Cuando el hilo se vuelve raíz.
O descubres que lo ha sido siempre. Llámalo, si quieres, cordón umbilical. Sé más atrevido: puente, senda, mano. Oscura memoria. Tentado estás a pronunciarlo de otro modo: palabra. No sabes dónde comienza a hacerse visible o dónde es todavía arcano. De los territorios de allá abajo procede todo. Incluso la enseñanza que te proporcionaron germinó bajo tus pies. Has vivido con las ilusiones de la superficie, como la mayoría de los demás hombres. La tierra profunda no se siente agraviada por ello, pues entre sus secretos hay más bondad que en el corazón de los de tu especie. Sois vosotros los que vivís agazapados, no el mundo de las entrañas.
Quiero saber de vuestra presencia
para atemperar mis ansias de desconcierto, pronuncio en voz baja. Vivir aquí arriba se hace tedioso. Solo se vive en un combate de imágenes. Nadie se acerca a nadie para sentir al otro. Solo para ver su reflejo. Nadie echa una mano a nadie, como no sea para asegurarse que él se salva también. Nadie escucha a nadie, salvo para oír los propios argumentos rebotados. Nadie busca crecer, pues el alimento que lo posibilitaría no es ingerir un día y otro la misma ración de hastío.
Dejad que me busque entre los pliegues del árbol viejo.
(Dibujo de Inés González)
Buscad, buscad y encontrareis........... en vuestra propia medida. Bs.
ResponderEliminarEse eslogan publicitario me suena, sí. Buena jornada.
EliminarLo leo con bastante retraso, discúlpame.
ResponderEliminarPero creo sinceramente que ha sido el mejor de todos. Agazapados respecto al mundo de las entrañas, inolvidable.
Y con slogan publicitario y todo...
Ya sabes que aquellos textos antiguos o no tan antiguos, de dudosa transcripción de dudosos hechos reales, están plagados de citas de obligado compromiso...devenidas en eslóganes para vender productos durante dos mil años largos...
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