"...Y es que en la noche hay siempre un fuego oculto". Claudio Rodríguez





domingo, 3 de julio de 2022

Discrepancia

 


No me gusto. Yo no soy el de la pose. Discrepo. Mi amigo se empeñó en retratarme de andar por casa, pero una bata satén no la he usado jamás. Tampoco me reconozco en ese rostro en exceso saludable y despreocupado. No me veo con placidez rubicunda. Mis quehaceres me han tenido en vilo siempre. Las consecuencias de lo que he pensado y escrito, que no ha sido ni querido ser bien comprendido por ciertos portadores de las falsas verdades, han puesto a veces límites a mi libertad. Si no fuera por la satisfacción que me ha aportado el hacer avanzar mi proyecto compilatorio podría estar anímicamente peor. Y eso que ha podido irse al garete en más de una ocasión. También ha sido una compensación la ayuda y el interés de un número elevado de colaboradores. Y de los más íntimos, que tanto han aportado, qué podría decir. Que fue magnífica su proximidad, pero que, como en el amor, con algunos de ellos fue inevitable el conflicto o, si se quiere, el desentendimiento. Aunque puede que fuera a la inversa; tal vez algo recíproco. Los humanos somos propensos a acercarnos, siempre por necesidad, pero también nos resulta inevitable alejarnos, acaso por hastío. 

Mi amigo artista me sublima en exceso con sus pinceles. Se nota que a él mismo le pesa el estilo de trabajo que realizó en la corte de España. Flaco favor representarme como un escolar pomposo, que aparenta que escribe y que atiende con su mirada los pensamientos más idealizados. Yo, que tengo poco de idealista, que todo mi empeño es dar a conocer los avances del conocimiento humano y difundirlos para un buen uso del saber. Ese saber es el que puede abrir nuevos caminos que saquen a las gentes de la ignorancia. Que se convierta en herramienta para pensar por uno mismo y sirva para alejarse de las supercherías y por lo tanto de la esclavitud en que se ve sumergida la conciencia. 

Quienes vean mi retrato en el futuro pensarán de mí que fui un individuo apacible, risueño y disfrutando de toda clase de comodidades, no solo físicas sino sobre todo emocionales. Pero el padecimiento por las persecuciones de que he sido objeto dejan huella. La dificultades y endeudamientos de mi trabajo marcan y causan envejecimiento prematuro. Sin embargo hay algo en el retrato que me lleva a cierta condescendencia, haciendo que me reencuentre con un Denis auténtico detrás del Denis aparente. Y es esa actitud de movimiento casi imperceptible, más allá de la postura de un cuerpo y de la aparente felicidad de un rostro. Tal vez mi amigo el pintor no errase al captar, ¿cómo decirlo?, mi propio élan. Una actitud de progreso, de avance desde el pasado oscuro del que venimos todos al empeño por descubrir y consolidarnos en la luz. Es lo que más salvo de la obra. Esa leve alteración que huye de la rigidez. El dinamismo por ejercitar un ejercicio libre de las ideas. Y que recuerda que cuando uno piensa habla consigo mismo y, en mi caso, está a punto de hablar para los de más. Como si fuera a trasladar mi personal esfuerzo más allá del fin de mis días. Como un anhelo de continuidad. 




* Retrato de Denis Diderot, por Louis-Michel van Loo. 1767


36 comentarios:

  1. Pocos son los que se sienten cómodos con su propia imagen, ya sea retrato al óleo, daguerrotipo, fotografía, reproducción digital o el formato de moda en ese momento.

    Saludos,
    J.

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    1. Suele pasar. No obstante, creo que Denis sería una excepción, de creer al relato, en medio de un mundo de egos a varias bandas en el que desarrolló sus relaciones y su labor. Saludo y gracias.

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  2. Somos lo que somos, un poco lo que pensamos nosotros que somos y otro tanto lo que piensan los demás, por eso coincidimos poco cuando nos definimos a nosotros mismos.

    Saludos

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    1. Al final resulta que tampoco sabemos lo que somos. Sujeto para uno mismo y objeto para los demás. Pero es una definición muy vaga. Naturalmente, a eso de ser solemos añadir un repertorio de valores, características, rasgos, etc. Pero siempre nos quedamos a medias para saber qué y quiénes somos.

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  3. "No me gusto".
    Yo tampoco. Jamás me casaría conmigo mismo.
    Salut

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    1. El matrimonio de uno consigo mismo es como diría William Blake un Matrimonio del cielo y el infierno, que no nos queda más remedio que aceptar.

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  4. Si que tiene un aire de movimiento, pero no sabria concretar si para delante o para atras. Si hubiera tenido en la mano izquierda la pistola que parece que le acaban de quitar, sin duda seria para delante, pero así no sé...
    Saludoss, fackel

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    1. Tenia entre manos algo mucho más potente que un arma, de lo que deduzco que avanzaba. Saludos, G.

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  5. Si la imagen fuera un retrato fotográfico yo la descartaría como un ensayo infructuoso o mal solucionado. Esa mano izquierda no está bien resuelta. Los dedos medio, anular e incluso meñique parecen cortados. En un retrato fotográfico sin duda se pediría un inmediato cambio en la posición. Me sorprende que en el ejercicio mas pausado del retrato pintado, el autor no lo viera. Me sorprende al punto de que me pregunto si quizás no estaban heridos realmente.

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    1. Muy observador tú. Me intriga esa mano izquierda. No la veo amputada o casi, sino un gesto coloquial. Es la posición de la mano de un individuo que está pensando y a punto de hacer una afirmación, porque ha dado con una clave y tiene la expresión en la punta de la lengua. Que acaso no va dirigida a un interlocutor sino al papel donde va a transcribirla. Yo no subestimaría al pintor en ese sentido.

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    2. Bueno, tener una opinión crítica está alejado de subestimar al pintor. Es una cuestión puramente técnica y traté de educarme para valorar estas cuestiones que son aplicables tanto en fotografías como en cualquier arte gráfico.

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    3. No te lo discuto. Yo soy menos ducho y observador probablemente, pero me he estado fijando en la relación entre la mano y el filósofo representado y saco mis relativas conclusiones. No es una pose huera, no.

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  6. Ni siquiera los que suben sus fotografías a Instagram se reconocen.

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    1. Creo que por ahí, por esa u otra red, anda todo el mundo irreconocible, de tanto selfie y ego de pose.

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  7. Suele ocurrir que el pintor concibe a su "modelo" de un modo que contribuye a su trayectoria artística como pintor y esa visión o concepción no suele reflejar lo que el modelo piensa de sí mismo o lo que le gustaría que vieran los demás.

    Es muy común que haya conflictos.

    Solo no hay conflictos cuando el modelo brinda al pintor una fotografía que le gusta de sí mismo y le pide que la reproduzca fielmente.

    Claro que en aquellos tiempos no era posible pintar a partir de un retrato fotográfico. El cuadro debía surgir a partir de horas y horas del modelo posando.

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    1. Me haces pensar en las exigencias que los potentados hicieran al pintor. Que serían muchas en la mayoría de los casos, aunque se dejaran aconsejar por él. Y si seguían la evolución del cuadro y ponían peros, si le hacían rectificar o añadir, etc. En las obras de encargo a alto nivel supongo que habría exigencias importantes: para exhibir la figura, sus atributos, sus gestos de personaje importante, etc. Me refiero sobre todo a potentados nobles, monarcas, clérigos altos y comerciantes de alto nivel, por ejemplo. Y no te digo si el encargo era para reflejar escenas bíblicas o de batallas...

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  8. Somos lo que creemos transmitir o como los demás nos perciben? Si pudiéramos observarnos desde el punto de vista de nuestro prójimo probablemente nos llevaríamos una gran sorpresa (cuando no una gran desilusión!) Y no nos reconoceriamos. Un abrazo

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    1. Supongo que en la mayoría de los cuadros de encargo más o menos oficial serían más en su apariencia. En las pinturas de carácter más privado habría de todo. Pero incluso los cuadros privados también se exponían en las casas nobles para que los visitantes los admirasen (o denigrasen) Naturalmente, para la inmensa mayoría de la población el retrato -salvo excepciones caprichosas de un pintor- estaba vedado.

      A nosotros nos quedan algunas fotografías de infancia y si las observáramos objetivamente, no como nosotros sino como alguien que se las encuentra, no nos reconoceríamos. Lo hacemos porque nuestra mente guarda recuerdos de nosotros mismos. La foto es secundaria, está para ayudar al recuerdo.

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  9. Somos lo que creemos ser más lo que los demás piensan que somos, pasado por el tamiz de lo que en realidad somos, que no es ninguna de la premisas anteriores.

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    1. Buen planteamiento, con la puerta abierta para esa realidad que acaso nunca logremos matizar. Tal vez las propias leyes del movimiento y la mutación, que tienen amplias derivaciones, nos digan algo. Claro que a eso le llamamos evolución, incluso en el plano personal, esto de estar viviendo años y años y ser parecidos y a la vez distintos a lo que al principio parecía que éramos. Un galimatías, me temo.

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  10. es posible que Diderot simpatizara con tu escrito y te diera gran parte de razón. Pero a mi no me sorprende el ambiente, con que Van Loo acompaña la mirada y la expresión del rostro de Diderot, (y los pelos, no pudo colocarle la peluca), lo demás a mi forma de ver es intrascendente.
    hoy miraba el retrato que estos días exhiben en el Museo del Prado, del maestro Luis Paret y Alcazar, uysssss eso si que es "pompa".
    Un abrazo.

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    1. ¿Te refieres a uno que hay en una especie de marco medallón? ¿El de la boquita de piñón?

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    2. https://www.museodelprado.es/coleccion/obra-de-arte/autorretrato-en-el-estudio/5372de87-9c63-4b93-99e3-eed9d4927c02

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    3. Qué curioso; no conocía este cuadro y apenas al autor. Tiene un fondo que me recuerda el simbolismo y el romanticismo y en ese sentido él desentona con ese aire de majo, tan inquietamente sentado. Pero su mirada abstraída está lograda. Gracias por el enlace.

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    4. https://www.museodelprado.es/actualidad/exposicion/paret/82198750-bba4-5183-9321-4e08538f7808
      gracias a ti, siempre!

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  11. O olhar aberto, atento ao Mundo, à forma como evolui....talvez esteja já considerado nas folhas à frente dele....
    Um monólogo interessante.
    Obrigada pela visita
    Beijos e abraços
    Marta

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    1. Sin ese personaje y muchos otros de su onda, sin la obra emprendida y desarrollada, sin la transmisión e tntas ideas y conocimientos que echaban a bajo el mundo de la superstición y la irracionalidad hoy no estaríamos aquí de la manera que estamos. Sería mucho peor.

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  12. Un hombre de indudable talento y coraje. No cualquiera emprende la ingente tarea de hacer una enciclopedia. El retrato, idealista, como ese de la muerte de Marat.
    Saludos.

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    1. Una tarea de sacrificios, persecuciones y conflictos personales que enturbiarían su vida, pero no acabaron con él.

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  13. Sí es verdad que siendo un hombre de enorme empuje parece muy apacible. Pero el pintor capta tal vez lo que quiere del sujeto retratado.

    Un abrazo

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    1. El pintor se dejaría llevar también por los usos de su tiempo. Pero cuanto más miro el retrato más me convenzo de que tiene su punto, nada desdeñable. Y que la personalidad del retratado está a salvo.

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  14. "Como un anhelo de continuidad": com tenir fills, sortir en un quadre.

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  15. Más o menos, dos efectos de vida, no obstante.

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  16. Fáckel:
    su cara es apacible, de seguridad en sí mismo, de optimismo también...
    Tampoco yo me gusto en ninguna (casi ninguna) foto. El de la foto no es mi "esencia", jajaja.
    Salu2.

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    1. Sin embargo, cuánto le debemos al esforzado y arriesgado Denis. Lo dicho antes, más nos valdría disponer una nueva Ilustración, porque tal como van las cosas...

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