"...Y es que en la noche hay siempre un fuego oculto". Claudio Rodríguez





lunes, 30 de noviembre de 2015

Niebla: solo afectación, sólo indolencia





Hay quien vive en una aflicción permanente. De la misma manera que hay quien no parece sentirse afectado por nada. Entre ambas orillas, una marea de mortales vive a trompicones procurando como puede no ser víctimas de afectaciones ni viciosos de indolencias. Pero ese grueso social adolece de un grado elevado de dejadez que se convierte en dejación. No te preocupes que otros lo harán por ti, parece ser una máxima extendida en tiempos de compraventa de servicios como jamás ha existido antes en la historia. Sin darse cuenta de que si no se participa o se controla otros harán de su capa un sayo con lo público pero también con tu propia existencia. Se empieza concediendo a manos ajenas aquello que nos pertenece y se acaba en el despojo. Cuestión de tiempo.   



(Dibujo de joven apesadumbrado, Anónimo del siglo XVII)


domingo, 29 de noviembre de 2015

Niebla: sólo oscuridad, sólo trueque




















Aquel gato callejero y yo nos asustamos mutuamente. Ni él andaba por los tejados ni yo transitaba el asfalto. Era como si ambos nos hubiéramos pillado fuera de ubicación y estuviéramos a punto de caer en reproches. Fui comprensivo y él de buena aceptación. Durante un tiempo el gato negro me dejaría deambular por su territorio y yo a cambio le prestaría el sofá para que dormitara ante el televisor. Al fin y al cabo, puesto uno a vivir oscuridades prefiere contemplar la luna más que reconcomerse con esta sensación de no salir del subsuelo cotidiano.



(Chapa de latón de Adolphe Léon Willete)


sábado, 28 de noviembre de 2015

Niebla: sólo inanición, sólo desgaste













Víctima de mi propia hambre y de mi propia sed he sido toda la vida un antropófago. No soy metáfora de nada y nada puede convertirse en una alegoría para explicarme a mí mismo. En el lento camino de la comprobación me he tirado del pelo, restregado la barba, pellizcado la carne, frotado los lóbulos de las orejas, mordido los labios, estrujado los dedos, lamido la piel, acariciado la sangre, arañado los nudillos, tragado salivas, aliado a unas bacterias y combatido a otras, devanado fantasías, quemado neuronas, desgastado miradas, bebido lágrimas, ahogado apetencias, abortado pensamientos, enfurecido y debilitado alternadamente impulsos. Y todos esos ejercicios, sinónimos de una irracional rebeldía y de un instinto insatisfecho, habla del hombre mejor que cualquier figura del lenguaje o que una rebuscada interpretación de los sueños. Destino por el cual ese hombre se apodera de otro hombre dentro de mí mismo y lo devora. 



(Imagen pictórica de Peter Paul Rubens)


viernes, 27 de noviembre de 2015

Mi amiga al viento


Viernes 27. Mi amiga Jeanne ha abierto la ventana del amanecer al frío. De pronto la miro y me parece que entra en una metamorfosis. Sé cómo piensa pero no me esperaba el desafío. Yo no creo en las banderas, pero siempre dejo el margen a que una de ellas pueda representarme un día. Jeanne parece tenerlo más claro. Desinhibida, hermosa, enérgica. Si todos van hoy del uniforme que impone el que manda yo no, me dice. Yo voy más allá. Jeanne siempre ha sido tan alternativa...



(Ilustración de Yslaire para su serie Sambre)


jueves, 26 de noviembre de 2015

Comprad, comprad, malditos



¿Cómo? ¿Que todavía no se ha precipitado usted a los grandes almacenes? ¿A qué espera? ¿No ve que se va a perder lo buenobonitobarato? ¿No entiende que se va a quedar sin nada? ¿No sabe que lo va a lamentar? ¿Va a poder dormir tranquilo las próximas semanas si no viene a nuestros bestiales descuentos? ¿Va a desperdiciar esta oportunidad única y generosa del mercado? ¿Permitirá que otros se lleven nuestras ofertas a manos llenas? ¿Dejará de pasar la ocasión de llenar su vida con los mejores productos? Pero hombre, si sabe perfectamente que usted no es tonto y que siempre es primavera: aproveche las ventajas del viernes más viernes de todos los viernes. Es un consejo de la Dirección General de Listos (Versión española)



(Ilustración de Manel Vizoso)


miércoles, 25 de noviembre de 2015

Cuento en que se cuenta lo sencillo que era todo entonces




Érase que se era un país que desfilaba un día sí y otro también. Se diría que los hombres que poblaban su territorio hubieran nacido para desfilar. Si había procesión, salían los soldados a acompañar respetuosamente los ritos sacros. Si había exaltación del jefe de jefes, salían los soldados con sus pertrechos a mostrar su disciplina y lealtad. Si venía de visita el rey del Gran Reino, salían los soldados a rendir honores y presentar armas.  Si había que mantener el orden, salían los soldados a mantenerlo. Si había que defender la patria, según las arengas de los altos mandos, salían los soldados a hacer que la defendían y cantaban aquello de que derramarían hasta la última gota de su sangre en el intento. Todo era sencillo y generoso entonces, y la gente salía a la calle la mar de contenta a ver desfilar a los soldados. Fin.



Niebla: sólo apuntes, sólo mano
















Que una mano tuya haga sobre el papel (y aquí vale incorporar también cualquiera de las técnicas modernas al uso) sin que se entere la otra mano. Parece una máxima profética, pero apenas es sino instinto y necesidad. La mano intermediaria, más que ejecutora. Que pergeñe notas en un pentagrama, que dibuje rostros o árboles, que plantee ecuaciones, que proyecte geometrías, que escriba memorias, que diseñe perspectivas, que relate acontecimientos, que cante al amante, que registre datos. Si me apuran, que haga papiroflexia creativa. Que lo que haga esa mano sea tomar apuntes de cada paso vital que das. Aunque el ejercicio sea exclusivamente para uno mismo y no vayas más allá de tus límites. Una mano hábil para tu ratificación y, sobre todo, para tu íntimo goce.



(Fragmento del fragmento del cuadro citado en la entrada anterior)


martes, 24 de noviembre de 2015

Niebla: sólo soga, sólo fatalidad
















Piensas pero te apropias de lo que escribes. Escribes pero hurtas las palabras. Hablas pero adulteras las expresiones. Matizas pero revuelves los pensamientos. En ese circuito no eres sólo ni por separado ninguno de ellos. Has abierto la puerta a un recorrido que va de dentro a afuera con un retorno que te sobrecoge gozosamente. Cuanto lees son voces multiplicadas. Pero cada autor reduce aquellas voces a su visión y escoge. Ambivalencia: tiempos y personajes, conductas y relaciones, paisajes y soledades llegan a tu alcance a través del transmisor que escribe. Pero éste ¿ha escrito todo tal como era o como a él le ha parecido? La pregunta tiene un valor de consideración relativo. Lees, piensas, escribes, comunicas haciendo de intermediario. Todo nos llega por otros y tú te construyes como otro incluso dentro de ti mismo. Tú lector, tú pensador, tú escribiente, tú narrador oral, tú nuevo transmisor en la precaria medida de tus posibilidades recibes y cribas, desparramas y eliges, acumulas y dudas. La cuerda serpentea y se estira, la atas en corto o la dejas fluir, te enredas con ella o pendes sobre los misterios. No hay fin una vez la has desenrollado y sabes que para siempre será tu soga fatal.



(Fragmento del cuadro Un filósofo escribiendo,  de Juan Dò, también conocido como el Maestro de la Anunciación a los Pastores) 


lunes, 23 de noviembre de 2015

Niebla: sólo viajeros, sólo destino
















Todo el mundo se mueve, pero nadie se ubica donde debería hacerlo. Van a pasar trenes ficticios y los viajeros se subirán una vez más equivocadamente a ellos. Se fiarán de los altavoces, interpretarán a su manera la pizarra electrónica de llegadas y salidas, leerán a la carrera el rótulo de los vagones, adquirirán el billete erróneo. Todos querrán subirse al tren que les traslade al destino imaginado, e incluso anhelado, aunque no sepan con claridad su nombre. Ya emprendida la marcha les asaltarán las dudas sobre a qué estación querían dirigirse y descubrirán que no está en la dirección que va el tren. Será tarde para reclamar a los empleados del servicio, que se sentirán aliviados una vez más por lo bien que han montado el recorrido. Los viajeros, confusos, volverán a comprobar de nuevo que el tren que han tomado no va a ninguna parte. Y que de momento se lo tragará la niebla, con todos ellos dentro, sin saber por cuánto tiempo. 



domingo, 22 de noviembre de 2015

En ninguno de los nombres




Es de agradecer que estas jóvenes seguidoras de una religión monoteísta salgan a la palestra con tal mensaje. Y que ayer en Roma, Génova y Milán los musulmanes se hayan manifestado bajo la misma consigna. ¿Han tomado una iniciativa decidida frente a los más violentos? Y a su vez, ¿estarán valorando la procedencia de tanta agresividad fanática? ¿Ahondarán en las raíces de los pensamientos que se reclaman de la verdad y lo absoluto y que alimentan las ideas cerradas y fanáticas? ¿Reconsiderarán las aspiraciones al dominio y la conquista que hay en el seno de las doctrinas, con todas sus consecuencias, medios y fines? ¿O se trata de una pose, no digo que no sincera, para la coexistencia pacífica? Mira que el poeta Omar Jayyam, materialista y dudosamente religioso, hace casi diez siglos ya cantó:

"¿Hasta cuándo mezquitas, ritos, templos del fuego?
¿Hasta cuándo hablarán de infierno y paraíso?
Mira que en su tablilla el dueño del destino
escribió en un principio cuanto habría de ser"

Nunca en el nombre de fantasía u objetivo alguno debería cundir la maldad y el crimen. Ni en el nombre de ningún dios ni en el nombre de ninguna excelsa idea ni en el nombre del dinero y el productivismo desenfrenado. Pero ya vemos que los hechos anulan lo potencial haciéndonos infelices.  



(Fotografía tomada de Il Manifesto)


sábado, 21 de noviembre de 2015

Niebla: sólo bondad, sólo maldad





Un niño de apariencia dulce invita al acogimiento. He ahí la edad feliz, se dirá. La edad de la pureza, de la bondad natural, de la alegría ilimitada, nos decimos ante su presencia envidiada. Nos gusta verle así, porque también es sinónimo de que está bajo control de sus mayores. Pero ese mismo niño tiene su lado posesivo y lo oculta. Balbucea su tono discordante y lo impone si no logra algo.  Echa mano de reacciones crispadas, cuando no agresivas, como mecanismo defensivo, ¿o acaso al ataque?, a medio camino entre la confusión y la leve claridad que va obteniendo por la experiencia. El otro rostro que exhibirá para liberar su tensión revuelta, sin medir ni comprender el riesgo que corre con sus efectos. Una voz discrepante acaricia al niño: no, en el niño no cabe la maldad, clama con énfasis protector. El niño lo oye y sonríe maliciosamente, se acopla manso a su valedor, se enroca en una cameladora inocencia, controla y reprime su turbiedad. Cuánta sabiduría del instinto. Empieza a comprender que la sociedad en que se inicia también admite la maldad y convive con ella. No sospecha hasta qué punto también se ha ideado el castigo.




jueves, 19 de noviembre de 2015

Niebla: sólo apropiación, sólo espectáculo






















Sólo el hombre es capaz de hacer espectáculo del dolor. No sólo lo hace como ejecutor del crimen. También como partidario de la víctima. Incluso hay víctimas supervivientes que se prestan a ello. El espectáculo pasa a primer plano por encima del dolor. Si las miradas se concentran en el árbol donde enfoca la cámara no alcanzarán a ver la dimensión variada y compleja del bosque. Miopía de la vida. Carencia de ejercicio visual. Negación del paisaje. Pérdida. Los pastores reconducen al rebaño, antes de que empiecen las preguntas. La voz es entonces unísona, ajena, alterada, suplantada. El hombre cede al elenco del espectáculo y la dirección toma las riendas. De ahora en adelante la íntima manifestación del dolor (duelo) que antes permanecía en el regazo de los dolientes cambiará de mano. El espectáculo lo suplirá. Se hará cargo. El espectáculo ofrecerá su versión del duelo. El espectáculo decidirá cómo y cuánto debe dolernos la acción alevosa de los hombres. El espectáculo encauzará las quejas, diseñará los ayes y pergeñará las lágrimas pasajeras. El espectáculo nombrará a la vida como muerte y a la muerte como vida. Espectacular apropiación. Y el ganado aceptándolo. Un amigo me suele decir: nos lo quitarán todo. Están en ello.




(Pintura de Jan Gossaert, Mabuse)


miércoles, 18 de noviembre de 2015

La liberté ¿est un monument indestructible?




Corre hoy por los medios una foto de la fachada de Bataclan donde se ha colgado una pancarta que dice: "La libertad es un monumento indestructible". Suena bien. Emociona. Consuela. Expresión de modesta épica. Pero ¿estamos seguros de que es así? Es lo que tienen los conceptos que se pretenden absolutos: los pone a salvo la propia consagración de la palabra. Pero en la historia y vida cotidiana el ejercicio de la libertad suele quedar minusvalorado, maltrecho e incluso anulado. Un ejemplo de hoy mismo. En nombre de la seguridad nacional, el gobierno francés ha suspendido las macromanifestaciones previstas para la Cumbre Mundial del Clima que empieza en París a finales de mes. Nada de protestas cívicas en la calle, nada de presiones sobre los gobiernos, nada de exteriorizar criterios discordantes en torno a un asunto de primordial importancia en el mundo como es que nos jugamos la situación del medio ambiente, luego el planeta, y que hay que llevar a cabo cesiones y tomar decisiones tajantes entre todos los países. Suspendiendo un derecho de expresión ciudadana ¿mata dos pájaros de un tiro el gobierno galo? Reflexión: en el futuro vamos a presenciar una pugna entre orden y seguridad, por un lado, y ejercicio de los derechos democráticos, por otro. La Marsellesa, que tanto se entona con vigor y significado compartido, no sé hasta qué punto nuevo y en qué dirección, ¿no quedará devaluada si las democracias se ven tocadas desde dentro de casa? Los yihadistas criminales tienen que estar frotándose las manos al ver cómo influyen indirectamente. Al fin y al cabo ellos no creen en los derechos democráticos ni por asomo.



Niebla: sólo observación, sólo duda






















El hombre está ahí. Es casualidad pero es cuanto se tiene a sí mismo. Observa desde la primera mirada ligera. Luego, con los años, aguza su visión, la enriquece y cree ir entendiendo algo. Pero poco a poco los paisajes cambian, las figuras se mueven, los rostros se difuminan. Lo que ayer le parecía un aserto hoy es mero contorno indescifrable. Y vuelta a empezar, pero no ya desde la mirada espontánea y limpia. Ahora tiene que pelearse con la deformación de lo que antes ha visto, sin saber qué parte de aquello le sirve para una observación correcta de lo que va llegando. Handicap: no saber contemplar. Confundirse en la disposición para mirar. No ser capaz siempre de tener ojos nuevos y receptivos. Fragilidad al seguir asaltado por dudas respecto a la posición de los objetos o incluso de la esencia misma de cuanto ha crecido en derredor, se llamen estos ideas, conceptos, afirmaciones, definición. La niebla, hábitat del hombre.  



 (Imagen de El Lissitzky)


martes, 17 de noviembre de 2015

Niebla: sólo silencio, sólo griterío












Entre el silencio y el griterío permanece la estupefacción. Se dirá que el silencio es más prudente, pero ¿es silencio reflexivo o silencio de pánico? Se dirá que el griterío es más valiente, pero ¿se trata de una expresión justa o es una batahola desafiante? Me niego a participar de las banderías vociferantes, me resisto a recluirme en el miedo que me anule. La niebla me hace pasar desapercibido todavía. Rechazo instalarme en el pasmo ridículo. Mamá no vendrá a salvarme (voz interior)





lunes, 16 de noviembre de 2015

Niebla: sólo discurso, sólo impotencia




No me quito la vieja impronta rabiosa, cultural, cuando escribo algo largo sobre el mundo (no tan largo) No me vacío de mi propio cesto de frutos inmaduros (por más que intento explicarme no logro catar la sazón adecuada) No me gusto cuando pontifico (no obstante haber procurado el alejamiento de tal actitud dominante) No me deja feliz bucear en el marasmo y la confusión (cuando emerjo mi mente sale embadurnada y esa sensación de no tocar nunca el fondo me agobia) Pero, protegido por la niebla benefactora, me exulto ante el hallazgo de una pequeña piedra que tallo en sillar que transformo en basamento que sueño que levanto en edificio, siquiera de modo circunstancial. Hasta que envejece nuevamente el material.



domingo, 15 de noviembre de 2015

¿Son estos los cómplices, los infieles, los paganos, los idólatras, los culpables...?




Ha dicho el portavoz de los asesinos de la gente de la fotografía para justificar su criminalidad: "En Bataclan se reunían cientos de idólatras en un acto de perversidad". Los obtusos idólatras que han matado con el nombre de Alá y de Siria o Irak en la boca se permiten decir eso de la pléyade de gente joven y guapa que asistía a un concierto o cenaba en uno de los restaurantes tiroteados. ¿No serán precisamente tales características lo que ellos perseguían a sangre y fuego, más allá y además de su táctica y estrategia decididas en instancias siniestras? ¿Les incentivaba su envidia y odio a unas formas de vida más liberales y abiertas que las suyas? ¿Era la belleza lo que odiaban? ¿Sólo iban contra franceses? ¿No se han enterado todavía de lo del intercambio de ciudadanos o, si se quiere, de los efectos multiplicadores de la globalización? Contabilizas la nómina funesta de víctimas y salen tunecinos, alemanes, españoles, mejicanos, rumanos, belgas, portugueses, congoleños, británicos, italianos, argelinos, marroquíes...y franceses, obviamente. ¿Todos ellos paganos, infieles, culpables? ¿Todos ellos cómplices de los movimientos torpes de los gobiernos europeos? El presidente del gobierno español, con esa elevada decisión y clarividencia a la que nos tiene acostumbrados, soltó ayer una de esa frases que repite y que no salen de él: "No estamos ante una guerra de religiones". Puede ser, aunque también. Porque siempre estamos ante la permanente guerra del oscurantismo contra la laicidad y la sociedad civil. Aunque evidentemente, en ese juego siniestro haya más hondas intenciones cruzadas de alto nivel político, una práctica del dejar hacer por aquello de que si las cosas van peor los gobernantes obtienen más cheques en blanco de los gobernados y una reconfiguración geoestratégica de zonas del mundo donde el petróleo y otros negocios van a ser más decisivos todavía en el futuro. Como sospecho, nada sencillo el tema. ¿Nos limitaremos a poner velitas y a decir que también somos París o Charlie cada vez que haya un crimen de esta dimensión? ¿O empezaremos a enterarnos mejor de lo que hay tras toda la política que se mueve en nuestro nombre y a nuestras espaldas y exigiremos claridad? Por supuesto, que no me cuenten cuentos los candidatos que afinan su verborrea para las elecciones de diciembre. Hoy por hoy ni a los viejos ni a los nuevos les creo, porque pienso que no saben ni por dónde se andan. Y si lo saben, peor. 


http://www.repubblica.it/esteri/2015/11/14/foto/parigi_sotto_attacco_le_storie_delle_vittime-127381133/1/?ref=HRER1-1#1



(Cuadro fotográfico tomado del diario La Repubblica)


Niebla: sólo cadáveres















Hoy he tenido un gesto de bondad. He acogido a una hoja marchita que me ha caído encima de un plátano de sombra. La dejaré sobre una estantería, la colgaré de un cuadro, la pegaré en un álbum. Eso es lo que sabemos hacer: acoger muertos. Pero al menos esa clase de cadáveres no huelen ni sobrecargan nuestra conciencia. No quiero pensar que la necrofilia sea una obsesiva forma de amor.



sábado, 14 de noviembre de 2015

Más Voltaire




¿Os habéis dado cuenta de lo simbólicos que son los lugares de los atentados de París? Un café, un estadio de fútbol, una sala de espectáculos. ¿No son representativos de una forma de vida occidental abierta y comunicativa? ¿No han sido elegidos por el fundamentalismo islámico porque representan todo lo contrario de la ideología y las formas de vida que los bárbaros y energúmenos desearían imponer? Por supuesto que Europa puede suscitar muchas críticas, empezando por las que hacemos aquellos a quienes desde casa no nos gusta la deriva que está tomando la UE, por supuesto que hay un pasado colonizador y un presente intervencionista poco acertado, por supuesto que nuestros usos y costumbres tienen doble rostro, pero si quitamos todas las capas de la cebolla que somos ¿quién de nosotros no se siente identificado con la libertad, el hedonismo y el sentido de disfrute que representan charlar en una terraza de bar, escuchar música en público o contemplar un espectáculo deportivo? Lugares de encuentro no solo de los individuos en agrupamiento, sino también del encuentro y la evolución interior de cada uno. Cada individuo sabe o debería saber si aquello a lo que asiste o de lo que participa es alienante o liberador para él, y con frecuencia ambas características van asociadas, pero la posibilidad real de elegir, el ejercicio de las prácticas del descanso y el sano ocio, la comunicación y el intercambio, la mirada y la reflexión, la intervención en lo colectivo y la opción de disentir, que no son exclusivas de Occidente, pero que el Occidente laico ha sabido mantener frente a las religiones opiáceas (en el sentido marxiano) es algo irrenunciable. Es la opinión de alguien que no es proclive de acudir a actos de masas y de delegación mental. Uno no puede ser ingenuo y creer que el terror presente es mera cosa de intolerantes. La intolerancia, más bien, está al servicio de intereses oscuros, revueltos, de ámbitos políticos que mueven los hilos y tratan de influir, quebrando la convivencia para que la ciudadanía a su vez presione sobre los gobernantes. Pues bien, la respuesta al terror y la barbarie no debe ser la restricción de los derechos de la ciudadanía. Habrá quien traduzca su pensamiento maduro en reacción emocional y conceda su voto a otros fundamentalistas de signo opuesto en nuestros países, algo sumamente peligroso si llegan a controlar los resortes de poder. Pero en la inteligencia e independencia interior del hombre está la capacidad de elección. Necesitamos más Voltaire. Mantener y recuperar la libertad de criterio, la riqueza de la expresión, la capacidad de participación. Mirada despejada frente a las tinieblas. Uno desearía que no volviera el mundo viejo con su rostro de barbarie, por muy mundo viejo nuestro que nos digan que sea. No sé si es mucho pedir, no sé.


¡Bataclan vive!


(Un par de comentarios de Voltaire en su Tratado sobre la tolerancia:

"...¿Y con qué cara podemos reprochar a los paganos haber hecho tantos mártires cuando nosotros hemos sido culpables de la misma crueldad y de las mismas circunstancias?"

"...Es preciso, por lo tanto, que los hombres empiecen por no ser fanáticos para merecer la tolerancia")





viernes, 13 de noviembre de 2015

Niebla: solo mirada, solo belleza




Sólo mirada ante el paisaje que se nos ofrece todavía. Donde las luces tibias y los reflejos fieles generan la ilusión de que todo es impasible. Solo asombro ante lo único que permanece de cuanto ya contemplaron nuestros antepasados más lejanos. Solo refugio protector de las malditas tinieblas que acechan. Solo belleza. 


miércoles, 11 de noviembre de 2015

Los secuaces de Big Brother




No, los polis y los espías ya no van así desde hace décadas. El último, el de la foto, quedó petrificado cuando disolvieron la brigada y le largaron al paro, y por ahí anda ganándose la vida como estatua de sal. Porque, y eso no los han contado los historiadores de la Transición, a los secretas que miraron atrás, cargados de nostalgia por los buenos tiempos represivos, los de antes, quiero decir, les sucedió lo que a la mujer de Lot. El sistema fue implacable con ellos. Quién lo iba a decir, a pesar de los servicios prestados. Nada de mirar pues a tu espalda y ver al hombre de la trinchera, no obstante aquel mimado esmero por pasar desapercibido.  Hoy el espionaje ha introducido modelos diferentes. Más descarados y voyeurs, si se quiere y, por lo tanto, tal vez más efectivos. Porque, por ejemplo, hay espacios donde en la intimidad los primates evolucionados en humanos somos proclives a pensar, a hojear un libro, a consultar wasap, a disponer la higiene intestinal, a hacer cálculos trigonométricos, a planear citas, en definitiva, a tener tentaciones y a fantasear, que para eso hace algún tiempo bajamos del árbol. He pillado in fraganti a uno de esos nuevos ejemplares puestos en circulación por Big Brother para el control de cuerpos y almas (aquí Maxence Van der Meersch se me ha hecho melancolía) No sé si habrá obtenido mucha información de mi presencia en el templo evacuatorio, pero la verdad es que con esa carita inocente le dan ganas a uno de perdonarle la intromisión.


  




martes, 10 de noviembre de 2015

Recomendación con tufo moral




Que todo está archiescrito, por activa y por pasiva, en papel y en disco duro, en muros y en pergaminos, es algo sobre lo que no cabe duda. Las recomendaciones morales son muy antiguas, aunque no sé si han servido para algo, porque el humano sigue tropezando en los mismos cantos. Si no quieres nunca hablar mal de alguien, mira primero quién eres tú es una versión suave y prudente que no sé por qué me recuerda a cierta máxima bíblica cargada de ira: ¿Por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo? Todo está escrito y harto escrito. Haría falta que nos diéramos por aludidos y apartáramos las piedras del camino y, sobre todo, las vigas de los propios ojos, que están estropeando la vista, el paisaje y el país.




Somnia (Incógnita)












Estoy sentado en la linde entre un erial y un camino que no sé a dónde conduce. Aparece con irritante lentitud un tren, transversal a mí, que no se detiene y del que tampoco conozco ni estación de procedencia ni de destino, y que no lleva pasajeros.


(Fotografía de René Groebli)

lunes, 9 de noviembre de 2015

Somnia (Ego)












Me acercaba a un corro de gente que parecía prestar atención a alguien. Me abrían paso, unos de buen grado, otros resistiéndose, y cuando llegaba a la primera fila no había nadie en medio. Sorprendido preguntaba a aquellas personas qué miraban y a quién escuchaban. Entonces todos se giraban hacia mí pendientes de que les hablara, pero aquellos rostros expectantes y las sonrisas de felicidad esbozadas me producían repulsión. Intentaba salir del círculo, tanta presión sobre mí era insoportable. Los nervios me hacían clamar en voz alta: esto es una trampa. Entonces unos y otros se ponían a discutir acaloradamente entre sí y yo aprovechaba para huir del cerco.   



(Fotograma de un film de Shirin Neshat)


domingo, 8 de noviembre de 2015

Somnia (Afluencia)












En un sueño simple pero inquietante me apura la sed. Me agacho sobre un manantial del que fluye una corriente mansa que queda depositada en la pátera de piedra. Sobre aquella humedad transparente bebo deleitándome a tragos espaciosos. Sin que yo lo advierta  empiezan a desprenderse pequeñas piedras de la ladera, la fuente se resquebraja y me veo engullido por la roca. 



sábado, 7 de noviembre de 2015

Somnia (Intercambio)















Iba andando a través de una arboleda y a medio camino un paseante de aspecto lánguido se sitúa a mi lado y me propone cambiar mi edad por la suya. No entiendo que siendo él bastante más joven que yo pretenda semejante locura y se lo digo. Pero él se obstina y me responde que está cansado de no entender nada y que quiere ver cuanto antes el mundo con ojos de anciano. Yo trato de que desista de su intención, aseverando que nunca se acaban de entender las cosas, pero el joven me implora vergonzosamente. Me estoy consumiendo en mi propia ignorancia, llega a gritar fuera de sí y me zarandea. Me despierto sobresaltado en el momento en que nos disponemos al intercambio. Siento el cuerpo fresco y ágil como pocas veces lo he percibido a la hora del alba.



(Fotografía de Lee Jeffries)


viernes, 6 de noviembre de 2015

Somnia (Cruz)











Una figura de mujer revestida para un acto ceremonial y que yo no conseguía identificar ponía en mis manos una espada rutilante y con empuñadura en cruz, cuya hoja afilada no dejaba de chorrear sangre, pero yo inmediatamente la arrojaba lejos de mí porque ardía.



(Fotografía de Evgeniy Shaman)

jueves, 5 de noviembre de 2015

Somnia (Pérdida)















Hay cierto sueño del que me resulta prácticamente imposible recordar nada porque a las imágenes desordenadas se sobreponen manifestaciones incontroladas de mis sentidos que ocultan aquellas. Así que mi frágil memoria del mismo es una sucesión desenfrenada de escalofríos de mayor o menor intensidad. Sí que recuerdo vagamente que en la convulsión producida por uno de aquellos temblores se abría de golpe una ventana. A su través leía un rótulo de neón bastante cegador que decía: pérdida. Todavía al despertar me parecía sentir el latigazo del estremecimiento, como si le costase a la pesadilla despegarse de mi cuerpo.



(Fotografía de Saul Leiter)


miércoles, 4 de noviembre de 2015

Somnia (Exterminadora)















Una sombra aniquila a cuantas personas encuentra por el camino, pero al llegar a mí me evita, ni me mira ni duda, sólo atraviesa la posición que ocupo como si yo no existiera, y continúa su ruta de exterminio.


(Fotografía de Saul Leiter)



martes, 3 de noviembre de 2015

Somnia (Reencuentro)














Se presentaba delante de mí diciendo que era mi hermano, pero yo no le reconocía y me apartaba de él como si apestase. Al cabo de un rato llegaba de nuevo otro hombre con el mismo cuerpo que el anterior afirmando también que era mi hermano, pero éste llevaba por cabeza una soberbia máscara como la que utilizan los senufos. Nos abrazábamos y prorrumpíamos en gemidos de emoción por el reencuentro.



(Fotografía de Angèle Etoundi Essamba)


lunes, 2 de noviembre de 2015

Somnia (Traición)















Dibujo letras para una tipografía nueva, pero me va saliendo un alfabeto que ni yo mismo sé pronunciar. De improviso aquellas letras rompen sus redondeces y confunden sus intersecciones, convirtiéndose en agujas que se clavan en mi cabeza pero también en las zonas más recónditas de mi cuerpo. Cuando despierto del sueño me sorprendo pronunciando extraños sonidos guturales.



(Ilustración de El Lissitzky)


Mordidos por el vampiro




Conmemoro con un sencillo recuerdo que tal día como hoy murió asesinado hace cuarenta años Pier Paolo Pasolini. Para la mayoría de los que hayan oído hablar de él fue un director de cine, yo pienso que no cualquier director de cine. Para algunos fue también un hombre hondamente comprometido, ético, molesto para muchos, y los artículos en su columna periodística El caos, del diario italiano Il Tempo, dan fe de su capacidad crítica, inconformista, razonadora. Percibo su gigantismo y me duele que en nuestro país no exista ahora mismo un columnista tan audaz, clarividente e invendible como lo fue él allá por las décadas 60 y 70 del siglo pasado. Mientras la política líquida y el corrimiento táctico de la mayoría de los partidos en España desfiguran y olvidan la esencia de lo que acontece en la sociedad y en las vidas, uno se resarce y se deja compensar por aquellos escritos donde se decían las verdades como puños. A Pasolini no le guiaba el afán partidista sino el esclarecimiento de las circunstancias clasistas tan agudizadas en su tiempo. Pero ¿acaso no lo están ahora en nuestro país? Sin embargo aquí todo es apariencia, desvirtuación, olvido y obsesión por conseguir escaños a fuer de donde dije digo digo Diego y otros tacticismos absolutamente pérfidos.   

Hallo este texto escrito por Pasolini en 1968, que muchos no entenderán, siquiera porque el lenguaje no es de uso y los conceptos se ignoran, o porque no quieren o porque les chirría que se les recuerde que en esencia nada cambia. " El burgués -digámoslo en son de broma- es un vampiro que no descansa mientras no muerde el cuello de su víctima por el puro, natural y simple placer de ver cómo palidece, se pone triste, se deforma, pierde vitalidad, se retuerce, se corrompe, se asusta, se anega en sentimientos de culpa, se vuelve calculadora, agresiva, terrorista igual que él. ¡Cuántos obreros, cuántos intelectuales, cuántos estudiantes han sido mordidos de noche por el vampiro y, sin darse cuenta, se están convirtiendo en vampiros a su vez!"

Mordidos por el vampiro estamos. Cuarenta años después, lo escrito por Pasolini destila sobre todo la necesidad de saber oír, saber interpretar, saber comprender y saber plantear las constantes alternativas al perecimiento, en su quebradiza condición, de los hombres y de sus existencias.




Somnia (Energúmenos)












Unos cuantos individuos en grupo bajan precipitadamente por la ladera de un monte gritando palabras oscuras y hacen movimientos violentos con sus brazos y con sus manos y llaman a otros hombres y les conminan con gestos airados a que les sigan. Por el camino se les van sumando más con análogo comportamiento grotesco y vociferante. Aquel desfile de iracundos me sobrecoge y el pánico me produce convulsiones. Me hago a un lado, temiendo ser atropellado por aquellos monstruos implacables que no cesan de llegar desde todas partes. Pero no acaban de aproximarse y de pronto se abre una extensión cada vez más amplia entre ellos y yo y les pierdo de vista. 


(Fotograma de un film de Shirin Neshat)




domingo, 1 de noviembre de 2015

Somnia (Lencería)















En aquel sueño veo de ventana a ventana a la vecina en ropa interior como la que llevaban las mujeres de antes, que las armaban más pero que probablemente las hicieran más deseables, y de pronto me doy cuenta que lo que miro es un reflejo en el vidrio de los cuarterones de mi casa, que el viento mueve de modo caprichoso, y que aquella figura que parecía estar enfrente en realidad está detrás de mí, pero a la que no hago caso mientras sigo gateando por las habitaciones.



(Fotografía de Saul Leiter)