"...Y es que en la noche hay siempre un fuego oculto". Claudio Rodríguez





domingo, 2 de noviembre de 2014

Diario de otoño



Hoy me ha parecido oler, por fin, a otoño. Todo se afinaba en esa dirección. No era solo cuestión de olfato. Ha sido, sobre todo, de luces. Todas las alternancias posibles han trazado un arco desde antes de amanecer: los aguaceros sucesivos que escuchaba desde la cama, la aurora nublada que reprimía mis estiramientos, el pulso de sol y nubes al mediodía, el ceño que ha ido cubriendo la ciudad según ha caído la tarde. Hace un rato una brisa fría cabalgaba como heraldo contra mi rostro. De pronto, el crepúsculo ha sido un guiño y el sol se ha alejado veloz. Se ha replegado sobre sí mismo y yo percibía en su fuga una carcajada irónica, no obstante su discreción.

En lo que respecta al mundo de los hombres, no he podido quitarme de la cabeza en todo el día el pensamiento obsesivo de que habito en un país onírico. ¿Estaré destinado a vivir siempre en un sueño inquieto?




6 comentarios:

  1. Si desea vd. vivir en sociedad conviene disimular, de lo contrario no se prive, hombre. Palabra de anacoreta agradecida.

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    1. Ya, disimula que algo queda. O pasa desapercibido o que no te califiques especialmente o que no hagas que no se sabrá...frases que retumban en instancias de mi desván de la memoria...Gracias, anacoreta (hermoso vocablo, voto a Bríos)

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  2. He alucinado con lo que dices porque, ¡yo percibo el otoño en Agosto!... :) te lo prometo, y por la luz en el ocaso.
    Creo que la que vive en Babia soy yo, a tenor de...
    :)
    Abrazos.

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    1. Ya sabes, Sofía, que la percepción es muy personal , más el ámbito donde se vive, más las imágenes que uno retenga. No debe ser tan malo vivir en Babia, quien más o quien menos lo hacemos siquiera circunstancialmente. Por cierto, tengo un amigo que es de Babia, porque Babia existe, además.

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  3. Hermosa imagen, la de la brisa heraldo, fría. El otoño trae siempre esquejes de poesía que dormitan durante el tráfago veraniego.

    Salud

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    1. Lo que ocurre es que este año apenas veíamos estos esquejes y de pronto, zas, el otoño estalla algún paso más allá de lo lentamente ordinario de otros años...la temperatura, al menos en mi ámbito, obliga a rasgar los armarios de modo apresurado. Todos estamos un tanto confusos porque la poesía del otoño se nos escapa. ¿O me pasará solo a mí?

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