"...Y es que en la noche hay siempre un fuego oculto". Claudio Rodríguez





martes, 26 de mayo de 2009

Espera


Deplora la mediación de las palabras

Ese trazo efímero
de sílabas que se pierden
unas a otras

espectros del pasado
inmediato

en su último sonido
se agazapa ya el olvido
y la imprecisa herida

(las palabras agitan la daga
sin calibrar el objetivo de su ataque)

es el silencio
el lenguaje a aprender
en estos días
en que el alma sólo desea oírse

la ausencia

esta hora de esperar
y ser esperados



(Ralph Gibson fotografió)


4 comentarios:

  1. El silencio, los sentidos relajados, pero expectantes, ventanas abiertas a un mundo exterior.
    Las palabras, la tensión innecesaria, ambigüedad e incomprensión.
    Es preciso dejar que callen las mentes y hablen los cuerpos.
    Es otra opción, olvidada.

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  2. Afinas, afinas, maestro...

    ¿Te pasa algo que no nos visitas a "nuestros" blogs?

    Se te echa de menos, camarada.

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  3. Lagave. A veces, hay excesiva palabrería incluso dentro de uno mismo. Uno corre incluso el riesgo de ahogarse en ellas. O peor: de enfangarse en ellas, es decir, de no poder ver el fondo que existe bajo nuestros pies. No te digo ya en la órbita de las colectividades humanas, o de la publicidad. No te cuento en esa zona umbrosa de manifestar afectos y revelar sensaciones.

    El silencio, como rector. No necesariamente la negación de las palabras. Para reconducirlas, separar el trigo de la paja, extraer la quintaesencia de las cosas.

    Buen día, vivaz tu comentario.

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  4. Stalker, que no te traiciono, jaj. Y sí paso por vuestros blogs, lo que no hago es comentar. No siempre el tema, que siempre aprecio, me permite palabras. Ya te he dicho que necesito tiempo de digestión.

    Confía en mi, hombre de poca fe.

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