Hay quien vive en una aflicción permanente. De la misma manera que hay quien no parece sentirse afectado por nada. Entre ambas orillas, una marea de mortales vive a trompicones procurando como puede no ser víctimas de afectaciones ni viciosos de indolencias. Pero ese grueso social adolece de un grado elevado de dejadez que se convierte en dejación. No te preocupes que otros lo harán por ti, parece ser una máxima extendida en tiempos de compraventa de servicios como jamás ha existido antes en la historia. Sin darse cuenta de que si no se participa o se controla otros harán de su capa un sayo con lo público pero también con tu propia existencia. Se empieza concediendo a manos ajenas aquello que nos pertenece y se acaba en el despojo. Cuestión de tiempo.
(Dibujo de joven apesadumbrado, Anónimo del siglo XVII)
Esa es la mayor frustración de la vida, cuando la vida se interpreta como actividad, acción, mejora, optimización y no como obediencia y sumisión
ResponderEliminarNo te entiendo bien. A mi modo de ver la obediencia y sumisión interiorizadas conducen a muchas frustraciones. He conocido suicidas extremadamente correctos, disciplinados y respetuosos con sus medios.
EliminarLa prisa me la jugó y me expresé fatal. Estaba proyectando la frustración de un esforzado sibarita vital al verse invadido por demasiada sumisa vulgaridad.
EliminarLo cual no resulta decoroso comentar para quien dispone de una cierta perspectiva.psicológica. No me extraña tu comentario , esos suicidas, al menos tuvieron valor, trágico, pero decisivo.
El valor de la impotencia no sé si tiene mérito, siempre es renuncia a más cosas.
EliminarEl anterior comentario ha surgido cuando prácticamente me echaban de la biblioteca, a la vuelta he ido ampliandolo mentalmente de la siguiente manera, bastante vulgar por cierto: Que inicialmente he comentado siguiendo mi naturaleza levantisca, pero que en el "mercado" existen naturas tan variadas y diversas que mi comentario anterior se me antoja bastante injusto.
ResponderEliminarEn el mercado en el que vivimos tenemos que convivir con todo tipo de especies. Nada nos debe obligar a soportar todas y cada una de ellas, salvo el respeto mínimo y circunstancial, supongo.
Eliminaren todas las épocas, pocos han hecho mucho, muchos han hecho poco, es nada más releer la historia y darse cuenta que se nombran solo aquellos que han hecho algo por la vida, el vulgo arrastra su jangada hasta la muerte
ResponderEliminarlamentable, pero cierto
un abrazo
Y los pocos suelen pagar un alto precio, mientras los muchos se aprovechan si mérito alguno, es una de las leyes de esta selva.
EliminarYo soy de los que se preocupa en exceso...
ResponderEliminarSi toda preocupación excesiva nos condujera a la felicidad sería espléndido, pero con frecuencia a cambio se nos ofrece la sensación de impotencia.
EliminarAlgo parecido sucede con el amor y son las manos propias las que nos llevan al despojo y al cadalso. La masa y los corderos son guiados al matadero!
ResponderEliminarManos propias que en un momento determinado se han vuelto ajenas, distantes e incluso desconocidas, supongo. Los corderos camino del matadero suelen balar; la masa suele callar.
EliminarEste texto creo que viene muy bien para aplicarlo ahora, con la pandemia.
ResponderEliminarExcelente reflexión...
Por supuesto, para las pandemias de los virus y para las epidemias ideológicas de los hombres, se agradece la lectura.
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