He desayunado con Inmanuel esta mañana y cuando hemos hablado de las oscuridades que aún nos rodean, e incluso que crecen con nuevos disfraces, me ha dicho, casi cual vulgar Perogrullo, que son nuevamente necesarias las luces que alumbren el camino pero sobre todo el corazón de los hombres. Luces que nunca han dejado de ser necesarias, útiles y transformadoras. Y ha sido muy preciso al respecto: "La Ilustración es la salida del hombre de su minoría de edad. Él mismo es culpable de ella. La minoría de edad estriba en la incapacidad de servirse del propio entendimiento, sin la dirección de otro. Uno mismo es culpable de esta minoría de edad cuando la causa de ella no yace en un defecto del entendimiento, sino en la falta de decisión y ánimo para servirse con independencia de él, sin la conducción de otro. ¡Sapere aude! ¡Ten valor de servirte de tu propio entendimiento! He aquí la divisa de la Ilustración".
Ah, así que la clave es decidir interiormente como nuestro propio conocimiento nos guíe. Atrevernos a conocer, a hacer uso del razonamiento, a investigar las causas, a llegar a conclusiones por nosotros mismos. Por supuesto que enseguida se me ha dibujado el panorama de nuestro tiempo, en que una parte de la humanidad concede patente de certeza a lo que no es sino mentira e invención interesada de otros. Esas herramientas ¿o armas? tan utilizadas por quienes no solo quieren que sigamos sumidos en la ignorancia, sino que además retrocedamos en una serie de objetivos conseguidos y que hoy están puestos en cuestión por ciertos poderes de turno. Ya le he dicho a Inmanuel: me asaltan las dudas. ¿Cómo es posible que con el desarrollo técnico avanzado que nos ha proporcionado un conocimiento superior, como nunca antes se había alcanzado, haya tantas resistencias en el interior de los individuos mismos y en sus sociedades? ¿Hasta qué punto las conquistas en materia científica y su aplicación a los cuerpos, por ejemplo, no logran arrastrar la conquista de la libertad interior, del acuerdo entre humanos, del respeto al pensamiento razonado y a la tolerancia en la exposición de las ideas, y en definitiva a la erradicación de la violencia?
Inmanuel, que está curtido en las lides de las limitaciones humanas, me ha sonreído, como si no quisiera agriar mi café, y solo me ha contestado mientras dábamos buena cuenta del reconfortante frühstück: Pregúntate y da un paso para hallar respuestas. Ignora lo primero que te digan y verifica no solo la intención sino la manera como se propone un discurso. Vacía las palabras porque su uso siempre tiene origen y destinatario, luego intención. No sigas la corriente que otros propician, sino descubre el clamor de tu propio curso. Inmanuel ha untado su panecillo. Yo me quedo mirándole. Ya sé qué piensas, me dice con la boca llena: que en principio no tienes siquiera por qué creerme a mí. No, no digas, nada. Convéncete siempre por ti mismo.
¿Me atreveré a pensar sin intermediarios? (Suponiendo que eso sea posible)
(Fotografía de Jack Birns)
Yo creo que sí.
ResponderEliminarYa lo haces.
Besos.
Pero ¿hasta qué punto?
EliminarGracias, Azzul.
Apetitoso desayuno!
ResponderEliminarHombre, lo de pensar independientemente (aparentemente, porque siempre circunstancias de diverso índole mediatizan) se le antoja algo natural a mi instinto, básicamente por méritos genéticos, el problema radica, a mi modo de ver, en los pasos posteriores, léase: aplicación directa de las conclusiones alcanzadas conforme el sistema de valores más sanos y aceptables para todo individuo ídem. Ahí es donde encuentro el verdadero nudo gordiano cuyas razones bien conoces. Personalmente me cuesta conjugar circunstancia con supuesta realidad y acción benefactora. Vamos, que la lío parda y he de cederle la vez a la simple observación y a cierta actitud buddhi dentro de mis escasas posibilidades porque la vejez me está haciendo perder mi otrora bendita paciencia.....es que siempre fui esqueleto de acción lenta pero continua, imagino que para sentir la emoción de vivir toda la hermosa diversidad a mi alcance. No se me antojaba otro modo de vida, será por ello que ahora recapacite más de la cuenta.?
Pues yo ni actitud buddhi ni ganas de creer en ella. Dicen que la paciencia es un arte ¿o virtud? propia de la edad, pero al igual que tú no estoy seguro, ni acabo de verme paciente. Una cosa es que aquellas antiguas urgencias ya no me acucien y otra que uno tenga suficiente capacidad de aguante y calma. Lo que nos rodea no lo permite y encima echa vinagre en la quemazón. Salvo que hagamos un curso de insensibilidad, y a ciertas edades ello solo lo trae el alzheimer, algo espantosos y al que hay que decir: vade retro, satanassa. E pur...hay que seguir siendo partidario de una Ilustración actualizada, puesta al día, con nuevos bríos y perspectivas, pero hay ciertos mecanismos e instancias que se empeñan en hundirnos a todos. Zer egin?
EliminarTodas las ideas son necesarias para formarse una inprscindible; la propia.
ResponderEliminarSaludos.
Pienso que solo en cierto modo. Porque no todas las ideas son válidas, aunque nos lleguen desde todos los ángulos y con distintas intensidades e interés. Al final, la propia no sé si llega por decantación exigente o porque elegimos alguna (o algún sistema de ideas) que nos resulte más cómoda y más afín. Pero creo que Kant va por otro lado. Tener ideas que otros nos meten es fácil, disponer de razonamiento y argumentación es algo que solo el propio entendimiento personal, y por lo tanto su esfuerzo, nos proporciona.
EliminarSaludo de martes.
Tienes que conocer aquello a lo que te enfrentas. No es cuestión de que nos metan ideas, sino de ir elaborando la propia tras asimilar y despreciar todo aquello que nos va viniendo o vamos buscando.
EliminarUn saludo.
Por supuesto, por supuesto, y en ello lleva uno toda la vida, o casi. Y creo que de alguna manera uno va estableciendo una ratio de criterios que le permiten elegir o despreciar, en función del tema, asimilando y desechando lo ingerido, como en un proceso de metabolismo mental que recuerda al general del cuerpo.Agradezco tu precisión.
EliminarEs bueno recibir consejos para no hacer caso a casi ninguno.
ResponderEliminarNada tan gratificante como tropezar dos veces en la misma piedra.
¡Mira que te lo dije!
Saludos, Fackel.
Ya sabes que los consejos los aceptamos si nos interesan. Y cuidado que mucha gente nos los dieron con la mejor intención (no siempre) en los años jóvenes. ¿Nos hubiera ido mejor de haberlos seguido a rajatabla cada uno? Tengo dudas. Así que nos hemos ido haciendo a tropezón diario más o menos. Uno de los consejos que más echo en falta: aprende a pensar por ti mismo. No sé si eran los tiempos, el régimen político, la religión castradora, el totalitarismo reduccionista al uso o qué, pero qué poco nos advertían: tenéis que aprender a pensar por vosotros mismos. Ahora que recuerdo, mi padre cuando se desesperaba conmigo me decía: tienes que razonar. Pero ese verbo me pillaba tan grande como lejano...Bueno, aprovechemos los tiempos personales por transcurrir, aún podemos ejercitar el derecho y la disciplina del pensamiento sin interferencias.
EliminarBuena tarde amenazante de tormenta.
Lo de la ACTITUD buddhi no trata sobre creer, sino de experimentar y comprobar que cualquier propia y recién descubierta actitud, pensamiento etc. “coincidía ” en el fondo con la de tant@s otr@s nacid@s antes que servidora y que ya dejaron constancia de ello.
ResponderEliminarSe trata de una forma de juego y autoreto mental autodidacta que me acompaña desde que tengo memoria. Nada de seguir ejemplos.
Durante los primeros años de vida jugaba por deporte a llevar la contraria a cualquier afirmación que los adultos hicieran. Así crecí!! desesperando a mis mayores y aprendiendo de sus actitudes ante mis interrogantes infantiles a veces descabelladas. Luego llegó la mordaza biológica y algo aprendí también, pero mas aburridamente, claro había alcanzado la edad adulta!
El verbo creer nunca me pareció fiable y de joven apenas hice uso de el, en todo caso ofrecía cierto beneficio de la duda y por tiempo limitado, hasta decantación de cualquier cuestión......es lo que tiene la vena irreverente pero respetuosa que recibí de cuna. Ejemplitos al respecto desde la infancia tengo “pa jartar” . Me temo que en cierto modo me sentía más vieja que los mayores de entonces pero haciendo gala de mi consciente encanto infantil.
En todo lo que escribo sustituyo ese verbo odioso (creer) por el subjetivo “parecer” ..... mientras siga siendo un objeto aún dotado de energía, no necesariamente “coherente!
Además también escuchaba los consejos de los mayores y comprobaba su eficacia o falta de ella, me lo apuntaba. Así me hicieron rebelde!
Mi verbo "creer" siempre es relativo, posibilista, casual, ergo también resulta de "parecer". No podría ser de otra manera.
EliminarPensar sin intermediarios, sin otro mediador que uno mismo, es el verdadero, profundo pensar, el que da las respuestas más significativas, certezas, que no son empañadas por otros susurros, otras palabras.
ResponderEliminarSaludos.
Pero es tan difícil como acaso utópico. Siempre habrá planos de influencia que llegan desde lo exterior y nos hacen mella y planos de entendimiento dentro de nosotros que nos permiten discernir o no a la hora de escoger. Tal vez es el intento lo que estimula nuestra personalidad. Ya es mucho. Bien estar.
EliminarEs inevitable escuchar opciones, y razones, para formarse una propia opinión. Por eso la lectura, y sobre todo la vida, nos proporcionan la mínima sabiduría para tomar las decisiones más libres y razonadas.
ResponderEliminarPor los desayunos reflexivos, que no falten. Un abrazo
Y como veo que tengo excelentes invitados que compartís estos desayunos, pues nutrámonos de par de mañana con algún texto para ver el día con cierta sonrisa (como poco la del escepticismo esperanzador) Gracias, Albada.
EliminarHenry Ford ya lo dijo hace tiempo: "Pensar es el trabajo más difícil que existe. Quizá esta sea la razón por la que haya tan pocas personas que lo practiquen"
ResponderEliminarEs tan fácil seguir a los que piensan... Hasta puedes culparles si se equivocan.
No conocía la cita de Ford. La cuestión es que no sé si seguimos de ordinario a los que piensan o a otra categoría de individuos que nos seducen. Resulta cómodo que otros piensen por nosotros y luego nos quejamos si las cosas no van como nos hubiéramos imaginado. La delegación democrática se ha convertido en una cesión de nuestra primogenitura a cambio del plato de lentejas (léase aquí equis bienes de consumo) Siendo conscientes de ello acaso estemos en un punto de inflexión interesante para recuperar un sentido ilustrado a lo Kant o a lo Diderot o Voltaire, sin olvidar el referente que sigue siendo la Atenas del siglo V tan nombrado antes del mito cristiano.
EliminarLas preguntas que haces también se las hace Habermas. Parece ser que encuentra algunas respuestas. Busco sus libros sin éxito. No me va a quedar más remedio que echar mano de Amazon. Este será el verano para Habermas. O eso espero
ResponderEliminarPor cierto, yo sí te creo ;)
¡Salud!
Creo que al menos desde la Ilustración nos venimos haciendo muchos las mismas o análogas preguntas, algunos obtienen ciertas respuestas (a mí me cuesta obtenerlas y las escasas me resultan inseguras) y ya me gustaría a mí tener disposición y capacidad para leer a Habermas. Lo que comentas sobre la dificultad de encontrar libros me lleva a mirar en una librería importante de mi ciudad y veo que hay muchos libros del filósofo publicados, pero pocos en disposición inmediata en librería. Mira acaso hoy me pase a ver de qué va este libro que tienen en stock, porque el tema es importante y actual para nosotros:
Eliminarhttps://www.trotta.es/libros/mas-alla-del-estado-nacional/9788481641448/
Gracias, hermano, por el acicate de tu comment.
Un día tomé la decisión de que mi conocimiento interior sería mi guía, y desde entonces mi vida ha mejorado en muchísimos aspectos.
ResponderEliminarEscucho a los demás, pero la última palabra la tiene mi corazón. No dejo que nada externo ponga piedras en mi camino, simplemente dejo que sea mi voz interior la que me lleve a dónde deseo ir.
Sé que suena raro, pero a mi me funciona. Cada persona tiende a encajar su puzzle como mejor puede, pero desde el interior se ve más claro, al menos en mi caso.
Vivir y experimentar, en eso estamos ¿no?. Un abrazo ¡feliz jueves!
Pues sí, es que vivir es experimentar, tener vivencias, relacionarnos, preguntarnos y tratar de respondernos. También es acertar y errar. Escuchar lo de fuera y recapacitar dentro de nosotros. Todo lo que le funcione a cada cual bienvenido sea. Saludo de jueves soleado y caldeado.
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