Aunque Cleis es muy joven y aprende pronto a crear belleza, como tú, tiene sus dudas pero por ello también se agita en reflexiones ágiles. Me pregunta: Todo esto sobre lo que ponemos tanto empeño, este canto poético, esta música, esta oratoria, este pensamiento, ¿se perderá algún día? ¿Serán conservadas nuestras melodías y el vuelo de nuestras palabras con la misma pasión que nosotros ponemos en ellas? ¿Cómo serán interpretadas nuestras disciplinas por parte de futuras generaciones? ¿Sabrán los tiempos inciertos que vendrán que hemos existido? ¿Traspasará nuestra obra los límites de las islas más próximas?
No le he respondido. En parte porque no sé prever siquiera para el día siguiente de mi propia vida. En parte porque no debo hacer que se disperse con incertidumbres y desconfíe de sus posibilidades. Pero su capacidad inquisitiva me parece tan loable como su hermosura.
(Fotografía de Mona Kuhn)
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Imprescindible que los jóvenes no pierdan el instinto, su prerrogativa al "olfateo". Así procedo en la actualidad con mis nietos que pernoctan entre cánidos en mi guarida
ResponderEliminarTodos satisfechos.
Pues sí, el instinto es vital y conviene que no sea atrapado ni por la ideología elemental de una religión ni por una racionalización positivista del productivismo de nuestros días.
EliminarEs curioso como siempre sale a relucir la belleza, aunque sea entre líneas.
ResponderEliminarCreo que a los poetas os intriga.
Salut, y a pasar como mejor se pueda estos días, que no son más que una parafarnalia religiosa de mal gusto.
Sí, pero no es un tema de apreciación meramente literaria, es que es un concepto que todos llevamos dentro del coco y donde los cánones se estrellan. La belleza va más allá de las formas aparentes. A mí me fascina el expresionismo y si te quedas con la superficie en realidad me estaría gustando el feísmo. Pero hay mucho más...y mu hermoso.
EliminarSí, estos días se pasan como cualquier otro, no hay excesos de nada. Todo este montaje es un pastiche social, sí.