Al recordar un año más el alevoso y cruel crimen terrorista del 11M en el año 2004, cometido por mano islamista radical, pienso en un color: el negro. Y lo relaciono enseguida con el cuadrado de Malevich y con Michel Pastoureau. Aunque el negro es un color que a quien más o quien menos de los españoles de lejanos tiempos nos persigue: lo identificamos con la siniestra oscuridad de la época o con las casullas de los curas en los funerales, es decir, con algo relacionado con la muerte. Tal vez por ello el negro también lo asocio con el comportamiento falaz y oprobioso de un gobierno que mintió descaradamente a la sociedad española en el momento del suceso fatídico y, con apoyo de medios de prensa acólitos, siguió propagando dudas. Porque el engaño, la manipulación y la negación de la realidad son siempre negros.
El historiador francés Michel Pastoureau en su Diccionario de los colores, dice del color negro:
"He aquí cómo podría presentarse un cuadro sinóptico de las distintas funciones y significados del color negro en la cultura occidental:
1. Color de la muerte.
2. Color de la culpa, del pecado, de la deshonestidad.
3. Color de la tristeza, de la soledad, de la melancolía.
4. Color de la austeridad, de la renuncia, de la religión.
5. Color de la elegancia y la modernidad.
6. Color de la autoridad."
Estos son los enunciados que hace Pastoureau, luego los desarrolla. Por ejemplo, en el color de la muerte cita: infierno, diablo, tinieblas, luto, rituales funerarios, etc. En el color de la tristeza y la melancolía señala: pensamientos negros, tétricos, ideas negras, color de la vejez, del miedo. Etcétera.
En aquel lamentable y horroroso episodio del 11 M, ¿cuántas de estas categorías afectan al suceso y al posterior comportamiento que negacionistas, conspiranoicos y políticos de derechas se han empeñado en mantener en su negra oscuridad?
Pero las víctimas están ahí: 192 muertos, 2.000 heridos. Gente común e inocente que iba a trabajar, a la que no se puede olvidar. Solo los portadores de la miseria moral olvidaron a las víctimas desde el día siguiente.
* Cuadrado negro sobre fondo blanco, de Kazimir Malevich.
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Acabo de recordarlo en mi blog. Negrura total. Oscuridad absoluta. Impotencia inmensa.
ResponderEliminarUn abrazo.
Lo dices claro y conciso. Recordemos a las víctimas y no olvidemos, en otro sentido, a los que suelen negar los hechos y sus negras motivaciones.
EliminarAyer volví a leer la pregunta, en un diario digital, que quien era el inductor intelectual de la matanza, lo que demuestra que siguen pensando lo mismo que aquellos días que estuvieron mintiendo y que les costó unas elecciones, y con todo aquello, aún se les llena la boca de pretender ser honestos.
ResponderEliminarSaludos
Son lo peor de la mala gente. Son lo más inmoral que uno pudiera imaginar, pero tienen seguidores, cómplices y votantes.
EliminarAún hoy, Pedro J. Ramírez en su artículo en el Español insiste en presentar dudas sobre la autoría y el material empleado.
ResponderEliminarSeguirá vinculado al chiringuito de siempre, que les da de comer.
Eliminar
ResponderEliminarDolor...
Se mire por donde se mire. Aunque los resentidos no quieran mirar.
EliminarGracias, Noite.
Pues en ese país, de imperios añorados donde no se ponía el sol... los siguen votando. ¿Será por la insolación imperial?
ResponderEliminarDebe ser que lo que dijo el profeta supuesto: que los hijos de las tinieblas son más sagaces que los hijos de la luz. Aunque aquí ya no sé si los de la luz alcanzan a ver algo.
EliminarVolver a esa atroz fecha sin sobrecogerse, es inevitable. Volver al trauma sin dolor, es imposible ; en Madrid cada uno tiene su anécdota, su contener la respiración al escuchar muy temprano la noticia sabiendo que a esa misma hora, amigos, compañeros, tomaban un tren para Atocha. Personalmente no pienso en el negro que desde el concepto del círculo cromático, el negro no es un color, sino la ausencia del color, pienso en imágenes retorcidas, ruidos, gritos, una pesadilla, como la pesadilla que vino después envuelta en el celofán de la mentira y la ignominia.
ResponderEliminarEl color negro: mi experiencia en cuevas es que el color lo aportaba la oscuridad. Cuando alumbrábamos con carburos las paredes de las cuevas podían ser blancas del carbonato cálcico, pero también de diferentes colores que los minerales al filtrarse aportaban. No obstante si la ausencia de color es negro, ¿no se convierte en color?
EliminarFue pesadilla y de cierta gente no puedes esperar más que pesadilla.
Yo he decidido no escribir nada en mi blog, simplemente recordar y comentar en algunos blogs.
ResponderEliminarSiguen sin pedir perdón por sus mentiras y sieguen sus voceros oficiales sembrando dudas donde no cabe tal.
Y lo peor es que los tenemos cada vez mas cerca de volver y con ellos de nuevo la oscuridad.
Salud.
Dudé si escribir algo sobre el 11M, fue la lectura de los colores del historiador francés lo que me inclinó a hacerlo, y sobre todo ver que los necios de entonces siguen sin cambiar. Solo pensar en la oscuridad de pensamiento y de gestión de un país me horroriza. Tal vez hay más necios y ciegos de los que nos pensamos.
Eliminarel color no se, pero la cara de la mentira, es el rostro de Aznar; en su careto actual lleva la mentira esculpida.
ResponderEliminarOscuro.
EliminarY el terrorismo islámico sigue vivo y activo, amenazando a Occidente. Y si no ha acabado con él, es porque tienen que "borrar a Israel del mapa", luego vendrán por nosotros
ResponderEliminarEsperemos que no, pues se ve que los USA prefieren que otros sean borrados antes y por mano de Israel, al menos eso parece. Lo demás será, como dicen ahora, distopía.
EliminarHola, Fackel:
ResponderEliminarSí, el 11M fue un día negrísimo y la manipulación gubernamental fue sonrojante.
Lo que me preocupa es mi percepción de que nos llevan manipulando desde que murió el dictador, al colocar como jefe del Estado a quien él había designado como su “continuador”.
Un abrazo.
Manipulación ha habido siempre, con formas diversas. Yo viví la manipulación del antiguo régimen, el dictatorial, que era absoluto, burdo y cruel. Tenías que tragar con ella porque te la jugabas. Ahora la manipulación es asumida incluso buenamente por mucha gente, yo diría que gusta y se reboza en sentirse engañado. Sobre el "continuador" y habitante a cuenta del Estado en otros pagos ¿qué decir a estas alturas? Pues muchos siguen pensando también de él que salvó al país el 20F. De risa si no fuera dramático.
EliminarFáckel:
ResponderEliminarcomo si no fuera suficiente tragedia la muerte de tantas personas por un, como siempre, vil atentado; encima hay que soportar el cinismo de los políticos.
Por desgracia, sigue sucediendo lo mismo. En tiempos de Aznar se intentó ocultar la verdad. En tiempos de Sánchez, otro tanto.
Ay, Señor, Señor.
Salu2.
Disculpa, en tiempos del innombrable presidente de cuando el atentado del 11M no se intentó ocultar. Se ocultó, se mintió, y la prensa honesta e indagadora de estos días lo ha recordado por activa y por pasiva. Sí, hoy sigue sucediendo lo mismo por parte de aquellos mismos. Estamos en desacuerdo, ya lo sé, pero tengo muchos callos como para no saber distinguir a estas alturas.
EliminarFáckel:
Eliminardije "intentó" porque no consiguió que la versión del innombrable perdurase. Que sigan insistiendo y que haya gente que lo siga creyendo, ya es otro contar. Como los terraplanistas. Por mucho que insistan, la Tierra no es plana.
Si dije que en tiempos de Sánchez se hace lo mismo, no me refería al mismo asunto del 11.M sino a todo el sindiós de las amnistía. Por mucho que intente ocultar lo que pasó, ahí está.
Salu2.
Yo de momento no veo ocultación, al menos no en el mismo plano que aquella infamia del 11M. Debe ser que soy posibilista aunque no me gusten muchas cosas, pero eso no es delito, ¿no?
EliminarOcultar, tergiversar, diluir...
EliminarEl problema, para mí más grave, es cómo entramos los supuestos ciudadanos al trapo y nos dejamos influir, manipular, convertirnos en cómplices del engaño. Hablo en general, eh.
EliminarTe entiendo, Fáckel. Gracias.
EliminarSaludo.
Eliminar"Color de la elegancia y la modernidad": el que és de moda entre persones molt diferents ideològicament.
ResponderEliminarLa meva àvia va quedar viuda als vint-i-cinc anys i sempre anava de negre. Al meu pare no li agrada gens aquest color per això.
El negre, a banda del que s'associa amb l'horror de l'11-M, també és el color del sublim, el que no diu aquest diccionari dels colors.
Los colores vanligados a tradiciones y conceptos culturales. He oído que en otras zonas del mundo el negro no es color de luto como lo fue en España. Recuerdo que cuando se murió mi abuelo todas las mujeres de la familia vistieron de negro y a mí me pusieron en la manga del abrigo una banda negra, como a todos los hombres mayores. Pero también el negro ha sido color de postín en fiestas y celebraciones. Por cierto, hoy viene en El País una entrevista con Pastoureau, aún no la he leído, hablará sobre los colores, imagino.
EliminarLos del color de lo sublime, ¿a qué te refieres?
EliminarFackel, em sembla que és evident per què el negre és el color del sublim, com recordo que ho deia el dissenyador de roba Toni Miró: és el color del cel estrellat, el més sublim que coneixem. També vaig aprendre en una assignatura d'història de l'art que una ciutat vista des de dalt, en conjunt, és una manifestació del sublim. O les muntanyes i el mar també.
EliminarInteresante. No sabía lo de Toni Miró. El concepto sublime nos llevaría por muchos caminos. Longino también habla de ello, otro día te lo cuento.
EliminarTambién para el despreciable ISIS es el color de su bandera y de su banda. Pero ya se sabe que los terroristas de hoy mañana pueden estar en un gobierno, como la historia atestigua en casos conocidos. No les perdonaré nunca los crímenes sobre personas y sobre monumentos en Irak o Siria.