"...Y es que en la noche hay siempre un fuego oculto". Claudio Rodríguez





miércoles, 6 de mayo de 2015

Absorción













Me cuentan de un hombre que se diluyó dentro de una mujer. Y que desapareció del mundo para siempre. Pero como la mujer no sólo le quería para él, sino que deseaba también que el mundo supiera del sentido de la vida que latía en aquel hombre, lo engendró nuevamente en su útero. Desde la propia sustancia del hombre lo parió con otro rostro y lo dotó de otra voz, para que nadie lo reclamase, pero dejando intacta la misma pasión que había tenido en la anterior existencia.



(Fotografía de René Groebli)


10 comentarios:

  1. Algo natural si se comparte la misma sustancia. Quien será quien ?
    Pero la luz exterior no lo sabe interpretar, solo las tinieblas de la sima.

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    1. El diluirse es eso: quién, qué y cómo es quién, qué y cómo.

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  2. ¡Curioso!

    https://youtu.be/KUHwbaV7id4

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    1. Me lo veo, ya daré mi opinión. Siempre agradezco enlaces jugosos.

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  3. Aristotélico ¡¡¡
    Del Acto ....la Potencia
    De la sustancia...el hombre
    ya te digo...no es asomobroso...estaba escrito....Aristotélico.
    Salut

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    1. Aunque con mi viejo lastre del cristianismo que mamó también del aristotelismo no se me hubiera ocurrido que alguien lo leyera por ese lado, yo estoy más atrás, poco a poco retorno a le edad de la piedra. Salut.

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  4. Respuestas
    1. Sí, la pasión es un cuerpo que hay que engendrar a veces de nuevo, aunque, como en los volcanes, se agazape y permanezca dormida durante tiempo.

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