domingo, 4 de junio de 2023
No solo es cuestión de cabeza dura
viernes, 2 de junio de 2023
El maniquí articulado a la solana
Caminamos siempre sobre el filo de la navaja. O por el perfil del acantilado. O junto al límite. Lo sospechamos pero preferimos ignorarlo. Elegimos imaginar que el cuchillo afilado no corta, que los bordes rocosos son seguros, que el límite es ilimitado. Pero de vez en cuando una interferencia en la vida nos recuerda que somos frágiles y que nuestra extrema ignorancia aumenta la debilidad. Y esa interferencia que puede llegar desde el exterior, en alguna de sus innumerables formas, incluidas las del cuerpo social, o desde el interior del cuerpo físico del que dispone cada cual, pone en la balanza por un escaso margen de tiempo si se nos permite la continuidad o se nos concede el acabamiento. Somos necios con nosotros mismos y harto estúpidos en la trabazón colectiva. Claro, que siempre quedará un heraldo negro que vocee: sálvese quien pueda. ¡Al estiércol con él! Voy a ponerme a la solana. Como elegante maniquí.
domingo, 28 de mayo de 2023
Agitata da due venti, Vivaldi por Cecilia Bartoli
jueves, 25 de mayo de 2023
Diario de Egon. Malas caras
Malas caras a mi retorno. Vera y Anja han dado por hecho lo que no he comprometido. Puedes hacer lo que quieras, eres el jefe, me espetó esta de modo turbulento, pero ¿no te bastamos nosotras? Vera, más templada, pero no con menos ceño, se dejó caer sibilina. Ya sé que no tienes por qué consultarnos, pero una deferencia con nosotras no habría estado de más. ¿O acaso no valoras nuestro esfuerzo? Anja, ya salvaje del todo: ¿Siempre carne más joven para tus lápices afilados, Egon? ¿Has visto en esa de Praga una flexibilidad superior a la nuestra? ¿O es que te apasionan últimamente los cuerpos a medio hacer? Silencio por mi parte. El artista es él, Anja, dijo Vera sin ánimo de zanjar aquella muestra de agresividad a dúo. Pero no el amo, y si prescinde de nosotras o nos deja en segundo plano ya pagará las consecuencias. Las chicas de última generación muerden más y aceptan menos, dijo con una mirada afilada, mientras sujetaba por la cintura a su compañera.
Me pareció fuera de lugar este acoso verbal y salí impetuoso del taller. No he vuelto a pisarlo en todo el día. Lo que más me molesta es que vuelen las noticias falsas y que los incautos las tomen como verdaderas.
(Dibujo de Egon Schiele)
martes, 23 de mayo de 2023
Diario de Egon. Dimes y diretes
Nada he escuchado en Praga que no hubiera oído antes en mi ciudad. Opiniones divergentes, controvertidas, sobre mi obra. Como en cualquier otra parte. No me cabe duda que la asistencia más numerosa se ha sentido atraída por ver a mis mujeres desnudas. Más que las formas de sus mujeres, que son perfectas y exultantes, me comentó un crítico, resultan sumamente interesantes y seductores los movimientos de que las dota. Eso resalta el potencial erótico. ¿No ve nada más?, le repliqué un tanto hastiado de que solo llamase la atención el retrato de las modelos. ¿No le interesa indagar en cómo los perfiles de un cuerpo pueden ser compatibles con colores, por ejemplo? ¿Y tampoco ve sentido en mis autorretratos? ¿No le interesa saber cómo un hombre se está descomponiendo permanentemente ya sea mostrando sus movimientos o adelgazando sus extremidades o simplemente incidiendo en miradas perturbadoras? El crítico me dio la espalda y volvió hacia la zona donde los cuadros de mis modelos recababan, como un espectáculo de feria, el entusiasmo general. Aquella conversión en mirada pornográfica de lo que solo pretende ser por mi parte una exaltación de la sana desnudez de los cuerpos, y por lo tanto de la justa verdad de estos, me abatió un poco. Aunque no cabe esperar otra cosa de las mentes tradicionales y obsesas. Por supuesto, ha habido excepciones que han sabido prospectar con más inteligencia en mis intentos. Usted parece torturarse cuando se representa a sí mismo, me comentó un joven estudiante de arte y oficios. Pero creo que dibujar a la mujer le redime. Le sonreí, presa de cierto asombro. Usted, joven, le contesté afable, no puede saber aún cuán larga mano tiene la tortura que nos inflige la visión del mundo y de los individuos. Pero aun cuando uno no puede escapar de ese destino sí debe buscar paliar los sufrimientos más íntimos. El joven estaba por el debate. ¿Quiere decir que un artista debe sufrir para lograr una obra meritoria? Me quedé pensando pero abrevié. Quiero decir que si el artista al dibujar tiene que bajar a los infiernos no debe dudar. Los abismos están dentro de nosotros y entregarse a la ejecución de la obra si no salva al menos hace la vida llevadera. Solo cabe esperar redención de uno mismo.
(Dibujo de Egon Schiele)
sábado, 20 de mayo de 2023
Loa de la duda. Bertolt Brecht
Loa de la duda
¡Loada sea la duda! Os aconsejo que saludéis
serenamente y con respeto
a aquel que pesa vuestra palabra como una moneda falsa.
Quisiera que fueseis avisados y no dierais
vuestra palabra demasiado confiadamente.
Leed la historia. Ved
a ejércitos invencibles en fuga enloquecida.
Por todas partes
se derrumban fortalezas indestructibles,
y de aquella Armada innumerable al zarpar
podían contarse
las naves que volvieron.
Así fue como un hombre ascendió un día a la cima inaccesible,
y un barco logró llegar
al confín del mar infinito.
¡Oh hermoso gesto de sacudir la cabeza
ante la indiscutible verdad!
¡Oh valeroso médico que cura
al enfermo ya desahuciado!
Pero la más hermosa de todas las dudas
es cuando los débiles y desalentados levantan su cabeza
y dejan de creer
en la fuerza de sus opresores.
¡Cuánto esfuerzo hasta alcanzar el principio!
¡Cuántas víctimas costó!
¡Qué difícil fue ver
que aquello era así y no de otra forma!
Suspirando de alivio, un hombre lo escribió un día en el libro del saber.
Quizá siga escrito en él mucho tiempo y generación tras generación
de él se alimenten juzgándolo eterna verdad.
Quizá los sabios desprecien a quien no lo conozca.
Pero puede ocurrir que surja una sospecha, que nuevas experiencias
hagan conmoverse al principio. Que la duda se despierte.
Y que, otro día, un hombre, gravemente,
tache el principio del libro del saber.
Asediado por un rugir de órdenes, inspeccionado
en su virtud, examinado por barbiluengos doctores,
conminado por seres radiantes munidos de áureos distintivos,
intimidado por solemnes Papas a golpe de libro escrito por el propio Dios,
instruido
por impacientes maestros, el pobre oye
que es éste el mejor de los mundos, y que la gotera
del techo de su cuarto fue prevista por Dios en persona.
Verdaderamente, le es difícil
dudar de este mundo.
Bañado en sudor, se curva el hombre construyendo la casa en que no ha de vivir.
Pero también suda a mares el hombre que construye su propia casa.
Son los irreflexivos los que nunca dudan.
Su digestión es espléndida, su juicio infalible.
No creen en los hechos, sólo creen en sí mismos. Si llega el caso,
son los hechos los que tienen que creer en ellos. Tienen
ilimitada paciencia consigo mismos. Los argumentos
los escuchan con oídos de espía.
Frente a los irreflexivos, que nunca dudan,
están los reflexivos, que nunca actúan.
No dudan para llegar a la decisión, sino
para eludir la decisión. Las cabezas
sólo las utilizan para sacudirlas. Con aire grave
advierten contra el agua a los pasajeros de naves hundiéndose.
Bajo el hacha del asesino,
se preguntan si acaso el asesino no es un hombre también.
Tras observar, refunfuñando,
que el asunto no está del todo claro, se van a la cama.
Su actividad consiste en vacilar.
Su frase favorita es: «No está listo para sentencia.»
Por eso, si alabáis la duda,
no alabéis, naturalmente,
la duda que es desesperación.
¿De qué le sirve poder dudar
a quien no puede decidirse?
Puede actuar equivocadamente
quien se contente con razones demasiado escasas,
pero quedará inactivo ante el peligro
quien necesite demasiadas.
Tú, que eres un dirigente, no olvides
que lo eres porque has dudado de los dirigentes.
Permite, por lo tanto, a los dirigidos
dudar.
*Fotografía tomada de la web de LEMO, Lebendiges Museum Online
jueves, 18 de mayo de 2023
Diario de Egon. Alena o el desasosiego
lunes, 15 de mayo de 2023
Diario de Egon. Las afinidades electivas
Praga, entre brumas y silencios. El clima y mi estado crítico se compenetran, pero eso no quiere decir que me consuele. Más bien se duplican mis inquietudes. De momento el contacto con algunos artistas locales me proporciona satisfacción. Y lo más sorprendente es que ellos admiten mi carácter y mis reservas. Aunque he recorrido la zona de las nuevas construcciones, muy al gusto y a la moda de los arquitectos de esta época, no me han apasionado en exceso. Sin embargo veo que no van a la zaga de Viena, y que se dan un baño de simbolismo extraordinario.
Mi galerista y algunos artistas de la bohéme me han llevado por los antros y tabernas de la ciudad vieja. Cuando observo las edificaciones decrépitas me pregunto si no será la propia naturaleza del tiempo la que traerá la justa deconstrucción, no solo de los elementos físicos sino de las ideas y los valores. No sé si esa nueva modernidad, más formal que cambiante, que se empeñan en hacer perdurable resistirá tanto como muchos edificios de siglos, pero la vanidad, como el empeño, no tiene límites.
Hoy he conocido a Jaroslav, un escritor local, que no provinciano, bastante peculiar. Él no sabía de mi obra, del mismo modo que yo no he leído nada de lo que ha escrito. Es un personaje cuya mente bulle literaria e inconformista, diría que incluso harto satírica. Su vida ha sido variada y turbulenta. La experiencia acumulada es la verdadera musa, Egon, me ha dicho, no hay nada más. Eso y el esfuerzo al recrear otras vidas en la literatura. Aunque cometas errores, no te arrepientas jamás. Los deslices y las incomprensiones también sirven. Sobre todo para traducir las fantasías y las ensoñaciones en una obra. Yo lo intento con mis escritos y por lo que parece tú lo procuras con tus cuadros. Es increíble cómo las sucesivas y espumosas Pilsen han propiciado una conversación tan estimulante.
Estos días no echo de menos a mis modelos. Las distancias relajan las tensiones. Espero que esté viniendo bien a ambas partes.
También me han presentado a Alena S., sobrina de Emil, uno de los artistas más activistas de la ciudad. No sé qué le dirían o qué conclusión habría sacado de mis obras expuestas que se me ofreció como modelo. Te veo demasiado joven para el oficio, le comenté. Respondió con desparpajo la chica. ¿Acaso un retratista tan sagaz como usted puede ignorar que todas las edades tienen su punto? Por un momento me desarmó. Luego pensé que probablemente sacaría buen partido de su belleza orientalizante. Pero esa juventud aún demasiado tierna, si bien tan atractiva, me confunde. Podría resultar imprudente aceptar la propuesta. Además no tengo pensado permanecer más tiempo del previsto en esta ciudad.
(Autorretrato de Egon Schiele)
viernes, 12 de mayo de 2023
Así que esto era morirse
miércoles, 10 de mayo de 2023
Diario de Egon. Viaje a Praga
Ausente unos días para una exposición en Praga. El viaje me debe servir para reposar el ánimo. Abandonarme a pensamientos contradictorios es menos oneroso si se realiza en la distancia. Pienso en proyectos, en las obras realizadas, en el estímulo de mis modelos. Si vendo o no vendo no me obsesiona. Más bien me preocupa si lo que dibujo permite avance o procura retroceso. Inevitablemente me asaltan mis recurrentes pulsiones con nombres de mujer. Con la excusa de Praga intentaré relajar mis agobios. Últimamente todo me desborda menos mi mano que permanece fiel. Que sabe trazar esbozos allí por donde va conmigo. Aún recuerdo la mirada turbadora, ¿o debería decir perturbadora?, de Anja cuando se lo dije. Se levantó del diván, se vistió con desdén, dándome la espalda, traicionando el último boceto. No sé con quién irás, comentó con simulada ira, pero al volver acaso no me encuentres. Tengo propuestas de otros artistas que me valoran. No me esperaba este arranque colérico, y aunque fingí que no me afectaba me mostré áspero con ella. ¿Y quién ha hecho que te valoren? ¿A causa de qué te reconocen? Además tampoco tengo inconveniente en que sirvas de modelo para otros. Pero seguro que desde unos lápices o unos pinceles diferentes a los míos no serás ya la misma.
Se presentó a escondidas en la Estación Central cuando ya partía el tren. Nos observamos con un silencio castigador. Pude ver claramente la mirada iracunda de Anja. Oscura, pero también demasiado húmeda.
(Dibujo de Egon Schiele)
lunes, 8 de mayo de 2023
Postales simpáticas o/y antipáticas, según, de los últimos días
Esta foto es muy ilustrativa. La masa que desfila en la manifestación sindical del Primero de Mayo en Madrid pasa ante una terraza donde dos marroquíes, ajenos al espectáculo, toman, no sé si apacibles pero sí silenciosos, el café. También me asalta una interrogación. ¿Son dos clases obreras diferentes? Claro que eso me lleva a preguntarme: ¿existe hoy día una sola clase trabajadora?
sábado, 6 de mayo de 2023
Diario de Egon. Fetichismo
Se me ocurrió decírselo el otro día: me gustan los fetiches. Vera me tomó la palabra y hoy llegó interponiendo entre su piel y mi mirada sus iconos favoritos. Si algo tiene la ropa íntima, es que pone de acuerdo tanto a hombres como a mujeres, dijo exhibiéndose. ¿Crees que esa segunda piel es un intermediario?, pregunté. Apenas pensó la respuesta. De alguna manera lo es, no solo respecto al cuerpo de una sino con relación a la mirada ajena, en este caso la tuya. Me dio por la ironía. Entonces, si es intermediario, ¿también puede ser un puente? Depende de qué orilla se pretenda alcanzar, respondió aguda. Porque la que tú llamas segunda piel también es la mujer que llevo dentro. No supe qué decir y ella advirtió que yo estaba turbado. Rompió mi embelesamiento con dulzura. Aprovecha la visión y retrátame como tu fetiche, provocó adoptando su papel de modelo.
(Dibujo de Egon Schiele)
jueves, 4 de mayo de 2023
Diario de Egon. Diálogo con Anja
Hemos tenido una jornada intensa y difícil. Anja me lo hizo saber. Estoy para complacerte, pero o se te ocurre algo y agilizas tu mano o mi cuerpo se va a resentir de estas posiciones insólitas a que me sometes, me dijo al cabo de varias horas en que yo no encontraba la postura en la que quería inspirarme. Tras emborronar algunos pliegos al final no la encontré. Ella descansó y dimos rienda suelta a conversar, al fin y al cabo se trataba de alejar la tensión y las malas caras. Salió el recurrente tema de la exposición y Anja fue directa. ¿Te molesta que mucha gente tenga una opinión diferente y, sobre todo, controvertida sobre tus trabajos? Porque se te notaba a distancia que rehuías con desdén cada crítica. No escapaba de una opinión, dije, sino de una falta de atención y de una inmovilidad en la mente de ciertos individuos. Un cuadro es una visión subjetiva del mundo o, si prefieres, de la vida que uno percibe. Guste o no, es mi mirada y, aunque puedo entender que no todos los espectadores participen de ella, no pretende ser la interpretación correcta de lo que nos rodea y envuelve. ¿Acaso hay una mirada única que explique y proporcione gusto a todos? Lo real no existe como perfección sino como distorsión. Pero la gente no quiere admitir que nada está hecho definitivamente. Y que mi arte ofrece la posibilidad de entender que todo está por hacer, o si prefieres, haciéndose. Al menos en la materia plástica. Anja permaneció mirándome un buen rato, sin decir nada. No era por cansancio ni por abulia. Aunque le solicité su opinión, renunció a dármela. No sé qué decir, pero te entiendo, se limitó a comentar. Estas conversaciones nuestras me llenan siempre de curiosidad, Egon. Y de paso me relajan. Sabes hacer también mía tu manera de pensar. Me sublevé. No es mi intención que tengas que pensar como yo pienso, dije. Ni yo me siento obligada a hacerlo, me espetó, pero si no habláramos no entendería tanto tus exigencias cuando poso para ti. Y sobre todo cuando veo los resultados, porque compruebo que tu pensamiento es acción. Acaso entre la Anja a la que dibujas y te escucha y tú, dejó caer apaciblemente, se ha tendido un puente de ideas. O tal vez no sé si solo de ideas, y me clavó su mirada escrutadora. Se echó de espaldas sobre el diván. Me pareció percibir su torso con una blanca agitación.
(Dibujo de Egon Schiele)
martes, 2 de mayo de 2023
Voces del silencio oriundas de Tarteso
lunes, 1 de mayo de 2023
Devaneo sentimental
Hoy me siento inspirado por lo cromático más que por lo geométrico. Y aunque el color siempre suele adaptarse a unas formas y a unos volúmenes hoy quiero percibir, a través de una caprichosa memoria sentimental, que los colores también existen fuera de las geometrías. Aunque no siempre puedan escapar de ellas.
(Imagen de Kazimir Malévich)
sábado, 29 de abril de 2023
Diario de Egon. Invisibilidad
miércoles, 26 de abril de 2023
Diario de Egon. Indiscreción
Hace tiempo que hui del idealismo romántico, aquella cólera funesta que causó tantos males y que todavía arrastramos los actuales aqueos, pero al entreabrir la puerta, con la luz tenue entreverando las sombras, y la rebeldía de los colores naufragando en la estancia, y las fragancias de mujer desperdigadas a través de una atmósfera casi secreta, y las palabras ahogadas con una ternura compartida, me vinieron a la mente unos versos de Wilhelm Müller: De un corazón ardiente, / sin embargo, brotáis / ¡como para fundir / todo el hielo invernal! Aún permanecí indiscreto para dibujar en mi retina la belleza de un instante que no era el mío propio. Pero yo no podía asomarme más a un recinto sagrado sin haber sido invitado. Me aparté y cerré con suavidad. Maldito de mí, camino de la taberna del cojo Achilles no lograba quitarme al poeta sajón de la cabeza. Más versos que creí olvidados asomaron embriagadores: ¡Ah, el aire, qué pacífico! / ¡Ah, el mundo, cómo brilla! / Con tormenta, no era / tan clara mi desdicha. ¿Me acecharía a mí también un viaje de invierno?
(Egon Schiele, ilustración)
lunes, 24 de abril de 2023
Diario de Egon. Celos
sábado, 22 de abril de 2023
Diario de Egon. Demolición
viernes, 21 de abril de 2023
Diario de Egon. Amodorramiento
miércoles, 19 de abril de 2023
Diario de Egon. Retorcimiento
Anja me brindó hoy una de sus contorsiones más difíciles. No sé si para deslumbrar con sus habilidades o incentivar en mí otras sensaciones. Puede o no creérselo, dijo, pero estos estiramientos los hago todos los días al levantarme. La espalda me lo agradece, pero también se sienten en forma las extremidades. Si aguantas un poco en esa posición, le indiqué, puedo tomar un apunte interesante. Es una postura completa. ¿Me lo mostrará luego, verdad?, rogó como una niña caprichosa. No me quise descentrar y no seguí la conversación porque el momento era único y sustancioso. Su cuerpo se mostraba dinámico, insinuando potencialidades y resistencias. ¿Quién dice que los cuerpos están para ser estáticos? La inmovilidad, salvo deficiencias naturales, no es la mejor expresión de vida. Anja percibía que me demoraba, pero el entrelazamiento de brazos y piernas no dejaba de fascinarme. Y ese trazado sobre su espalda, arriesgado y tenso, hacía de ella un cosmos exquisito. ¿Qué piensa?, interrumpió Anja mi ensimismamiento. Pienso en que si te vieras ahora te sorprenderías. Oh, estoy acostumbrada a sorprenderme, replicó indócil. Pero usted debería aturdirme alguna vez a mí. Cualquier día de estos, Anja.
(Dibujo de Egon Schiele)
martes, 18 de abril de 2023
Diario de Egon. Parada
domingo, 16 de abril de 2023
Diario de Egon. Anja.
Hoy no ha podido venir Vera. Como no ha querido que mi jornada estuviese perdida me ha enviado a Anja. Lo primero que me ha dicho Anja al llegar nerviosa al estudio es que jamás había posado. Se ha sorprendido cuando le he dirigido una sonrisa complaciente. Al aclararle que la prefiero inexperta se ha calmado. Es poco habladora pero sabe escuchar. Su espalda no es como la de Vera, pero la flacidez exhibe ángulos que siempre voy buscando. En un cuerpo lo interesante no es lo más superficial y visible sino otros planos, ordinariamente ocultos, que son generados por posiciones imprevistas. Aliadas con la propia contextura, por supuesto. ¿Quiere decir, preguntó Anja, que no me va a permitir estar quieta? Admirado por su perspicacia asentí. Y añadí lacónico: más o menos. No tuve que darle más indicaciones. Para mi estupor, la mujer tomó la iniciativa en improvisadas poses. Cuando una de ellas me estaba pareciendo más significativa y precisa un gesto mío bastaba para que detuviese su ejercicio. Los cabellos ocultaban a veces el rostro, ofreciendo otra perspectiva. ¿O acaso era imaginación mía? Me agradan las distorsiones espontáneas de su cuerpo. ¿Cómo sabes moverte con tanta gracilidad?, se me ocurrió. No sé, dijo Anja. Puede que así usted me vea de una manera que no me consigo ver yo.
(Dibujo de Egon Schiele)
sábado, 15 de abril de 2023
Diario de Egon
Allá donde se expande una espalda abunda un recorrido. No, no te muevas, aguanta un poco más, le he dicho a Vera. He conseguido que de un solo trazo continuo su cuerpo se recoja en el pliego. Qué tiene un dorso que me recuerda un territorio vasto. Si es cálido pienso en el desierto. Si gélido, una estepa. Al contemplarlo y medir con mis ojos su extensión tengo la sensación de que no tiene principio ni finitud. Mientras esbozaba he podido alterar sus límites. Pero me gusta respetarlos. Hay tanta expresión en una espalda desnuda. Sea robusta o delgada, consistente o frágil, siempre me embelesa. Vera se quejaba, no sin razón. ¿Voy a tener que estar así mucho tiempo? Le he respondido que ya casi había terminado. Pero no era verdad. Ni el lápiz era capaz de acabar de perfilar su perímetro inagotable ni mi mirada deseaba abandonar aquella duna tan sugerente.
(Dibujo de Egon Schiele)
viernes, 14 de abril de 2023
Siempre nos quedará el artista (Cuento efímero)
martes, 11 de abril de 2023
Eternidad
Usted y yo coincidimos. Usted estaba allí, yo estaba allí, ambos llegamos desde diferentes procedencias, nos miramos o lo hizo usted primero. Más adelante usted diría que me miraba porque yo la miraba. Pero en aquel instante, en que no emitimos palabra, me pareció que el pacto visual se ofrecía como una invitación a la eternidad. Una muestra de eternidad, si prefiere, pues algo tienen los momentos intensos que detienen el tiempo. Yo la miraba, usted me correspondía, sin intención alguna de cejar en el empeño, sin dejarnos afectar por la reclamación de nadie. Solo quien mira y es mirado comprende la extraña conexión entre quienes se sienten atrapados en una relación intemporal. Usted apuraba lentamente el sorbo de la copa, yo inhalaba un cigarrillo Egyptian con una parsimonia inhabitual en mí. Aquella complicidad persistía, ajena al cuchicheo del entorno, y yo me preguntaba si usted tomaría otra copa al terminar la anterior, y usted pedía con una señal inefable, solo identificable por mí, que yo encendiera otro egipcio. Como si cualquier acto móvil de nuestras manos o de nuestros labios no fuera sino parte de la complicidad con la parada del mundo en que habíamos incurrido usted y yo. ¿Veía usted desde el extremo más alejado de su retina la mirada perpleja que se emitía desde la mía? Usted no me pedía nada, yo no la reclamaba nada. Ni siquiera se trataba de una observación mutua que extrajera conclusiones acerca de la vida de uno u otro. Ninguno de los dos atendimos voces próximas que dispersaran el momento casual. Si aquel pulso era eterno, como nos estaba pareciendo, era imprescindible el silencio. La marginación del ambiente, la desconcentración del acto al que habíamos acudido, la distancia entre nuestros cuerpos. ¿Tentó usted un pensamiento especial sobre mi imagen próxima mientras no apartaba la mirada? ¿Fui capaz yo de dibujar en mi mente el perímetro de su figura atrayente? Nada se definía, porque habíamos decidido erigir el lenguaje secreto de los ojos en una vía de comunicación abstracta. No había más explicación. Algo nos decía que aquel encubrimiento mutuo se había transformado en pulsión. Un tiempo después usted admitió que una mirada, por permanente y asombrosa que sea, nunca es un espacio vacío. Reconoció que el silencio y la abstracción exigían un paso más decidido que hablara otros lenguajes, atravesando caminos pedregosos. Pero ni usted ni yo, eso me confirmó, quisimos ir más allá de aquel momento en que coincidimos. ¿Hubiera sido posible?, le pregunto ahora. Hubiera podido ser, me responde, pero lo dejamos todo en aquella prolongada y acogedora eternidad.
domingo, 9 de abril de 2023
La bojiganga actúa de nuevo (y una referencia en El Quijote)
En este año electoral a varias bandas, según, donde el riesgo de polarización política parece haberse asentado, para irracionalidad de unos, necedad de otros y escepticismo de bastantes, y ojalá la cordura ajena se imponga y me corrija, probablemente vamos a ver desfilar a muchos cómicos, y espero que no todos lo sean o al menos no actúen con escasa honestidad.
De ahí que rescate una imagen de la compañía teatral de siglos pasados, la bojiganga, que ofrecía al deleite de las masas su visión satírica y mordaz para bien llevar y mejor comprender los aconteceres a que sus existencias eran sometidas. Uno de los personajes de la bojiganga era un diablo que, esgrimiendo un palo en cuyo extremo iban atadas una vergas de vacuno, azuzaba bien a otros actores por mor del guion bien al público al que quería cómplice de la representación. Para mejor alegrar y sobrellevar los sinsabores y penurias de la vida cotidiana.
Atentos, pues, al juego que las bojigangas de nuestros días nos inviten. Mejor practicar la chanza, no obviando cuanta verdad pueda mostrarse entre promesas vanas, y llevar del mejor y racional modo posible las suertes de la interpretación, asumiendo los límites del argumento y no pidiendo peras al olmo.
En un capítulo de El Quijote (Capítulo XI, de la Segunda Parte) aparece la bojiganga y el travieso demonio -que acabó con el rabo entre las piernas- contra el que está dispuesto a reaccionar nuestro más insigne, cuerdo y real caballero que jamás hayan tenido y seguimos teniendo en nuestra idiosincrasia los españoles.
viernes, 7 de abril de 2023
Duško Gojković se fue y nos dejó Bem-Basha
Duško Gojković (Jajce, 1931- Munich, 2023) se fue anteayer. Pero nos dejó Bem-Basha, de su disco Swinging Macedonia, de 1967. Disfrutemos de la interpretación.