NO ERES quien habla al espejo cada mañana. Ni este se dirige a ti provocando un diálogo sereno. ¿Que no acabas de vislumbrar a un tercer personaje que se interpone entre el espejo y tú? Legañoso, socarrón, escéptico os hace guiños a ambos. Su mirada se infiltra por vuestras retinas, cómplice y exigente. Propone tu reducción a un tiempo histórico anterior a la existencia del reflejo. Pero tú te resistes. Te muestras irreductible.
(Fotografías de Duane Michals)
Hace mucho ya que no me reconozco frente al espejo, y en cuanto a la extraña que allí veo mirándome, no le pregunto mucho ni espero que me diga nada.
ResponderEliminarBueno, no sé si creerte, pero seguro que la tercera persona te da la clave.
Eliminarhttps://youtu.be/DveDeCMjJRs
ResponderEliminarMuy buena, muy buena, una canción así solo podría salir de Joaquín Sabina. Gracias, me he reído mucho.
EliminarMe complace haber aliviado tu corazón de joven Werther, caballero. La triangulación del espejo me empuja hacia Lacan. Pero no. No es eso. ¿Quién soy? ¿A quién veo? Efectivamente, esto solo puede traducírmelo un tercero. Mi otro, verdadero y a veces desconocido yo. Aquel que no está sujeto a limitaciones, tiene perspectiva y no necesita someterse a la prueba del espejo: Mi alter ego.
EliminarQué bueno que alguien pueda percibirme a estas alturas como un joven Werther. Creo que todo el mundo estamos sujetos a nuestras limitaciones y otra cosa es que no nos consideremos esclavos de ellas, puesto que estas pueden soslayarse con la imaginación simplemente, y si resulta...
EliminarCaramba con los espejos! Cuando se asoma la imagen que debo identificar como propia le hago burla y saco la lengua! Llevo bien clarito que sus reflejos se vengarán diariamente de mi socarronería. ¡Ay, y que "la soco" no nos abandone de lo contrario estaríamos peor que muertos!
ResponderEliminarSi sientes que dicha irreductibilidad como protección, ¡adelante con ella! Yo le llamo de otra manera, le llamo "instinto" y antes jugaba a descubrir las diversas amalgamas de los mismos encarceladas en simples individualidades. Ya no, ahora toca descansar y disfrutar con ello.
Espero que este comentario aparezca, pues todos los escritos desde el móvil no aparecen, comprobado por activa y por pasiva.
De todos modos pronto desconectaré de la red durante el estío. Ya ves, he elegido salud y economía por encima de curiosidad, puro instinto espartano de supervivencia celular, y al "celular", jaaajjjj!
Pues seguro que tu propuesta estival (si llega el verano) es más sana que andar por la redicha red. Estoy de acuerdo con llamar instinto o mejor dicho, instinto irreductible, jaj.
Eliminartengo un viejo poema que habla de esto:
ResponderEliminarhttps://francesc-arrahona.blogspot.com/2011/05/el-aspecto-exterior.html
Pues no me deja entrar a verlo, Francesc.
Eliminara mi si, te lo adjunto:
EliminarEl aspecto exterior
que con el paso del tiempo
poco a poco se degrada,
es parte de un proceso cruel,
pero natural que lenta
- e inexorablemente -
persevera en su tarea.
Y no es lo más preocupante
que se estropee el exterior
pués te vas acostumbrando
en la contemplación diaria
que te devuelve el espejo.
Preocupa más la percepción, aunque,
es el momento de comprenderlo,
de cuando disminuye el conocimiento,
la conciencia que la vida se acaba
en una progresión implacable,
y donde no hay nada que hacer,
sólo esperar a ultimar
la actuación en este espectáculo
vulgar, aburrido y lamentable.
Quizá debs ser así, que un deterioro,
esté acompañado de manera condigna,
por el otro, pués de no ser así,
envejecer plenamente consciente sería
un castigo demasiado terrible,
muy difícil de soportar.
Qué buen poema-retrato del hombre, realista, pesa, eh, pesa. A ver cómo llevamos cada cual nuestro espejo provecto, digamos. Muchas gracias.
EliminarPuedes esquivar o confrontar, al final, ambas te pasan factura, preferí encarar, ahora somos tan amigas como nunca.
ResponderEliminarUn saludo
Pues que dura la amistad, aunque sigan pasando factura. Gracias por comentar, Mujer Virtual.
EliminarDicen que el espejo es el único instrumento capaz de convertir un monólogo en diálogo.
ResponderEliminarsalut
¡O en un gallinero! ¿No te ha pasado a veces sentir el tropel de voces disonantes, chillonas, complacientes o quejicas?
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