...y cada día la hermosa oferente nos ofrece la cornucopia para que catemos, y la cúpula atractiva de frutos destila aromas y aquella textura jugosa ensaliva nuestras papilas y la geometría poliédrica absorbe nuestra mirada, y como incautos degustamos y prontamente deseamos quedarnos con toda ella, pero a cambio de qué, y contemplamos absortos la dimensión del cono como si no fuéramos a vaciarlo jamás, seducidos por la idea de que de alguna manera se sigue llenando y nos continúa nutriendo, pero a qué precio
(Ilustra Ramiro Tapia)
Eso es un misterio, pero desde luego no se sabe si no se vacía...
ResponderEliminarPero, ¿y el contenido? ¿No será demasiado superficial y líquido?
EliminarY casi siempre la oferente nos muestra el cuerno de la abundancia iluminado con luces de neón.
ResponderEliminarSalud
Francesc Cornadó
Y con publicidad, mucha publicidad...El que quiera, que se engañe, pero no a costa del prójimo. Salud siempre.
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