Jean Giraudoux estrenó en 1935 La guerra de Troya no tendrá lugar, ficción con más deseo de futuro que comprobación de un pasado. En esa obra de teatro se planteaba las posibilidades de que hubiera sido todo distinto, si hubieran tenido otra opinión y comportamiento, y acaso negociado, los miembros del drama épico de Homero que iba a desarrollarse después. Los Héctor, los Paris, los Ulises, las Andrómaca, las Hécuba, las Helena...que de haberse comportado de otro modo no habría dado lugar a la guerra troyana. Metáfora que, por cierto, aun siendo su verdadera intención incidir en la situación europea de la década de los 30, no sirvió para detener ni el nazismo ni la Segunda Guerra Mundial.
Uno quisiera creer que algo va cambiado en la psicología individual y de masas para sentir cierto rechazo a la guerra. Leo en la prensa que en Ucrania hay una parte de la población importante reacia a ser alistada. Pero los Estados son de poder omnímodo sobre la población, y como tales poseen instrumentos de control y de forzamiento para decidir a sus sociedades hacia el lado épico. Aunque la épica esté causando, como siempre en todo el pasado, dolor, expulsión, destrucción territorial, amputaciones y muerte.
Como la épica ha pesado más en la historia que la lírica, y ha llegado a doblegar a esta, cualquier opinión por mi parte sería irracional y hechida de emociones y no de razonamientos...épicos. Pero ahí está la realidad de una guerra en que un invasor con aires zaristas pretende reconquistar sus territorios del pasado, echar el pulso de hegemonías con países occidentales y sobrevivir a sus propios problemas internos, que los tiene y variados. Y un invadido, con menos posibilidades logísticas, materiales y humanas, con sus propios límites democráticos internos, trata de contener lo que está siendo inevitable. También dice la prensa que crece la opinión dentro de Ucrania de quienes cederían territorios ocupados por los invasores si eso supusiera el fin de la guerra. Ve a saber. Pero las dudas son razonables. Como los deseos, como las ganas de vivir, como la necesidad de la convivencia pacífica, como casi todo menos la irracionalidad de no llegar a ninguna parte. Bueno, sí, a la que se está llegando, negra y sangrienta, al abismo.
En ambos bandos hay problemas para reclutar soldados, solo que en la parte soviética, negarse es más complicado. En general todas las guerras son aparte de estùpidas, perjudiciales para la salud de la ciudadanía, pero es que esta entre Ucrania i Rusia lo és más, ademàs és inútil.
ResponderEliminarSaludos.
También es complicado en Ucrania negarse, por lo que se ve. En fin, ya no sabe uno qué opinión tener, simplemente decir: que no nos toque algún día.
Eliminar¿Alistados para què?, hoy basta que un país tenga la bomba atómica, y ya son varios, para meter miedo con un solo dedo, venga a seguir azuzando a Rusia, pero eso sí, no cabrearla que puede soltar el chupinazo, siempre hasta cierto punto. Tambien debemos de tener claro que cuando esto pueda ocurrir sería el fin de la humanidad tal y como la entendemos hoy.
ResponderEliminarO el fin de una humanidad y su sustitución porotra, no necesariamente desaparecería todo el planeta. Catástrofes hubo antes de volcanes, terremotos, invasiones, etc. que destruyeron unas zonas y otras emergieron. Pero claro, lo nuclear es tan nuevo...Ya se vio una porción reducida de sus efectos en Hiroshima y Nagasaki (próximas las terribles y fatídicas fechas de recuerdo) y...me paro aquí.
EliminarLo siento, pero pienso que a Europa le falta mucho coraje. Ucrania que debería ser miembro y así como USA, cuando la locura nazi, envió a cientos de miles de sus hijos a combatir al la bestia (Si no lo hubieran hecho, igual ahora hablaríamos todos alemán), ahora Europa debería hacer lo mismo y ayudar a Ucrania de verdad, no atendiendo a las suplicas de ese pobre hombre Zelenski, que tiene que ir mendigando arriba y abajo para que le den algún petardito.
ResponderEliminarY la deuda que está contrayendo con sus generosos donantes, perdón, vendedores.
EliminarHay quienes quieren defender el todo o nada, pensando que alguien les sacara las castañas del fuego, por qué el adversario es un bruto irracional. Pero la cosa se está alargando más de lo que el bruto irracional tenía previsto como un paseo militar. Ahora llegan las amenazas nucleares y entonces hay quien dice, mejor perder un brazo que la vida.
ResponderEliminarLas geostrategias son como el espíritu santo aquel y la santísima trinidad juntos, inexcrutables, incomprensibles, imprevisibles, aunque muchos analistas se dediquen a tratar de interpretarlo en base a un cálculo lioso de posibilidades. La sibila ya lo hacía con menos empleados y sin tanta parafernalia. Ahora lo misterioso es que el aparente amigo de Putin, Trump, si accede a la White house esa ¿qué hará? ¿O será aquello de los extremeños se tocan y vamos a por Europa?
EliminarLos pueblos, en general, sólo quieren llenar el plato de comida y poder hacer planes para un mes, un año después dando por sentado que todo seguirá, más o menos igual. Son los poderosos los que andan con sus balanzas y sus cálculos, los que computan vidas humanas como una parte más del balance.
ResponderEliminarPor desgracia siempre nos arrastran y son los pueblos quiénes tienen que poner los muertos. La paz y la guerra son siempre una decisión del poder.
Por supuesto que todos queremos tener asegurado plato, cama y ocio, por eso producimos y consumimos y eso mueve dvidendos en cualquier materia y producto. Tan cegados en ese instinto de creernos algo sin ser nadie nos entregamos a los postores impostores que más y mejor prometen. Lo ves aquí y en los USA ni te cuento. Supongo que los rusos andan igual. Los cercos de Troya continúan, y Homero sigue sabiendo.
EliminarFáckel:
ResponderEliminar¿mandarían nuestros dirigentes y aspirantes a dirigentes a sus hijos a una guerra?
Salu2.
Ha habido de todo en el pasado. Ya Ilíada lo demuestra. Hoy no sé, hay gente del oficio que incluso siendo hijos de dirigentes se toman a pecho ir de épicos. Pero seguramente son casos aislados.
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