lunes, 18 de marzo de 2024
Ejercicios de instinto (Descripciones)
domingo, 17 de marzo de 2024
Ejercicios de instinto (Arcillas)
sábado, 16 de marzo de 2024
Ejercicios de instinto (Ménade)
Cuando pronunciar su nombre
viernes, 15 de marzo de 2024
Ejercicios de instinto (Erosiones)
jueves, 14 de marzo de 2024
Ejercicios de instinto (Libación)
martes, 12 de marzo de 2024
Ejercicios de instinto (Repeticiones)
lunes, 11 de marzo de 2024
Veinte años después del 11M : el color negro, Malevich y Michel Pastoureau
Al recordar un año más el alevoso y cruel crimen terrorista del 11M en el año 2004, cometido por mano islamista radical, pienso en un color: el negro. Y lo relaciono enseguida con el cuadrado de Malevich y con Michel Pastoureau. Aunque el negro es un color que a quien más o quien menos de los españoles de lejanos tiempos nos persigue: lo identificamos con la siniestra oscuridad de la época o con las casullas de los curas en los funerales, es decir, con algo relacionado con la muerte. Tal vez por ello el negro también lo asocio con el comportamiento falaz y oprobioso de un gobierno que mintió descaradamente a la sociedad española en el momento del suceso fatídico y, con apoyo de medios de prensa acólitos, siguió propagando dudas. Porque el engaño, la manipulación y la negación de la realidad son siempre negros.
El historiador francés Michel Pastoureau en su Diccionario de los colores, dice del color negro:
"He aquí cómo podría presentarse un cuadro sinóptico de las distintas funciones y significados del color negro en la cultura occidental:
1. Color de la muerte.
2. Color de la culpa, del pecado, de la deshonestidad.
3. Color de la tristeza, de la soledad, de la melancolía.
4. Color de la austeridad, de la renuncia, de la religión.
5. Color de la elegancia y la modernidad.
6. Color de la autoridad."
Estos son los enunciados que hace Pastoureau, luego los desarrolla. Por ejemplo, en el color de la muerte cita: infierno, diablo, tinieblas, luto, rituales funerarios, etc. En el color de la tristeza y la melancolía señala: pensamientos negros, tétricos, ideas negras, color de la vejez, del miedo. Etcétera.
En aquel lamentable y horroroso episodio del 11 M, ¿cuántas de estas categorías afectan al suceso y al posterior comportamiento que negacionistas, conspiranoicos y políticos de derechas se han empeñado en mantener en su negra oscuridad?
Pero las víctimas están ahí: 192 muertos, 2.000 heridos. Gente común e inocente que iba a trabajar, a la que no se puede olvidar. Solo los portadores de la miseria moral olvidaron a las víctimas desde el día siguiente.
* Cuadrado negro sobre fondo blanco, de Kazimir Malevich.
sábado, 9 de marzo de 2024
El pájaro es pájaro. Acompañando con la canción Txoria txori, interpretada por Mikel Laboa
No está mal haber cambiado los pájaros de Sarajevo por las aves de la Patagonia. En paisajes tan diferentes también se encuentra el hombre. No solo el hombre abstracto o el natural del lugar, sino el más preciso, es decir, tú y yo. El pájaro es pájaro, cantaba el inolvidable y dulce Mikel Laboa. Y el hombre es hombre allá donde llega o donde resiste. Los que no sabemos de pájaros creemos saber de hombres. Pero tampoco. Los vuelos de esta especie son mucho más complejos y a medida que la vejez nos va proporcionando mayor perspectiva, o eso se supone, porque la vejez es la distancia, también nos engaña en nuestras apreciaciones. ¿Vemos lo que es o lo que nos gustaría ver? ¿Volamos guiados por instinto o por racionalidad? Del río Miljacka, aún sangriento, al desierto olvidado al que cobija la Cruz del Sur, los hombres no cambian. Sentados al borde del río bosnio hablamos mucho sobre las glaciaciones y cómo estas propiciaron o refrenaron las migraciones de aquellos primeros hombres erguidos. En parte la conversación era ficción. ¿No es siempre una ficción cuando hablamos de los demás? ¿No hay acaso una simulación cuando hablamos de nosotros mismos? Pero ahora, en la Patagonia, ¿qué se impone? Tal vez solo el silencio. El silencio humano. Porque las otras voces, las de los pájaros, se encuentran en otra dimensión donde nunca llegaremos.
En tiempos de pájaros de mal agüero, de pajarracos y de carroñeros viene bien escuchar una melodiosa canción de Mikel Laboa, Txoria txori (El pájaro es pájaro) Dulce y conmovedora en su letra y en su tonalidad de canto. No sé si porque me retrotrae al pasado o porque la belleza se perpetua entre quienes la deseamos siempre que la escucho me emociono. El pájaro quiere ser pájaro y ya está bien de cometer tropelías. Su letra:
nerea izango zen,
ez zuen aldegingo.
Bainan, honela
ez zen gehiago txoria izango
eta nik...
txoria nuen maite.
viernes, 8 de marzo de 2024
Barbara Kruger saca la lengua a la mujer objeto
(El dinero puede comprarte amor)
(Compro luego existo)
jueves, 7 de marzo de 2024
Entrada abierta: entren y vean y escriban sus impresiones
martes, 5 de marzo de 2024
Ejercicios de instinto (Persecuciones)
domingo, 3 de marzo de 2024
La belleza de la cerámica griega que seduce y compensa a Max
jueves, 29 de febrero de 2024
Ejercicios de instinto (Amaneceres)
martes, 27 de febrero de 2024
El selfi impúdico de las vencedoras
sábado, 24 de febrero de 2024
Ejercicios de instinto (Crepitación)
jueves, 22 de febrero de 2024
miércoles, 21 de febrero de 2024
Ejercicios de instinto (Necesidad)
El viajero lo encontró en el árido camino.
lunes, 19 de febrero de 2024
Ejercicios de instinto (Fugacidad)
Una vez pregunté al poeta paseante:
sábado, 17 de febrero de 2024
Bertolt Brecht lo tenía claro: A los que vendrán después
Esta entrada con el poema de Bertolt Brecht es en memoria del asesinado líder opositor ruso Alekséi Navalny.
A los que vendrán después
I
II
III
(De Bertold Brecht, Poemas – 1913–1956, 1986) Traducción: A. Marcos (Tomado del blog https://paulatinygriego.wordpress.com/)
jueves, 15 de febrero de 2024
Ejercicios de instinto (Palpación)
lunes, 12 de febrero de 2024
Ejercicios de instinto (a Nausícaa)
sábado, 10 de febrero de 2024
La clase muerta, de Tadeusz Kantor, y una conversación mañanera con mi amigo Max
¿Morimos cuando dejamos atrás los pupitres, querido amigo?, me interrumpe Max. En cierto modo, le digo, pero no del todo, porque, ¿no es en la edad provecta cuando más rememoramos aquella etapa? Cierto, cierto, me replica. Max viene hoy sereno. Su tono es constructivo, se podría decir que estoico si no fuese porque no le gusta sentirse estoico. La actitud estoica solo sirve para resignarse y entregarse a los oportunistas, me ha repetido más de una vez. Continua su mirada analítica de esta mañana fría. Suele criticarse de mala manera a los ancianos por hablar con frecuencia de sus tiempos de infancia o juventud, ya sabes, acusándoles alevosamente de ser nostálgicos. ¿Desde cuándo la nostalgia es un vicio, un delito o un comportamiento destructivo? No tengo a estas horas ganas de polemizar pero lo aclaro. Siempre que se tengan claro los límites la nostalgia no perjudica. Ya sé, dice Max. Te refieres a no traspasar el ejercicio regocijante de la memoria para caer en la melancolía. Exacto. Mira, Max, los humanos llevamos a cuestas, como una mochila en la espalda, al niño que fuimos, al escolar que se pasó horas repitiendo infinidad de términos inútiles y algunos pocos interesantes. Y estos decisivos, masculla mi amigo. Pero trasportamos también o sobre todo en esa mochila las emociones, los sentimientos, el instinto de curiosidad que cada cual sabe si los ha desarrollado y qué importancia han tenido en su vida adulta. Max, asiente. Me gusta su tranquilidad reflexiva. De hecho, matiza, conozco mucha gente mayor que ha sido dura y adusta toda su vida y que en la etapa final se tornan más sentimentales y afectuosos, por no decir desbordantes de cariño, que nunca. Debe ser el peso o, mejor dicho, el bagaje de la mochila, que nunca se lo quitaron de encima, ¿no crees, Max?
miércoles, 7 de febrero de 2024
Ejercicios de instinto (Mirada)
lunes, 5 de febrero de 2024
Crímenes contra la humanidad
A estos los abandonó el mundo, es decir Occidente, sus potencias supuestamente democráticas.
(Fotografía en campo de exterminio nazi. Segunda Guerra Mundial)
A estos los abandonó el mundo, es decir Occidente, es decir el Oriente árabe, sus potencias supuestamente democráticas y las falsamente democráticas.
(Fotografía de muerte y destrucción por mano israelí en la ciudad de Khan Younis, Gaza. Actualidad)
sábado, 3 de febrero de 2024
Un hombre pequeño tras una boca enorme
Oh, vosotros los que...
(la voz se precipitó sobre el auditorio; el silencio se impuso; un sobrecogimiento colectivo se extendió con un tono de culpabilidad expectante)
...vosotros los que habéis nacido para llevar una vida pacífica y sin embargo os abandonáis a que otros os sojuzguen...
(los rostros del público se contuvieron; al veterano centurión lisiado que tenía al lado se le cayó el bastón, pero nadie se esforzó en recuperarlo; la meretriz culta que me había presentado Catulo cubrió con la gasa de su vestido el perfil dionisíaco de sus labios; el carnicero de mi barrio se miraba nerviosamente las manos como si de ellas se desprendieran rastros de su oficio)
...porque no llegasteis de la nada a través de designio alguno, ni los dedos ungidos de una divinidad os proporcionó el lugar que ocupáis...
(a medida que la voz se iba elevando, ampliada como si aquella boca fuese la entrada a una caverna, la concurrencia se paralizó aún más; ni una tos, ni el carraspeo de un gargajo forzoso al ser tragado, ni un pataleo, si bien la desazón era latente)
...y ya que estáis estrenando las nuevas calendas, advertid, quienes pretendéis que vuestro tiempo es vuestro y suponéis también eterno, advertid, digo, todas las señales alarmantes y oscuras que agitan nuestros días...
(los espectadores se movieron inquietos en las gradas; las palabras de aquel desmesurado hocico rebotaban en el teatro; yo permanecí cual estatua yerta; la frialdad del asiento era mi propia frialdad; es temible vivir pendiente de las voces del más allá, aun sabiendo de sobra que esto es una farsa, pensé con pensamiento no menos pétreo)
...¿no habéis comprobado nunca que la comodidad de estar dominados tiene un precio, que reduce la capacidad de vuestros cuerpos, que nubla vuestra inteligencia hasta anularla y aleja los anhelos que no cesáis de perseguir...?
(aquellas palabras brotadas de la entraña de la tierra golpeaban a los que estábamos presenciando el espectáculo; empecé a ver huecos en el graderío; no parecía que nadie se hubiera movido y sin embargo la masa asistente iba mermando; el tribuno que se había sentado delante de mí de pronto había desaparecido; tampoco veía ya al prestigioso Vatinio, que está pintando los frescos en la villa del recaudador Curio Licinio; ni al senador Celio Calvo, de visita estos días en casa de uno de los príncipes de la ciudad; el decurión recién retornado de campaña, con el que había estado hablando a la entrada, también había abandonado su asiento; yo mismo palpé con disimulo mi túnica ceñida para asegurarme de que seguía allí)
...mas no debéis desalentaros cuando ya casi nada esperéis ni os parezca que no hay nadie en quien confiar, pues es sabido que no obstante el vacío que os amenaza mientras haya un ciudadano ímprobo y sobre todo ingenioso...
(me sentía huérfano, de acompañantes y de fortaleza; al entrar había sido golpeado por el agobio de la masa; ahora la vaciedad del teatro me asustaba; se suponía que aquella farsa debía ser divertida, pero el público no reía; no me atrevía a preguntar; no debía moverme; no sabía separar mi mirada de aquella máscara, cada vez más hipnótica; ni lograba cerrar mis oídos al tronante actor que desde un oscuro espacio había convertido al público en una asistencia invisible)
...dejad, pues, conciudadanos, que la nueva calenda decida por vosotros, que la palabra profética os indique el camino, que el sonido de las trompetas anuncien liberación y no derrumbe...
(me resultó desagradable la mención de las trompetas, porque estas ¿qué suelen traer? ¿victoria o sometimiento?; me descompuse: ¿acabaría yo también fuera de la grada?; el espanto me tenía aturdido; a cada momento captaba menos el eco desgañitado de un indescifrable personaje oculto tras la careta; no lograba entender el argumento de su actuación, ni si se trataba de un episodio de ficción o de un sermón colérico que nos predisponía ante mayores males; de repente este intérprete fatídico enmudeció; el actor y su máscara fueron retrocediendo del proscenio; la grotesca máscara se desplomó; quedó en el suelo dirigiendo su gesto inalterable al cielo; logré otear que al fondo, medio caído junto a la fachada de la escena, un hombre pequeño y sudoroso hacía un corte de mangas dirigido a la cávea, quejoso de que nadie le aplaudiera)
* Máscara de una exposición en el Museo Ara Pacis, de Roma.
jueves, 1 de febrero de 2024
Ejercicios de instinto (Crepuscular)
martes, 30 de enero de 2024
Ejercicios de instinto (Pasaje)
lunes, 29 de enero de 2024
Deus ex machina en Sevilla
viernes, 26 de enero de 2024
Ejercicios de instinto (Huáng Hé)
miércoles, 24 de enero de 2024
Ejercicios de instinto (Egotismo)
lunes, 22 de enero de 2024
Ejercicios de instinto (Transparencia)
domingo, 21 de enero de 2024
Ejercicios de instinto (Perseverancia)
jueves, 18 de enero de 2024
Ejercicios de instinto (Penumbra)
Penumbra de las horas
martes, 16 de enero de 2024
Ejercicios de instinto (Pecios)
El océano trajo hasta mí
sus huellas; una a una pregunté
qué vida hubo bajo sus pulidas texturas;
solo somos pecios, dijeron, y las vidas
tiñeron de color el mar.