"...Y es que en la noche hay siempre un fuego oculto". Claudio Rodríguez





martes, 16 de enero de 2024

Ejercicios de instinto (Pecios)

 


El océano trajo hasta mí
sus huellas; una a una pregunté
qué vida hubo bajo sus pulidas texturas;
solo somos pecios, dijeron, y las vidas
tiñeron de color el mar.

 

 

 

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30 comentarios:

  1. Tatiana Aguilera17 enero, 2024 01:15

    El océano calla y reserva las vestimentas de los que una vez habitaron sus aguas. El océano es un museo abierto, solo se necesita observar.

    Abrazos Fackel

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    1. Fackel17 enero, 2024 08:18

      Y un mausoleo enorme, del cual nos llegan de vez en cuando huellas, pecios, restos, naufragios y hundimientos. Solo se necesita percibirlo. Ya que lo dices, es increíble la cantidad de objetos de tiempos pretéritos que se han encontrado en lo profundo de los mares. Y los que quedarán como parte de la flora o devorados -preservados- por ella. Gracias, Tatiana.

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  2. Emilio Manuel17 enero, 2024 08:00

    Los pecios son historia de barcos y de hombres que los navegaron, los pelets, que tambien nos lo trae el oceano, es la miseria del ser humano.
    Saludos

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    1. Fackel17 enero, 2024 08:19

      Cierto, cierto, total miseria y encima objeto de suicidio nuestro y de homicidio -¿o mutaciones?- para especies oceánicas.

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  3. Alfred17 enero, 2024 09:43

    En el mar, acaban todos nuestros desechos.
    ¿No entiendo cómo todavía nos habla?

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    1. Fackel17 enero, 2024 09:56

      Creo que prefiere ignorarnos. Su capacidad de adaptación es pareja de la propiamente humana.

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  4. Francesc Puigcarbó17 enero, 2024 10:08

    Parece que nuestra supervivencia acabará dependiendo de los frutos del mar, y nosotros le tratamos como una escoria. Hay una serie de Movistar+ muy interesante sobre la revuelta del mar, ·El quinto día' es ficción, pero muy inquietante.

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    1. Fackel17 enero, 2024 10:20

      Pues tomo nota, aunque no tengo acceso a esa plataforma, a ver si la encuentro en otra parte. Bon dia.

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  5. Pedro Ojeda Escudero17 enero, 2024 11:39

    Hemos hecho del mar un basurero. Los pecios ahora son del plástico que mata la poesía y hasta la vida.
    Buen poema.

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    1. Fackel17 enero, 2024 14:52

      De todos modos las profundidades marinas son muy poderosas, capaces de transformar lo que no se hace en superficie. Si solo fueran los plásticos...¿y el fuel vertido ordinaria y extraordinariamente? Gracias, Pedro.

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  6. Tot Barcelona17 enero, 2024 16:59

    Cuando observo el Mediterráneo, lo hago a menudo, pienso en las vidas que se lleva por delante cada día en busca de un futuro mejor.
    Salut

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    1. Fackel17 enero, 2024 20:35

      Y si lo multiplicas por los milenios mediterráneos de civilizaciones y culturas...imagínatelo. Y así todos los oceános.

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  7. Literatura y tercer milenio17 enero, 2024 17:02

    Todo me abruma del océano. Este poema se vuelve un buen punto de aproximación.

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  8. ⟴Ricard17 enero, 2024 19:35

    Hace bastantes miles de años, aprendimos a agujerear piedras y conchas para adornarnos con elementos simbólicos que representaran quién sabe qué.
    Hoy los hemos cambiado por camisetas con logos de marcas que no representan una mierda; quizás solo sus intereses.
    Miau !!

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    1. Fackel17 enero, 2024 23:05

      Qué razón tienes. Lo de los abalorios del paleolítico es fascinante. A mí me lo recuerdan estos cantos rodados agujereados.

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  9. Ana Muela Sopeña18 enero, 2024 09:56

    Qué bello, Fackel:

    El mar es fundamental para la vida en el planeta y para nuestra supervivencia.

    Un breve inmenso.


    Concisión y sugerencia...

    Abrazos

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    1. Fackel18 enero, 2024 13:30

      Sí lo es, pero menospreciamos a los mares: los vemos como territorio a conquistar para alimentarnos, como espacio para transportar o hacer cierto deporte, como ejercicio veraniego, como vertedero...Pero hay más, hay tanto...Todo sugiere, Ana, pero muchísima gente no atiende la llamada de la sugerencia oceánica.

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  10. Beauséant18 enero, 2024 15:49

    Quería hablar de los pelets, pero Emilio Manuel lo ha resumido a la perfección.

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    1. Fackel18 enero, 2024 17:28

      En efecto, y de los hilillos aquellos de hace años que decía el ilustre que no ilustrado (al vulgo le gustó más llamarlo chapapote)

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  11. bisílaba18 enero, 2024 19:55

    Quizá seguir siendo pecios es lo que les dota de verdadero valor...
    Abrazo!

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    1. Fackel18 enero, 2024 20:00

      Son huellas de un valor devaluado, pero cuánta vida habría en todos los objetos o navíos hundidos antes de sus catástrofes.

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  12. Albada Dos19 enero, 2024 08:45

    El mar, sus playas, nos acercan objetos con pasado, y seguramente somos la consecuencia de milenios de evolución gracias al mar.

    Un abrazo, y feliz viernes

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    1. Fackel19 enero, 2024 09:07

      Muchos de esos objetos han quedado disueltos o convertidos en otra cosa: de eso las algas o las rocas saben mucho.

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  13. Dyhego19 enero, 2024 22:41

    Fáckel:
    los "pecios" de antes tenían su misterio y encanto: un barco, un ánfora, un anillo... Ahora se encuentra uno con una lata de cerveza, un retrete, un ladrillo... ¡Qué pena!
    Salu2.

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    1. Fackel19 enero, 2024 22:55

      Se consideraba pecio a un objeto o cosa de un navío que había sufrido naufragio. Los náufragos hoy somos los de la orilla para tierra adentro.

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  14. Neogeminis Mónica Frau21 enero, 2024 11:42

    Me conmovió la sencillez de estas líneas. Rastros de vida que alguna vez fueron más. Un abrazo

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    1. Fackel21 enero, 2024 12:11

      Rastros, sí, a veces pruebas de demostración.

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  15. Helena Bonals21 enero, 2024 18:41

    Crec que tots els versos són aquests "pecios".

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