"...Y es que en la noche hay siempre un fuego oculto". Claudio Rodríguez





miércoles, 13 de junio de 2018

Deriva de la extrañeza














BRAMAS  como un animal desorientado, a medida que vas perdiendo territorio.



(Fotografía de Taichi Gondaira)


13 comentarios:

  1. Debe ser cosa del nacer de una especie con el lóbulo frontal en vías de desarrollo. Por ejemplo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No le quites importancia a la especie, aunque nos desasosiegue, cumple su función evolutiva.

      Eliminar
  2. No sabemos vivir sin creernos propietarios.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. El terreno es vital, sentir que lo perdemos descoloca al animal.

      Eliminar
  3. Quizá le bastara una mano sobre la piel.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. En animales domesticados, puede; en los no mansos, lo dudo.

      Eliminar
  4. Viene a mi mente Aullido de Allen Ginsberg.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¿Por asociación de ideas o palabras o por otros motivos? Me gustaría saberlo. Gracias.

      Eliminar
  5. No tengo ni tendré nunca  suficiente categoría como para participar en vuestros blogs. Anoche me llegaron noticias laterales en esa dirección. El simple hecho de recordar algunos comentarios me lo confirmó. Todo ello ya me constaba y a pesar de la falta de delicadeza para conmigo de algunas personas que te rodean, lo cierto es que -el que no sabe es como el que no ve- no me importó. Básicamente porque yo no compartía la misma opinión y, además, perseguía un fin mayor.

    Un saludo,

    Anónimo Inútil Perturbador.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Yo no sé qué decir, ni tengo por qué hacerlo. Empiezo a ver una deriva a la contra que no me incumbe. Piénselo cada cual. Gracias por la cordura.

      Eliminar
  6. En fin, querido, no me comprende usted nada. Me despido para siempre (de este blog). Fue un placer, se lo aseguro.

    Anónimo Inútil Perturbado.

    ResponderEliminar
  7. Cómo duelen esas pérdidas, esos cambios no buscados! no somos tan fuertes como creemos, ni tan incorruptibles como hubiésemos creído.
    El precio de vivir y envejecer...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Un precio que entraba dentro del lote llamado Vida y lo vamos descubriendo poco a poco, ¿no? Un abrazo.

      Eliminar