AGAZAPADO en el umbral observas imágenes que te proporciona la oscuridad, no son representaciones nítidas, porque la noche negra no concede paisajes, son invitaciones de diferente intensidad que parten de aullidos, de carreras, de suspiros, de sofocos, de desplomes, y que llegan hasta a ti, y tú con ellas compones escenas probables y dibujas cuerpos y zarandeas movimientos y perfilas diálogos, y cuando de pronto es el silencio, como si un elemento superior paralizase toda vida ajena, te palpas, roe tu nuca la traidora caricia del relente, y bramas y corres y descargas tu asombro y te agitas y haces confidencias al otro que te acompaña dentro de tu celosa negrura y caes plácido ante el pensamiento oscuro de si no habrás vivido ya todo lo que tenías que vivir.
(Fotografía de Taichi Gondaira)
Aparentemente aún deambulamos, aunque continuamente me asalte la misma interrogante. Ante ello no se me ocurre mejor respuesta que dedicarse a lo que cada cual considere como más agradable según momento. Poca cosa es, pero al menos consuelo añoso. Antes, al menos en mi caso, no conseguía desarrollarlo pues todo me venía impuesto por la circunstancia temporal . Ahora toca toparse con la placidez y en ello me esmero. Una fortuna, otra más de las que me arroparon por el camino, quizá la última. Lo ignoro pero resulta agradable. Quizás consecuencia de cierto buen talante y/o de mucho desconocimiento.
ResponderEliminarEpicureísmo total el tuyo, la búsqueda de la placidez y la calma en un momento determinado de nuestras vidas es fundamental, y si no fuera porque aborrezco el calificativo diría que resulta hasta sacro. Ya me entiendes. Cada día entiendo mejor al Epicuro que saborea la vida, leo sus textos y me arroja luz. Los de los valores eternos y metafísicos lo denostaron, y aún siguen en ello. Un abrazo.
EliminarExtremista total hermano aunque el aburrido punto medio consideren recomendable ... muy practico excepto para la vida emocional. “Transubstanciación” a tope, conseguir epicureismo a través de “espartanidad”: verdadero bálsamo para las contrariedades de la vejez, hermano. Y que el ánimo no decaiga!
EliminarEpicuro en su Carta a Meneceo:
Eliminar"Que nadie, mientras sea joven, se muestra remiso en filosofar, ni, al llegar a viejo, de filosofar se canse. Porque, para alcanzar la salud del alma, nunca se es demasiado viejo ni demasiado joven".
Salud y placer (el filosofar, o reflexionar o meditar sobre las cosas y el mundo debe ser salud y gozo, si no...)
Ante historias viejas vividas se abren espacios nuevos por vivir.
ResponderEliminarMe encantó texto e imagen.
Naturalmente. Los espacios se abren cada día, mientras el cuerpo no diga punto y parado. Gracias, la imagen es muy hermosa y el autor de la fotografía es enorme.
Eliminarhttp://gon-ta.com/
Admirable nitidez para describir esa inasible colección de visiones y sensaciones que la oscuridad de la noche nos trae, previa al sueño profundo. Impecable. Un placer leerte.
ResponderEliminarUn abrazo
Y que son una premonición del tiempo que nos avanza. Gracias por comentar, Neo.
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar...O pudo ser.
Eliminar¿Estás queriendo decir que la vejez conlleva un tiempo psíquico y sexual de cemento? ¿De verdad piensas que la ataraxia es lo intrínsecamente deseable y lo bueno? Tararí. Siempre pensé que el paso de los años devendría impetuoso buscando sus enardecimientos y sus tiempos. En tu caso está demostrado. Basta recordar las veces que te he exasperado y las admoniciones que me has hecho. Tu epicureismo a ultranZa, de momento, no es un hecho.
ResponderEliminarA veces es eso: ya lo hemos vivido todo, por mucha ilusión que pongamos en el futuro.
ResponderEliminar¿Y no tienes a veces la sensación de que de vez en cuando hay algo nuevo, no sé, un factor, una extrañeza, un imprevisto, un dato, una revelación...justo cuando creíamos haberlo visto todo?
EliminarY esa sensación de haber vivido, de repetición, requiere la voluntad de mirar con otros ojos, otra intención para descubrir que nos perdimos lo más importante.
ResponderEliminarPero, ¿sabemos con claridad qué fue o qué pudo ser lo más importante?
Eliminar