No sé si el símil es un invento cristiano, aunque los exégetas utilizaran las dos letras extremas del alfabeto griego, alfa y omega, para convertir en metáfora la vida. En Chitón se cuenta una historia de dos jóvenes que se encuentran en el puente colgante de un lugar de difícil acceso. Ambos realizan las tareas cotidianas al servicio de su respectivo señor y de su correspondiente señora. Pero el mismo camino que recorren les enseña que deben de buscar una salida si no quieren perecer en la monotonía desapacible de sus existencias. La chica ya se ha dejado tentar por la creatividad, por la suerte de tener una señora que es culta y disfruta del arte. El chico entra en una fase de rebeldía interior que quiere llevar más allá para no ser un bruto siempre. La propuesta de la joven al otro es una esperanza. Pero como la esperanza es siempre algo abstracto resulta ser también una indicación, una dirección, una senda nueva que merece la pena explorar.
Este relato no sería sino una lectura más, pero nada endeble, de las circunstancias por las que se atraviesa desde el alfa hasta la omega de la metáfora conocida. Desde el punto de vista de la duración temporal de la vida poco más habría que decir. El alfa y el omega se aplicarían a un individuo de seis años, a uno de cuarenta o a un nonagenario. Ahora bien, visto desde el espacio de los contenidos, qué importante es poder y saber elegir y poder y saber hacer para que el vivir del día a día tenga su sentido. De ahí que al leer el relato me parezca que pugnar por salir de la ignorancia constantemente y fortalecer la comprensión y el entendimiento de las cosas, incluido el hecho nada metafísico de estar viviendo, ya depara por sí mismo satisfacciones, evolución, apartamiento del estado de bruto que yace en cada uno de nosotros. Pero que cada cual saque sus propias conclusiones que, probablemente aun circunscritas al alfa y el omega, recorre todas las demás letras del alfabeto griego o del alifato o de cualquier otro alfabeto.
¿Cuáles son esas letras? Ah, búsquense en el quehacer de nuestras respiraciones y latidos. Constrúyanse con toda clase de arte posible. La percepción de la vida no puede ser solamente un inestable puente colgante entre dos rocas antagónicas.
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Hokusai como fuente de inspiración. Muy bien.
ResponderEliminarPero veo demasiada resignación en los porteadores. No está nada mal la propuesta de ella cuando propone aprender juntos el arte, pero ¿y si quemaran el puente?
Cambiar de paisaje, reinventarse; ese es el secreto de un buen recorrido entre alfa y omega...pienso. Más difícil sin duda, pero mas vivo.
La experiencia dice que mejor hacer trasvase o quema del puente cuando se tengan más conocimientos y alternativas viables. Cargarse lo establecido a ciegas también puede arrastrar al incendiario, ¿no? Conocí casos. Pero hay que reinventarse cada día, sí, y te doy la razón. De lo contrario ese espacio entre alfa y omega es una cárcel.
EliminarQué buena reflexión sobre la vida. Salir del estado de bruto es, desde luego, un buen objetivo. Nuestros alfabetos griego, árabe, hebreo, chino no solo son signos sino conceptos del universo. Supongo que aunque no sabemos mucho (porque alguien se ha guardado la información) en el latino también cada letra tendrá su significado.
ResponderEliminarLos protagonistas de tu ciento saben que necesitan un cambio. La libertad, el amor, el aprendizaje o todo junto.
Me lo guardo este post tuyo para reflexionar y seguir aprendiendo.
Gracias por tus publicaciones.
Felicidades
Abrazos
Los conceptos del Universo dependen siempre de los intermediarios del saber, de los intérpretes, de los que controlan los recursos. Los que nos movemos en el alfabeto latino -y yo no olvido mi modesto aprendizaje del griego clásico- podemos usar las letras para fases sucesivas de la vida. Cada cual sabrá cuáles son las vivencias que hay que nombrar.
EliminarLos cambios responden a significados de calado. A veces creemos que con introducir solo cambio en el amor o en el trabajo o en la actitud ante la política ya basta. Pero perseguimos comprensiones de conjunto. Estas no son fáciles de alcanzar. Yo me hago cargo de que nunca lo lograré, aunque llegara a los cien.
Agradezco que leas y sigas, Ana.
Entre el alfa y el omega está el resto de las letras. Habrá que echar mano de ellas. Tengo cierta debilidad por la letra "pi": es imposible calcular su valor exacto. Nos llevaría infinitas pizarras poner sus decimales. Igual de imposible que concretar y delimitar la creatividad humana.
ResponderEliminarSaludos.
Así es. Es curioso que tal letra la conociéramos ya en bachillerato, antes de estudiar griego, como signo matemático. Se hacían chistes incluso con ella, pero se ve el valor otorgado a la π se nos escapa, como la creatividad, sin duda.
EliminarEs verdad... nos esforzamos por aprender, por mejorar, por introducir cambios en nuestra vida y sin embargo parece que nunca lo conseguimos. En este sentido me viene a la mente el mito de Sísifo.
ResponderEliminarPero ahí seguimos.
Un abrazo
Sísifo es un verdadero ejemplo metafórico, un paradigma, del esfuerzo humano. La condena de los dioses. Otra mitología se inventó lo del sudor de la frente al ser arrojados ciertos personajes de un supuesto paraíso. Para el caso, es lo mismo. Seguiremos, no va a cambiar la condición. Con que se aliviase para millones de pobladores de la Tierra lo daría por bueno.
EliminarMe he pasado y me ha encantado. Aprender, lo que se dice aprender se aprende siempre, aunque sea para evitar hacer algo. Las letras tienen la utilidad de separar espacios, pero hay que ver la de palabras que nos permiten, además.
ResponderEliminarUn abrazo
El aprendizaje tiene un largo camino, no es solo el productivo o el que nos prepararon para lo productivo, que no tanto para el conocimiento. Nuestro acervo personal sigue hasta el fin, salvo que nos trastornemos. La curiosidad nos acompaña siempre, como acompañó, junto con la necesidad, a nuestros antecesores prehistóricos. Salud y confianza.
EliminarAsí pienso yo también Fackel: que determinar salir de la ignorancia y fortalecer la comprensión de las cosas, ya es por sí satisfactorio.
ResponderEliminarGracias por tan hermosa entrada.
Saludos.
A veces nos quejamos de no obtener más satisfacciones, pero cada vez valoro más lo importante que fue que me enseñaran a leer, escribir y calcular. Gracias a aquel aprendizaje inicial (e iniciático) uno sigue interesándose con los modestos frutos de la satisfacción del cada día.
EliminarCuanto más estudio más consciente soy de que no sé nada en realidad y que probablemente jamás sepa nada en lo que concierne al sentido de la vida. Aprender se convierte entonces en un placer más que en un camino para llegar a cualquier destino. Y así voy transitando por las letras del alfabeto. A ratos satisfecha de mí misma, a ratos decepcionada por lo bruta que aún puedo llegar a ser.
ResponderEliminarBesos
Pero si relativizamos -porque la frase socrática está bien para caernos del burro y ser humildes- nos damos cuenta de que estudiar, informarnos, intercambiar conocimientos y opiniones, todo eso ha sido útil. Y cada uno sabe si eso le ha permitido y le permite librarse de la gran dosis de manipulación que se ejerce sobre los individuos desde niños. Los que hemos pasado por diferentes fases de influencias -familiares, religiosas, políticas, ideológicas diversas y ahora mediáticas- valoramos mucho esto. Pero estoy de acuerdo contigo en cómo advertimos de nuestro estado siempre cuestionado por nosotros mismos. Tal vez en lo que no debemos nunca caer es en un sentido de Perfección. Aspirar a lo perfecto es un absoluto (como hay tantos otros absolutos) que no ayuda.
Eliminar"...Pero como la esperanza es siempre algo abstracto resulta ser también una indicación, una dirección, una senda nueva que merece la pena explorar..."
ResponderEliminarCierto, y no hay nadie que reniegue a hacerlo, porque no sería de recibo. En ella basamos el futuro, en ese que depositamos nuestra fe, y sin ella nos abocamos al hihilismo. Los jóvenes deben aferrarse a esa abstracción, y hacerla realidad. Es con lo único que cuentan.
Un bien intangible invertido en futuros inciertos.
Salut
Es lo concreto lo que mueve el mundo. Y lo concreto es muy amplio y plural. Hay que atar muchos cabos para ver por una parte su influencia transformadora y por otra parte advertir su valor ético. Tenemos que hacer un fenomenal ejercicio de temple y de confianza. Nadie va a venir a solucionarnos nada ni desde otro planeta, ni desde un mundo celestial. El mundo ha pasado por muchos ciclos de inestabilidad. Es el devenir. La Historia nunca se ha detenido. Los países pueden tener ciclos de más progreso y calma y otros ciclos de inquietud y parada. Pero hoy el mundo está tan interconectado -y con lo del coronavirus se ve claramente- que nada se parece a lo anterior para dar pasos y ajustar los cambios. Sería objeto de debate largo así que corto y navego al agua mansa del anochecer.
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ResponderEliminarDe total acuerdo contigo, Fackel. La vida es un constante aprendizaje. Mantener esa inquietud por saber, nos hace estar alerta, abiertos, al acecho a cualquierrazonamiento, descubrimiento, teoría...
Y siempre, la sonrisa y el buen humor. Y el abrazo amigo.
O simplemente para que no nos tomen el pelo a la primera e cambio. Por supuesto que el buen humor ayuda y suele ser exponente de nuestro deambular. Buen día, Soco.
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