Entre el silencio y el griterío permanece la estupefacción. Se dirá que el silencio es más prudente, pero ¿es silencio reflexivo o silencio de pánico? Se dirá que el griterío es más valiente, pero ¿se trata de una expresión justa o es una batahola desafiante? Me niego a participar de las banderías vociferantes, me resisto a recluirme en el miedo que me anule. La niebla me hace pasar desapercibido todavía. Rechazo instalarme en el pasmo ridículo. Mamá no vendrá a salvarme (voz interior)
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El silencio activo: callar y hacer. Y la voz baja, siempre oportuna.
ResponderEliminarUna máxima sabia, que uno no siempre sabe aplicar, habrá que seguir intentándolo,
EliminarEl silencio es bello. Bs.
ResponderEliminarProbablemente fecundo si sabemos aprovecharlo.
EliminarSupongo que hay un silencio activo y otro cobarde. Al mismo tiempo que un grito oportuno o un grito estéril. Seguramente la solución de la ecuación es saber cuando adherirse a uno y cuándo a otro.
ResponderEliminarMe quedo pensando...
Un abrazo
Genial, has dado en la clave. Los hay, los ha habido siempre. NO siempre lo hemos entendido y menos comprendido a quienes optaban por un posicionamiento que no encajaba con nuestras maneras de pensar. Sigue pensando, pero si se te ocurre algo más, exprésate.
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