Max me ha traído membrillos. No puedo decirte que me traes un puñado de membrillos, le digo, porque obviamente no cabría más de uno en la mano. ¿Cómo denominar este conjunto? Di solo unos cuantos membrillos, matiza Max. Los coloco en el plato para que posen. Son la estrella del otoño, salta Max con una sonrisa que parece emular la alegría de los membrillos. Me han transmitido su luz, pero no solo me entusiasma su colorido. Es su forma tan imperfecta que no imprecisa. Sus curvaturas, como rincones de la piel de un cuerpo. Pero es también su textura, esa especie de dureza y pelusilla externa que resguarda una carnosidad generosa, y que se hace querer por la mano que los toca. ¿Quieres decir que es uno de los frutos que nos comunican una percepción más sensual?, le insinúo al palpar uno de ellos con lentitud. Max se dispone a sacar una imagen instantánea del bodegón. Prueba a responderte a ti mismo, remata mientras se entrega a eternizar aquella belleza.
Fáckel:
ResponderEliminarel otro día vi unos en la tienda y estuve a puntísimo de comprar uno. Hacía miles de años que no me había comido uno.
Mi madre hacía dulce de membrillo. Acababa reventada porque es muy trabajoso. En aquellos momentos no me gustaba, ahora sí.
Volveré a mirar en la tienda a ver si quedan y compro unos.
Gracias y salu2.
¿Fuiste de un tiempo en que las meriendas eran de dulce de membrillo?, es decir de sí o sí. A veces había salchicón y otras chocolate, pero la confitura de membrillo ganaba por goleada.
EliminarSí, meriendas en las que había más pan que chocolate. Me comía el chocolate y dejaba el pan. Digamos que los cincuenta ya los tengo...
EliminarSalu2.
Todo dependería también del pan, pero te diré que yo estoy ahora más empanarrado que antes. Por cierto la RAE no reconoce 'empanarrado' pero por estos pagos tiene que ver con algo más que comer mucho pan, que es en el sentido que yo lo decía. Un empanarrado es quien está obtuso, torpe, cerrado de mollera.
EliminarEs esencial que los membrillos sean de un membrillero amigo... enhorabuena
ResponderEliminarY tan esencial, como todos los frutales.
Eliminarhttps://reptilector.blogspot.com/2023/10/fuga-de-los-membrillos.html
(por si te quedaba duda)
Rico fruto de otoño y yo los dibujaria como tu lo haces, pero hay algo que no los hace iguales a los de antes, es su sabor, mi memoria me dicen que estos membrillos de hoy nada tienen que ver con aquellos del ayer, pueden que al igual que yo también hayan envejecido y no lo han heho bien..
ResponderEliminarSaludos
Hoy ya no pruebo el dulce de membrillo, me pasa factura dentaria y no es cosa de ir dando brincos. Como los deliciosos higos pasos o las uvas pasas...tuvieron su tiempo, como nosotros el nuestro. Calla, que me pongo melancólico.
EliminarNo me refería al dulce de membrillo, eso es veneno por la cantidad de azucar añadida que se le pone cuando está cociendo el fruto, me refiero al membrillo en el arbol, ya no saben como antes, su acidez es diferente, su olor, etc...
EliminarAh, eso ya ni idea, pero te creo. ¿Hay algo que sepa como antes?Pero esto mismo se lo escuchaba yo a mi padre, y llegó a 95.
EliminarNo puedo negar que el conjunto visual resulta atractivo. La combinación de colores perfecta, pero no siento en el membrillo un tipo de curvatura atractiva. Lo veo como una ondulación con años vividos. Una curvatura madura.
ResponderEliminarContinúa siendo según mi percepción: la cereza, una fruta delicadamente sensual, por algo, tiene tanta historia como referente poético y erótico. Una manzana con su fina textura. Un durazno con sus formas redondeadas y de color carnal. Una pera que juega con una tersa espalda femenina, pero un membrillo…
Abrazos Fackel
Las curvaturas maduras pueden tener su interés, Tatiana. Siempre que observen las reglas y no se den al abandono, ¿no? Por supuesto que hay frutas que van vinculadas al imaginario sensual y erótico, incluso. Pero es lo que cada uno quiera ver, y ¿por qué no va a tener un membrillo una conexión sensorial tan apreciada como otyras frutas? Cuestión de percepción y de tactos, supongo.
EliminarLa fruta del paraíso para un diabético
ResponderEliminar¿La fruta o la condena?
EliminarOhhh los membrillos. Los estoy esperando. Hago carne, dulce de membrillo para todo el año. Fácil, rápido y delicioso.
ResponderEliminarEn León, zona del Bierzo, más tempranos, ya lo han elaborado.
Max si que sabe de membrillos...y precioso bodegón.
Tengo aquí dos fotografías alusivas que te hubiera gustado ver, pero ni sé ni puedo enviártelas por este medio y no tengo tu correo.
Feliz tarde Fackel.
Del Bierzo me gustaban mucho las manzanas reineta que me traía en otros tiempos un transportista, las más deliciosas que probé nunca, y eso que su aspecto era peculiar.
Eliminarlaantorchadekraus@hotmail.com
Me extraña que no hables delolor. Lo mejor del membrillo es su olor. Mi madre los escondía entre la ropa de los armarios y los cajones de las sábanas. Oh, ese olor!
ResponderEliminarHaces bien en observar lo del olor, tienes razón, hay una ausencia en el texto de ese aspecto. Tal vez quede aparcado para otra ocasión. Mucha gente tenía esa práctica, sobre todo cuando no había los sucedáneos odoríficos que existen hoy día. El olor es uno de los efectos de la vida física y comunitaria que por sí reclama una consideración superior, de hecho hay estudios sobre el tema. Mis recuerdos de infancia giran en torno a olores. Los domicilios de compañeros de colegio, los profesores, las iglesias, etc., todo estaba invadido por el batallón oloroso pero escasamente odorífico. Además no todo lo que aparentemente huele bien es soportable. Las mezclas de olores de perfumes de hoy día es agobiante, a veces contaminan más que alivian.
EliminarMe has recordado "El sol del membrillo"
ResponderEliminarEs que tanto el pintor realista López como Erice ya captaron los significados del membrillo por sí mismo. Saben mucho más, por supuesto.
EliminarEso me ha traído recuerdos que había olvidado. Mi madre hacía mermelada, era un sabor complejo, dulce y ácido .
ResponderEliminarTiene sus matices diferentes a otras confituras, por supuesto. Y su carnosidad, que también puede variar. Yo lo prefiero poco denso, pero antes se llevaba muy compacto para llenar los buches de los jóvenes leones.
EliminarParece un óleo de Cezanne. Me recuerda a mi abuela María que hacía mermelada en casa.
ResponderEliminarSaludos.
Se prestan a una representación plástica, sin duda. En gweneral todas las frutas y horalizas han sido objeto de bodegones, no solo en el Barroco sino ya los pompeyanos dieron buena cuenta de pintarlos.
EliminarUna narración muy tierna, con los membrillos en un bodegón inmortalizado para Internet.
ResponderEliminarPor los membrillos y sus texturas. Un abrazo
En efecto, y que cada cual le ponga el tacto que guste, ¿no? (y el sabor, y el olfato, y la mirada...)
Eliminares tan posmodernamente bello ( o sea feo), como aviso de la naturaleza para quien tenga intención de hincarle el diente.
ResponderEliminarEl color es todo lo contrario, extraordinario; como la mayoría de mamíferos no humanos no ven el amarillo ( de esto no hay estudios aun), podría tratarse de una trampa para humanos. Ya debía saberse cusndo se inventaron los membrillos que los humanos nos íbamos a portar mal con la Naturaleza.
abrazooo, Fsckel
Mehas hecho reír, esa identificación de posmoderno = fealdad. La naturaleza avisa siempre...una vez que ha intervenido el humano. Porque si por la percepción de belleza fuera el hombre podría haber perecido. Hay frutos y plantas u hongos bellos pero peligrosos (al gusto o al organismo en general)
EliminarA mí el amarillo me gusta cada vez más, pero desvinculado de símbolos humanos y de banderas. Amarillo es luz, y mejor suave, no intenso, en ocasiones.
A perfeição encontra--se mesmo na imperfeição...Depende da perspectiva... Pode haver beleza na chuva...mesmo quando violenta...
ResponderEliminarInteressante...
Beijos e abraços
Marta
Así pienso yo, pero hay bellezas que matan (un volcán en erupción sugiere una belleza inenarrable, que escapa a ser representada por el ser humano, pero destroza territorios y aniquila vidas)
EliminarTu entrada me ha hecho recordar una caída de un membrillero cuando apenas tenía 11 años.
ResponderEliminarSaludos cordiales
A esa edad no pasaba nada, como mucho romperse un brazo que era algo que se corregía en poco tiempo e incluso era valorado por otros chicos. No fue mi caso, afortunadamente (es de goma, decían mis tías) pero tengo claro que ahora no se me ocurre subirme a un árbol. Claro que uno puede caerse de una escalera...
EliminarEm recorden Les tres gràcies de Rubens!
ResponderEliminar¡Fantástico! Y mira que me encantan las Tres eran Tres. Cuando voy a El Prado no me las pierdo. Más bien me pierde su exuberancia.
EliminarSólo una vez probé membrillos sacados de la planta. Sólo los suelo consumir ya hechos dulce. Sé que me pierdo de mucho, pero son dificiles de conseguir por acá.
ResponderEliminarCada uno debe adaptarse a lo que da la tierra próxima, aunque el mercado hoy permita llegar casi de todo a todos los rincones del planeta, no así la calidad ni los precios.
EliminarY buena suerte, a pesar del laberinto que puede dejar suelto a la bestia.
Un membrillo asado en las ardientes cenizas de la chimenea, era mi cena favorita, muchas noches de otoño y de invierno. Eran noches-delicia y mas si iban acompañadas de una historia o cuento de mamá. Gracias, Fackel.
ResponderEliminarHe comido manzanas asadas pero membrillos no, me los apunto, aunque sin la cocina bilbaína o una brasa auténtica no sé si será posible lograrlo. Al final queda el recuerdo y probablemente no solo de las personas queridas sino de los sabores y olores de aquell tiempo.
EliminarCiertos regalos son perfectos en su simpleza.
ResponderEliminarSaludos,
J.
Aparente simplicidad, porque no hay organismo o fruto o máquina que no tenga una interesante complejidad. ¿Habrá dos membrillos iguales?
EliminarTengo el recuerdo de que también son olorosos. Nunca comí un membrillo, sólo el dulce de membrillo que hacía mi madre y que no he probado otro tan bueno. Ya no lo hace, lamentablemente.
ResponderEliminarEn Chile existe la expresión "más golpeado que membrillo de colegial", porque parece que para ablandar su pulpa hay que darle golpes.
Besos
Membrillo de colegial...pedagogía tradicional, me apunto la expresión aunque jamás la oí y no sé si se entendería aquí. Ilustrativa tú.
EliminarMe gusta mucho cuando alguien tiene una pequeña huerta o un frutal y se acuerdan de ti cuando llega la cosecha. No sé, llevo varios meses cuidando estos frutos y me he acordado de ti... no necesito nada más :)
ResponderEliminarLas huertas y frutales siempre me han fascinado. Soy urbanita profundo sin bienes campestres, pero los recuerdos de infancia pesan. Tengo vecinos que tienen aún en oueblos una vivienda y unos terrenos. En pocos días me ha traído uno un cesto de uvas y otro un montón de manzanas. Hace años, Pedro, un exferroviario que vivía junto a la vía de una línea de tren desaparecido nos regalaba higos de dos esplédidas higueras. Pero aquellos higos que comía yo subido a un árbol con pantalón corto, aquellos no volverán jamás. Que me entierren el día que toque rodeado de higos.
EliminarAh, y gracias por acordarte de mí. Siempre es grato el buen recuerdo.
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