Me voy al desierto en busca del silencio. También de la belleza. Ambas aspiraciones son inalcanzables pero de vez en cuando conviene saber que existen. La obra de Baltasar Lobo nos proporciona una posibilidad tangible. Les invito a que me acompañen en mi deriva de hoy.
http://eltaklamakan.blogspot.com.es/
(Fotografía del escultor en su estudio de París en 1983, realizada por Jean Marie del Moral)
Muchas gracias por la invitación
ResponderEliminar=)
No hay de qué; para eso estamos, Neo.
EliminarEl reconocimiento nada suele tener que ver con el mérito. Eso hace tiempo que lo sé. Baltasar Lobo es magnífico y tus palabras nos proveen de lo necesario para poder deleitarnos con él. En resumen: Una clara demostración a dos bandas de savoir faire.
ResponderEliminarApéndice documental: Te recomiendo el desierto de Gobi. Por si te quieres perder. Si yo desaparezco, que me busquen allí. O mejor aún, que lo hagan en ninguna parte.
Temperaturas extremas en ambos desiertos, pero el de Taklamakan es más de andar por casa, en el Gobi ya ni se encuentra uno mismo.
EliminarSugerente la escultura de Lobo. Este verano parada obligada en la Casa del Sol.Gracias!!!
ResponderEliminarMuy bien, Anónimo. Verá cosas tan interesantes como la exposición de Lobo en ese espacio y en otros de la ciudad.
EliminarVista la exposición, tengo pendiente reseña. Es asombroso lo que se puede pensar entre esas piezas.
ResponderEliminarPienso volver y meditar, sin más; o mirar, sin más; o dejarme sugerir, sin más.
Eliminar¿Ha contribuído a desencadenar tu repentino mutis (como concienzudo observador político) el frenesí del PSOE por conquistar a cualquier precio los mecanismos del Estado?
ResponderEliminarCada día intenta uno percibir dentro de sí mismo el "mutatis mutandi" de los latinos. Cuestión de ética conceptual.
Eliminar¿Y?
EliminarPues eso mismo: vivir es sentir el movimiento.
Eliminar¿Repentinamente apolítico?
ResponderEliminarA veces le gusta a uno de mis yo flotar en la calma chica.
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