. Pero a esta la mueve ña venganza. Es mala mala, pero me da que es circunstancial. Desde luego que ya que se trama algo, mejor algo propio. La maldad comunitaria , no la veo...
ResponderEliminarSaludoss
Es como escribir un texto entre varios, no lo veo.
Sigue observando, pues la maldad del conjunto aterra tanto o más que la de la unidad.
Eliminarpero no es un conjunto de individuios, es una (1) corporacion, que maquina la idiotizacion o la ejecucion o lo qie sea... no vamos a desvelar aqui los secretos
Eliminar¿Y los millones de individuos o "almas" que les siguen?
EliminarLos conceptos del bien y del mal, los vamos acomodando a conveniencia según generaciones.
ResponderEliminarNo me cabe duda. En parte los mantenemos abstractos, en parte siguiendo la tradición cultural religiosa, en parte los amoldamos a esa conveniencia que es tanto global como personal.
EliminarSi creo hacer el bien, pero hay tanta gente que no está contenta conmigo por hacer lo que hago ¿no será que estoy haciendo el mal?, hay que apechugar.
ResponderEliminarSaludos
Pues en infinidad de casos hay cosas que hacemos o creemos que hacemos bien y sin embargo son percibidas en las antípodas, ciertamente. Pero al mal mal, a la maldad elaborada y persistente creo que se le ve el pelo.
EliminarEl mal, el bien, es tan relativo y coyuntural en cada época. En cambio el rostro siempre tiene la cara del instante.
ResponderEliminarTienes razón sobre el rostro, pero incluso ese instante, que revela lo emocional, ¿es por ello más auténtico y descubre las recónditas intenciones?
EliminarYo, en las cosas del bien y del mal, me pierdo bastante intentando buscar un razonamiento que los explique... Todavía no lo he encontrado.
ResponderEliminarYo díría que la individua (en el retrato la parte iluminada de la cara es más extensa que la parte oscura; y lo es por narices) es perversa por la noche y falsa por el día; por eso creo que es ella misma por la noche y una actriz del "buenhacer" por el día... Y, al llegar aquí, me surge una pregunta ¿cuándo se acepta más ella, por el día o por la noche? Porque no basta con saberse mala, la cuestión es si se acepta como mala...
Creo que todos llevamos una parte luminosa y otra parte oscura en nosotros, lo del yin y el yang y esas cosas...
Tal vez la historia que has hecho sobre la señora de la fotografía sea la historia personalizada de la propia vida... Y, de momento, también va ganando la oscuridad, o por lo menos a mí me lo parece... La luz se teatraliza en los escenarios y discurso y la oscuridad labora en las trastiendas de todos los poderes...
¡Hágase la luz!
Abrazo
Ve a saber cómo se acepta más. Supongo que a dos bandas. Y no me cabe duda de que se acepta con su maldad, simplemente porque le resulta, le permite vengarse y acaso hacerse valer ante las afrentas. Pero decir estas cosas sería prolongar la creación de un personaje, más allá de una imagen que no he conseguido saber de qué ilustrador será, y uno no pretendía tanto.
EliminarDe todos modos acaso concedemos excesivo contenido de pensamiento a lo que no son sino fenómenos de la naturaleza y convertimos en metáfora, eso de la luz y la oscuridad, el día y la noche, etc. Últimamente tiendo a intentar no ver todo convertido en oscuro, tanto en mi vida personal como en los acontecimientos universales -sean conflictos, catástrofes naturales o lo que sea- porque pienso: si todo hubiera sido oscuro desde siempre no existiríamos, la evolución del Universo ni habría generado la Tierra ni esta sus atmósferas particulares que proporcionaron los componentes para las vidas. Ni siquiera en la historia humana podríamos calificar que ha sido todo negro. Simplemente es que el conflicto late, nada nos garantiza seguridad, ni hay aquello del crecimiento ascendente perpetuo.
Fiat voluntas tua!
"El malvado persigue a su vez el reconocimiento": diuen que fins i tot els dictadors proven de tenir la gent contenta amb mesures populars.
ResponderEliminarHuy, si solo fueran los dictadores...En los sistemas parlamentarios sucede lo mismo, aunque las reglas del juego sean diferentes.
EliminarEl malvado, el que sobresale por su cinismo y logra elevarse por sobre las miserias que abundan, debe ser inteligente, de otra manera no sobreviviría. Inquietante esa mujer que observa con dos miradas distintas, según sea sombra o luz sobre su rostro. Interesante planteo. Un abrazo
ResponderEliminarDe hecho hay malvados individuales que van a lo suyo y malvados de conjunto -en cualquier clase de entes, instituciones o Estados- que suelen requerir servicios de algunos de los malvados individuales. Suena algo infantil lo que digo, pero piénsese en la intención.
EliminarAh, sí, la imagen me gustó porque, aunque es una mera ilustración, tiene su punto: la pose, los dos lados del rostro, la actitud de mirada...el caso es que incluso me recordaba a alguna persona concreta.
EliminarLa protagonista parece ser toda una femme fatale, ejerciendo el mal como vocación. Y la vez siendo toda una amante.
ResponderEliminarAfirma que son venganzas. más crueles las que ejerce por la noche. Pero oculta el motivo de esas venganzas. Tal vez porque no quiere dejar la impresión de que alguna vez fue víctima, prefiriendo quedar como malvada.
Que curioso lo de asumirse como un demiurgo femenino, palabra que parece sólo tener sustantivo masculino, una creadora malvada.
Magistral pintura. Acompaña muy bien al texto.
Saludos.
Pues sí, tal la veo yo, como mujer fatal. Aunque sea lo de la femme fatale un estereotipo labrado seguramente desde una perspectiva muy de hombres considero que no toda mujer fatale es malvado ni perversa, simplemente tiene una capacidad de artes peculiares para moverse en mundos agresivos que están al acecho. No creo que siga en vigor tal concepto, pero manipuladoras y no te digo manipuladores han existido siempre.
EliminarTu interpretación podría ser posible, pero me temo que el redactor no ha avanzado nada más concreto.
Sí, demiurgo es un término expresamente masculino. Supongo que habrás indagado por qué. Saludo.
Sólo dos rostros en el mundo de hoy ya es demasiado poco. Nos vamos quedando cortos con la necesidad constante de fingir y fingir de mil maneras distintas una misma cosa buscando obligatoriamente agradarle a todos.
ResponderEliminarSaludos,
J.
Ciertamente, y encima lo multiplicamos con las redes sociales.
EliminarNoche y día es casi lo único que es real. Y es bueno que haya una dualidda, en todo.
ResponderEliminarUn abrazo
Y muchas veces lo dual se multiplica. ¿Qué tenemos de prismas?
EliminarObservo la imagen. La oscuridad ocupa la mitad, pero esa mitad es ayudada o sujetada por la mano que actúa como pilar de esa oscuridad. Si bien ella se reconoce y asume y saborea su maldad, necesita apoyarse. Tal vez, porque en el fondo conviven ambas fuerzas polarizadas que tiran una de la otra. No basta con reconocerse, ni asumirse, ni saborear el mal. Se debe ser intrínsecamente perverso y, creo que en la imagen de la mujer no lo es, porque su otra mitad es buena.
ResponderEliminarAbrazos Fackel
Entonces cabría la posibilidad de que la perversión fuera un camino a medio recorrer, con opciones para recuperarse o para agravarse. Me has hecho pensar, Tatiana.
EliminarTodos cargamos con la noche por mucho que la iluminemos.
ResponderEliminar¿Y hasta qué punto podremos decir que la luz pesa más en nuestra vida que la oscuridad? Claro que podría hacerse la pregunta a la inversa.
EliminarFáckel:
ResponderEliminarel mal siempre es un misterio.
Salu2.
Las mentes son un misterio muchas veces.
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