"...Y es que en la noche hay siempre un fuego oculto". Claudio Rodríguez





domingo, 24 de mayo de 2015

Accidentalidad














Walden: He dormido bien, dentro de las pocas horas que duermo habitualmente. Madrugo. La ducha me despeja. El espejo me saluda. Desayuno, pan y queso. La luz del día hace regateos con algunas nubes dispersas. Ellas y sus sombras. Salgo solo. Da gusto caminar por el páramo y oler a tierra. La mies, verde aún, es paisaje pero, como todo en este mundo, sólo circunstancial. Agradable accidentalidad a través de la que me expando y dentro de la que me recojo. Sin pensar en los hombres ni en sus quehaceres ni en sus cuitas ni en sus días.



(Fotografía de René Groebli)

4 comentarios:

  1. El accidente de sentirse vivo como parte del entorno. Cuantas veces el accidente de la pseudoconciencia habrá denominado vida a las circunstancias?

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    1. ¿Y el de la conciencia que se creía en posesión de la claridad?

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  2. Amigo Fackel, la vida es un puro accidente
    Salud

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    1. Un matiz: un impuro y descarnado accidente, sospecho. Salut.

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