Hoy he tenido un gesto de bondad. He acogido a una hoja marchita que me ha caído encima de un plátano de sombra. La dejaré sobre una estantería, la colgaré de un cuadro, la pegaré en un álbum. Eso es lo que sabemos hacer: acoger muertos. Pero al menos esa clase de cadáveres no huelen ni sobrecargan nuestra conciencia. No quiero pensar que la necrofilia sea una obsesiva forma de amor.
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Tal vez sea solo una manera de querer prolongar la posesión de lo que ya se fue...
ResponderEliminarNostalgia, melancolía. Oh.
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