Estoy leyendo una antología poética de Jorge de Sena, Serena ciencia, y no me resisto a transcribir aquí dos poemas suyos. Un poeta, novelista y ensayista portugués apenas traducido en España. De él es también la extraordinaria novela Señales de fuego, que Galaxia Gutenberg editó hace unos años. Es una desgracia para nosotros que no dispongamos nada más en castellano de uno de los mejores escritores portugueses del siglo XX. ¿Por qué no interesa traducir y editar su obra en castellano? Solo pensar en la cantidad de literatura de segundo y tercer grado que se edita y que no podamos disfrutar de la calidad de Jorge de Sena me irrita. Tendré que aprender portugués. La antología que cito la editó hace cinco años Pre-Textos en su imprescindible colección Cruz del Sur.
Glosa a la llegada del otoño
El cuerpo no espera. No. Ni por nosotros
ni por el amor. Este posarse la mano,
tan reticente e interrogando a solas
la tibia sequedad satinada,
la que palpita adivinada
en solitarios movimientos vanos;
esta caricia en la que no estamos nosotros,
sino una sed, un recuerdo, todo
lo que sabemos de tocar desnudo
el cuerpo que no espera: esta caricia
que nada conoce, nada ve, ni nada
osa temer en su temor agudo...
¡Tiene tanta prisa el cuerpo! Y ya se le ha pasado
cuando uno de nosotros o el amor llega.
Y esta otra tan hermosa:
Esto
No quieras, no preguntes, no esperes.
Esto que pasa como vida y tú
mides en días, horas y minutos,
o como tiempo que pasa y vas midiendo
en arrugas y recuerdos y en sombrías
y plácidas visiones sólo tuyas,
a veces sonrientes, siempre sombrías;
sí:
esto a lo que das nombres, que separas
de la nada en que surgió, de la que surgió;
esto que ya no quieres ni interrogas,
de lo que ya nada esperas, pero que quieres,
por lo que preguntas siempre, por lo que esperas;
esto, que no eres tú ni va contigo
ni se queda cuando marchas; en lo que no piensas
porque al medirlo mides tan sólo y
no haces otra cosa que medir -sólo esto,
apenas esto, esto únicamente:
no quieras, no preguntes, no esperes:
poco o mucho, es todo lo que te queda".
(Jorge de Sena, Lisboa, 1919/ Santa Barbara, USA, 1978. Ambos poemas pertenecen a su poemario
Fidelidade, en traducción de Martín López-Vega)