"...Y es que en la noche hay siempre un fuego oculto". Claudio Rodríguez





sábado, 30 de junio de 2018

Deriva de la oscura mirada



AGAZAPADO en el umbral observas imágenes que te proporciona la oscuridad, no son representaciones nítidas, porque la noche negra no concede paisajes, son invitaciones de diferente intensidad que parten de aullidos, de carreras, de suspiros, de sofocos, de desplomes, y que llegan hasta a ti, y tú con ellas compones escenas probables y dibujas cuerpos y zarandeas movimientos y perfilas diálogos, y cuando de pronto es el silencio, como si un elemento superior paralizase toda vida ajena, te palpas, roe tu nuca  la traidora caricia del relente, y bramas y corres y descargas tu asombro y te agitas y haces confidencias al otro que te acompaña dentro de tu celosa negrura y caes plácido ante el pensamiento oscuro de si no habrás vivido ya todo lo que tenías que vivir.

 

(Fotografía de Taichi Gondaira)


jueves, 28 de junio de 2018

Deriva fantástica















YO CAMINABA hacia atrás en tu búsqueda, porque sabía el día, el lugar y el motivo pendiente por los que coincidiría de nuevo contigo, pero por más que agilizaba la marcha retrógrada me iba haciendo cada vez más pequeño, y no te encontraba en el mismo punto que la otra vez, no aparecías, ni yo era el individuo arrojado de entonces, ni los significados me sugerían con el análogo ardor que en su momento apuraron mis horas, dispuesto como estuve a dar un salto cuya mortalidad quedó detenida en el aire de una de aquellas madrugadas gélidas, y cualquier modalidad de espera fue revelada como una obsesiva fantasía que ingenuamente trataba de frenar mi irrevocable senectud.  



(Fotografía de Saul Leiter)


miércoles, 27 de junio de 2018

Deriva de Polifilo redivivo





















MEJOR buscar huellas en los jardines del sueño. Después de todo, cualquiera de nosotros ¿no fuimos alguna vez Polifilo en busca de Polia? ¿No nos movemos en el intercambio de lenguas y en la invención de imágenes que hagan de nuestra vida una obra bella? ¿No nos gusta adaptar nuestra mente a otros paisajes y entregar nuestra carne a desconocidos placeres? Diréis que de la ensoñación no se vive y que los pies en la tierra es lo que nos aporta. Pero ¿acaso aquella no compensa los sinsabores y tanta aceptación de la realidad no provoca llagas en nuestro cuerpo? Se vive de lo que se tiene, afirman los sensatos confesos, pero algunos no cesan de emprender aventuras que solo ellos saben andar, siquiera en el entusiasmo de su cerebro profundo. ¿No procede de esta actitud el Arte, más allá de lo que se demanda funcional y práctico? A cada rechazo que puede provocar en nosotros una prueba se sucede una nueva posibilidad. Si esta nos eleva y nos dota de satisfacciones, ¿llegamos a pensar en anteriores fracasos? Pensamos más bien: dichosa aquella vez en que erré o bendita la decepción que me hizo tomar otras sendas. Los avezados en la asunción de la vida saben que hay que medir tantos los desastres como los logros y, sabiendo que ni unos ni otros son perennes, tienen siempre una actitud de nueva intención. Hay mucho que desear y mucho que valorar. Muchas cosas reclaman nuestra atención y nos entusiasman, y muchos amigos se nos ofrecen para la ruta y nos proporcionan goce. ¿Dónde pues la frontera entre lo anhelado y lo sufrido?




(Grabado del libro Hypnerotomachia Poliphili, de Francesco Colonna, editado por Aldo Manucio en 1499)


martes, 26 de junio de 2018

Deriva del ofrecimiento

















ITINERANCIAS que acababan en un café. Esgrimíais el vaso como parte del argumento. Aderezo de la palabra, oasis en la fronda del barullo coloquial,  gesticulación fraterna que dirimía posibles enconos en las disputas. Tú llegabas y se te ofrecían. Tus cómplices, sus razonamientos, el tono acogedor del grupo. Ella llegaba y era el silencio. Cada comentario quedaba congelado. La presencia de su cuerpo menudo y su alegre luz se imponía. ¿A dónde nos llegábamos?, sugería uno de vosotros. Y ella, en un guiño: por mí podéis volver a empezar. Allí la itinerancia no tenía fin. Y las horas se hacían fecundamente leves. Nadie se distanciaba por las opiniones mantenidas. Ella recababa todas las miradas abiertas, menos la tuya, sigilosamente envidriada. La mujer siempre supo que la desafiabas.   


domingo, 24 de junio de 2018

Deriva de Epicuro















"...Así mismo dispongo que el Jardín sea la morada de todos los que atiendan a la filosofía en mi  escuela, y también la de sus herederos, para que conserven el Jardín del modo que les parezca más seguro, y lo mismo hagan aquellos a quienes mis sucesores lo confíen".

Epicuro de Samos, Testamento.


CLARIDAD relajada de la tarde. Antes de que el filósofo existiera en vuestra vida ya ejercitabais la cita cotidiana en el jardín. ¿Qué fue primero? ¿El pensamiento, la palabra o el beso? Quién pudiera sentirse de nuevo acariciado por aquella iniciación que iba de la mano. Nostalgia de primitivas verbosidades que hilaban con alegre energía razonamientos y seducciones. Nunca conocisteis el tedio. Al orden en vigor contraponíais propuestas arriesgadas. A veces avasalladoras. No, los primeros besos, como las primeras disputas acerca de la visión del mundo, no fueron torpes. Volveríais a repetirlo todo. Era la lenta entrada en el jardín perfumado de las ideas y en el frondoso ámbito de la pasión. El jardín epicúreo siempre permanece abierto.


   

sábado, 23 de junio de 2018

Deriva del torcimiento

















DICES haber practicado el saber torcido. Quédate en él, ahora que sabes mejor que nunca que no hay meta. Al menos ese recorrido sinuoso te ha enseñado lo que para otros permanece oculto y te entretiene placenteramente. De recoveco en recoveco elegiste, sin saberlo, tu paradójico y particular recto camino. Entre salto y salto no te importaron las jugadas, aparentemente torpes, que te hicieron perdedor. ¿Perdedor? Saber que no se llega a parte alguna es vencer las ilusiones vanas que solo conducen a la angustia y a carecer de uno mismo. Vive al sesgo, aunque ello implique desatinos.


viernes, 22 de junio de 2018

Yo también soy carne humana





Según el ministro de Interior italiano los migrantes (o emigrantes o inmigrantes, según el punto de vista del statu quo) no tienen siquiera el reconocimiento de individuos o personas. Son simplemente carne humana. Eso ha dicho Matteo Salvini, ministro del interior de Italia, del partido ultra Liga Norte. Aunque todos tenemos una faceta en que somos carne de mercado -el capital es lo que nos convierte cuando trabajamos a cambio de un salario, y lo ratifica aquella teoría de la plusvalía y de la alienación que emitió el filósofo alemán del XIX- al menos somos una carne pagada, con todos sus altibajos y riesgos. Pero los que huyen de la miseria y de la persecución ni siquiera eso. Son lo peor de lo peor. Su ser queda reducido a carne para la mentalidad energúmena y racista. Salvini sabe de sobra que sus referentes históricos (recuérdese Abisinia, por ejemplo) utilizaron esa carne humana para enriquecerse. Qué ambivalente y desigual es la política y la cultura italianas. Capaz de lo más elevado y llevando el camino, de nuevo, de lo más abyecto. El escritor Roberto Saviano, amenazado por la mafia, lleva años con escoltas. Como ha denunciado en público al ministro citado, este le amenaza con retirarle la protección. 

No tiene pérdida el artículo suyo que sale hoy en El País. No se lo pierdan. 


https://elpais.com/internacional/2018/06/21/actualidad/1529606732_902146.html




(Fotografía de Stefania D'Alessandro, Wireimage, tomada de El País.
 El escritor Saviano rodeado de guardaespaldas)




jueves, 21 de junio de 2018

Deriva mediterránea

















VARADOS en aquel rincón de la vieja taberna, apagado el griterío de los insurrectos, atrás ya sus pasos agitados sobre los últimos adoquines, humedecidos por la salinidad mediterránea, estremecidos por el lenguaje secular de las campanadas de la iglesia gótica, toques de incendios, de revueltas, de ceremonias, de acatamientos, que conmovieron antes a individuos de otras generaciones, ambos se miraron curiosos, fluyendo sus fúlgidas miradas con aturdimiento, sin recelos, y se reconocieron desde sus orígenes dispares, ella tan joven, él tan reacio a que su madurez le obstaculizara la juventud perdida y aún deseada, sortearon con sus palabras, sus bocas y sus gestos un día y otro enternecidamente el damero de lo prohibido, dispuestos a decidir sus movimientos sobre la marcha, hasta que de pronto un atradecer de luz atenuada, sin saber por qué, la partida quedó inconclusa y el bar perdió a sus más entregados amantes.



miércoles, 20 de junio de 2018

Leyendo a Ortega por lo que me toca





"¿Quién es ese o esos otros a quienes encargo de ser yo? ¡Ah!, nadie determinado; ¿quién es el sujeto responsable de ese decir social, el sujeto impersonal del se dice? ¡Ah!, pues...la gente. Y la gente no es este ni aquel -la gente es siempre el otro que no es precisamente este ni aquel- es el puro otro, el que no es nadie. La gente es un yo irresponsable, el yo de la sociedad  -o social. Y al vivir yo de lo que se dice y llenar con ello mi vida, he sustituido el yo mismo que soy en mi soledad por el yo-gente-me he hecho 'gente'. En vez de ser mi auténtica vida me la desvivo alterándola.  (...) Lo que decimos es simplemente que la vida tiene realidad -no bondad ni meritoriedad, sino pura y simple realidad en la medida en que es auténtica, en que cada hombre siente, piensa y hace lo que él y solo él, individualísimamente tiene que sentir, pensar y hacer".

José Ortega y Gasset, En torno a Galileo.


Con qué ligereza se usa hoy el término gente por parte de ciertos ideólogos y políticos. Desaparecidas ¿por generación espontánea? las clases sociales tal parece que nos movemos en una nebulosa abstracta en la que, aunque todos sabemos quién tiene y quién no tiene, quién madruga y quién pasa en vela de ocio todas sus horas, quién es feliz y quién padece, una extraña y absurda sensación pseudo igualitaria nihilista y uniforme nos persigue. No somos ni ricos ni pobres, no somos ni obreros ni empresarios, no somos ni ignorantes ni sabios, no somos cuerpo ni emociones, somos gente, se nos dice. ¿Pertenecemos todos a un engendro fantástico que se denomina de ese modo? ¿Un mundo irreal donde no se expresan sentimientos individuales y cuyas manifestaciones responden más bien a las órdenes de unos oscuros poderes y de otros no más claros aprendices de brujo? Entonces a mí, ¿no me es dado sentir y reflexionar en ni siquiera una parte alícuota y mínima del ente gente? ¿Dónde ha quedado mi individualidad en medio de ese barullo reduccionista? Me quedo mejor meditando las palabras de Ortega, esas valen por sí solas.




(Pablo Picasso, Minotauro tirando  de una carretilla, 1936)


domingo, 17 de junio de 2018

¿Va de fútbol? ¡Va de memorias!




Estrems, Solé, Mirlo, Matito, García Verdugo, Endériz, Zumalabe; Macario, Benítez, Martínez, Aramendi y Morollón...Temporada 1960-1961, creo, ¿cuántos años dices que tenías, pequeño? No eras futbolero y si pisaste el viejo Zorrilla fue ocasionalmente, allá cuando venía el Osasuna y un compañero de tu padre te llevaba con él y con su hijo a ver el partido contra los rojillos. ¿Entender? Nunca entendiste, ni ese ni ningún deporte; quiero decir, que no has conocido las reglas ni a medias ni a fondo. Fuiste mal alumno. ¿Jugar? Naturalmente, pero a lo loco, nada de ser de los mejores de la clase en el equipo y si te podías zafar lo hacías, sin mayor problema. En los recreos siempre preferiste los juegos dialécticos o de simular aventuras, y además se imponía una fuerza mayor: los más grandes o los más bestias, solían ser los mismos, daban unas patadas y unos balonazos que se te quitaban la ganas. Claro que ya entonces cundía algo de amor propio y si no contaban contigo a veces no te gustaba. Así que tampoco eras un chico de conversación deportiva los lunes y menos de euforia o tristeza por triunfos o derrotas; sabías cómo habían quedado algunos partidos, para no estar al margen, y para de contar. Eso sí, ¿recuerdas el juego de las chapas? Las gaseosas y cervezas ya se cerraban entonces con una chapa, creo que de mejor material que las actuales. Por una parte servían para coleccionar las marcas, pero por otra las utilizabais para eso, para el juego de las chapas. En el envés, su interior, vaya, se ponía la foto de un jugador de tu preferencia o de un ciclista, se bordeaba con cera para que no escaparan -los chicos más lujosos o mañosos, o ambos caracteres, aunque acaso se lo hicieran sus hermanos mayores, ponían un cristal incluso-   y hala, a darle al corazón y al pulgar, al unísono, para que avanzaran por una línea de la que convenía no salirse. ¿Sería parte del ordenamiento moral de la época eso de ir por el recto camino incluso en un juego? Alguno se preguntará: pero ¿te acuerdas de los nombres del equipo? Pues no sé, pero lo más divertido era cuando ibas a la peluquería: cada veinte o treinta días máximo te mandaban a poner la testa ante el peluquero, no como ahora, que pareces un bohemio en tiempos de ausencia de bohemia. Un corte de pelo, entre espera, trabajo del artista de las tijeras e interrupciones para desatar la pasión del fútbol, podía llevarte fácilmente una hora u hora y media. La barbería atestada, atención por orden de caída, aguante a los adultos del sexo masculino con el tema del partido anterior o próximo de la semana. Y ya digo, entre el olor a Floïd, el del jabón de afeitar y los sudores del personal, aquello era un ambiente más propio de la España eterna que no acababa de deseternizarse. Tú callado, aguantando estoicamente, mirando a las musarañas o divertido porque el peluquero dejaba de lado tu rapado y se encaraba con un disidente de sus teorías conspiratorias sobre la buena o la mala marcha del equipo. Aquellos nombres de los jugadores duros de entonces se repetían una y otra vez como objeto de ensalzamiento o crítica, y hay que ver lo que saben los hinchas de fútbol, pensabas. Y cómo arreglan al equipo como quien arregla España, que se decía mucho entonces. Memorias, memorias, memorias. Sin el poderoso recuerdo de aquellos pases obligados por la peluquería para salir casi al dos y con flequillo ¿qué hubiera dicho yo de fútbol?



(Foto del Real Valladolid en mis tiernos años de infancia) 


sábado, 16 de junio de 2018

Cuando acecha alguna pesadilla




De vez en cuando alguien dice: ¡chitón! ¿Ordenando acallar voces? Simplemente tratando de escuchar los sueños. Y ¿quién se resiste a ellos?

https://ehchiton.blogspot.com/


(Fotografía de Evgeniy Shaman)


viernes, 15 de junio de 2018

Deriva de las fotografías que callan





CONTEMPLACIÓN de viejas fotografías. Sepias, grises, cromáticas. Personajes que te miran y que tú ahora repasas. ¿Qué buscas en ellos? A algunos los años los han vuelto irreconocibles. Otros, la mayoría, son solo personajes de estampa. Incluso hay bastantes que no has llegado a conocer jamás, pero sobre los cuales algo te contaron. ¿Quiénes fueron realmente todos ellos? Un nombre, un vínculo, una edad, ciertos acontecimientos. Eso es todo lo que sabes. Más allá de estos vagos datos, ¿qué conocimiento tienes de ellos? Si de los individuos que llegaste a tratar supiste siempre algo insuficiente, ¿qué cabe pensar de aquellos cuyas referencias, aparte de la imagen fija, fueron orales por mor de tu madre o de tu abuelo? ¿Son fotografías fieles o traidoras? Ay, aquellos familiares o amigos que fueron un día cuerpo y expresión para tu percepción de niño, ¿eran como se manifestaban contigo? ¿Qué protegían que nunca te fue revelado? ¿Qué ocultaban con celo que para cierta gente eran ángeles y para otra demonios? ¿Qué visteis, qué escuchasteis, qué tocasteis?, les preguntarías ahora. La vida se desgajó hace tiempo del personaje que contemplas, al que interrogas. Ni siquiera te consuelan aquellos que aún viven, apesadumbrados por su decrepitud, abrumados por el olvido que todavía respiran. ¿Testifican cuando los ves en el mismo sentido que lo haces tú? Tantas cosas se han ido desalojando de ellos y, algo peor, algunos ya no saben andar en otra dirección que no sea la del naufragio.



miércoles, 13 de junio de 2018

Deriva de la extrañeza














BRAMAS  como un animal desorientado, a medida que vas perdiendo territorio.



(Fotografía de Taichi Gondaira)


lunes, 11 de junio de 2018

Deriva del arcano
















A AQUELLA oscura caverna llegaba el eco de tantos sonidos fieros, al que se infiltraba a través de las grietas más insignificantes lo llamabas viento, océano a otro que rugía con su quemante humedad penetrando las entrañas, al que periódicamente hacía vacilar tu suelo lo llamaste sacudida, al espantoso e inextinguible resplandor que devoraba el valle fértil lo pusiste devastación, al grito de las heridas simplemente sangre, vida dijiste de los vagidos estridentes que emanaban desde el chorreante regazo de la hembra, y a la queja desgarradora que apagaba a los otros hombres para siempre la denominaste arcano, pero ¿y a los desmesurados bramidos del amor?, ¿por qué a nada nombraste amor?



(Fotografía pintada de desnudo, de Saul Leiter)

sábado, 9 de junio de 2018

Deriva del hacer













QUIÉN SE ACUERDA hoy de los viejos profetas que denunciaban los abusos, que ponían el dedo en la llaga de las vanidades, que execraban los provechos obtenidos desde el poder, que lamentaban las desgracias de los sometidos. Ay, pero tú, que apenas creíste en aquellos personajes que te parecían justicieros, ¿a quién vas a invocar? Solo te vincula a ellos una especie de relativa desesperación compartida que, no obstante, bascula a tu favor. El hombre, no importa si anónimo, que hace con razón y lógica en nuestros días es mucho más recto, sabio y constructivo que los que farfullaban desde sus ególatras columnas del desierto para no aportar nada. 


(Fotograma del film Simón del desierto, de Luis Buñuel)


viernes, 8 de junio de 2018

Deriva interrogante
















"...voy por tu cuerpo como por el mundo"

Octavio Paz, Piedra de sol.



EN QUÉ momento fue la caída, que desde entonces soy el ausente.  



(Fotografía de Tono Stano)


jueves, 7 de junio de 2018

Deriva del atardecer











DESLIZANTES atardeceres en que el sol, a nuestra espalda, nos envidiaba. De aquella juventud, que era más auténtica cuanto más pretendíamos descubrir, ¿que nos ha quedado? Dices que una vez fue y que ahí está. Dices que no hemos perdido al anhelo por la búsqueda, si bien por otras sendas. Dices que hay que asumir la mirada a Poniente para ser feliz. Pero la memoria de los sentidos es plañidera.



(Fotografía de Karen Szekessy)

martes, 5 de junio de 2018

Deriva del irreductible





NO ERES quien habla al espejo cada mañana. Ni este se dirige a ti provocando un diálogo sereno. ¿Que no acabas de vislumbrar a un tercer personaje que se interpone entre el espejo y tú? Legañoso, socarrón, escéptico os hace guiños a ambos. Su mirada se infiltra por vuestras retinas, cómplice y exigente. Propone tu reducción a un tiempo histórico anterior a la existencia del reflejo. Pero tú te resistes. Te muestras irreductible.


(Fotografías de Duane Michals)

domingo, 3 de junio de 2018

Deriva de la dibujante




MIENTRAS ella dibujaba una y otra vez minotauros él se perdía en su laberinto. 



(Picasso, de la Suite Vollard)


sábado, 2 de junio de 2018

Me voy al desierto (con Baltasar Lobo)




Me voy al desierto en busca del silencio. También de la belleza. Ambas aspiraciones son inalcanzables pero de vez en cuando conviene saber que existen. La obra de Baltasar Lobo nos proporciona una posibilidad tangible. Les invito a que me acompañen en mi deriva de hoy. 


http://eltaklamakan.blogspot.com.es/





(Fotografía del escultor en su estudio de París en 1983, realizada por Jean Marie del Moral)