"...Y es que en la noche hay siempre un fuego oculto". Claudio Rodríguez





miércoles, 10 de julio de 2024

Somos lo ajeno incluso para nosotros mismos




Deduzco de sus reflexiones que usted piensa que estamos llenos de mundos que ni siquiera controlamos. Fui tajante para sonsacarle más puntos de vista. Hizo una mueca sarcástica. ¿Qué se pensaba usted, amigo mío? ¿Que nuestro cuerpo es un sistema completo y único? ¿Que cuando uno nace y en cada fase de la existencia controlamos los pasos? Quien habita cada cuerpo, al que muchos llaman ente, no es sino huésped y no está en su mano toda la capacidad de regirlo. Y ni siquiera es el mismo invitado a lo largo de su vida. El humano es un individuo  que toma prestado tanto el tiempo como el espacio. Habita su pasado e intenta sobrevivir en un presente en pelea con circunstancias y otros individuos semejantes. Y, sobre todo, ignorante de otros mundos, vamos a llamarlos así, que le fraguan y se manifiestan dentro, en espacios recónditos y con rostros invisibles. ¿Acaso usted controla el movimiento de sus tripas? ¿Puede tal vez apartar por voluntad propia sus migrañas? ¿Rige sobre la circulación de su propia sangre? Y cuando los hombres presencian el ajamiento de su cuerpo, ¿pueden detenerlo o se tienen que someter a lo irreparable? Dependemos de esas manifestaciones interiores que unos llaman organismos, otros gérmenes o bacilos, y que probablemente todo ellos son otras vidas, cuyo estudio apenas está en sus comienzos. 

No pude negar su razonamiento. Detuvo y aplacó el ímpetu con el que había hablado. Tosió y se sentó en uno de los bancos de la calle Pařížská para recuperarse de una fatiga instantánea. ¿Ve?, dijo esforzándose. ¿Le parece que yo tenga alguna suerte de control sobre esta molestia que me tortura? Somos siempre en nuestra imperfección. ¿Diría usted que lo ajeno nos ocupa?, le dije por decir algo y aliviar su pesimismo. Diría que somos lo ajeno incluso para nosotros mismos.   



*Dibujo de Franz Kafka


16 comentarios:

  1. El YO que soy ahora, no es el YO de cuando era joven, ni el YO de cuando sea viejo. Muchos YO al cabo de una vida, y todos ajenos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. YOs que nos acompañan y más vale que nos reconozcamos de alguna manera en ellos.

      Eliminar
  2. No regimos nada, a veces, muchas más de las aceptadas, ni siquiera nuestros razonamientos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ni siquiera, porque siempre dudamos y elegimos uno de ellos.

      Eliminar
  3. Há sempre aspectos que não controlamos e/ou compreendemos... não sabemos tudo.
    Beijos e abraços
    Marta

    ResponderEliminar
  4. ¿Crees que con 40 grados a la sombra puedo darte respuesta a tantas preguntas?, yo al menos, no y eso que tengo el aire acondicionado puesto acojonado de lo que voy a pagar cuando venga el recibo.
    Saludos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. En las antípodas de las temperaturas de Praga, incluso en verano, así que no discurras, no le des al magín, deja que las preguntas se alimenten entre sí.

      Eliminar
  5. Seguro que sí. No controlamos ni siquiera lo que creemos ser. Menos aún lo que ni imaginamos que nos habita. El autocontrol es una ilusion a la que nos aferramos cuando nos gana la desesperación y la desesperanza.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No somos capaces de hablar con las bacterias y cuando los virus se rebelan todavía estamos más desprovistos. ¡Pero esos aparentemente ajenos son los propios!

      Eliminar
  6. Todo es consecuencia de la idea de que somos "individualidades". Una idea falsa promovida por el ego, que quizás algunos confundan con el yo. Pues claro que somos el resultado de un conjunto de simbiosis de diferentes seres vivos interdependientes. Pero mucho cuidado que la otra idea falsa de que somos diferentes "yoes" a lo largo de la vida. Es otro espejismo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues no sé, pero creo que los individuos somos todos de aluvión. No creo que los procesos de hacerse el humano sean muy diferentes a los de cualquier proceso geológico, por ejemplo. Que las diferentes culturas, religiones y progresos hayan inventado sus conceptos y colocado sus etiquetas es propio también de nuestra evolución. De tener cuidado tengámoslo con (casi) todo.

      Eliminar
  7. Fáckel:
    cuando estamos con alguien conocido en otro contexto, en otras circunstancias, con otros conocidos, siempre nos sorprende. Como si fuese una persona totalmente distinta. ¿Pensarán lo mismo de nosotros? Es muy curioso.
    Salu2.

    ResponderEliminar
  8. Fácil que sí; al fin y al cabo somos reflejo los unos de los otros.

    ResponderEliminar
  9. Cuando creemos que nos conocemos salta la liebre que nos ignora. Si no ajenos sí extraños. Ander

    ResponderEliminar