Mâlik habita un tiempo casi ausente cuando trasiega apaciblemente con las ovejas. Conoce el territorio al dedillo pero siempre busca nuevas interpretaciones. Detrás de cada risco o campo fértil que recorro hay otro paisaje, piensa para sí. No se ve a primera vista. Nadie lo ve porque la gente de paso es torpe para advertirlo. Se limita a lo que más resalta a sus ojos. Pero yo descubro cada día y cada noche algo nuevo. No es solo lo que la mirada me dice, sino los sonidos, las tinieblas, la temperatura alterna, los vientos cambiantes, los más ligeros rumores. Aunque duermo profundamente esta noche me he despertado bruscamente, sin saber por qué. Si era una ensoñación o un arrebato lo ignoro, pero se apropiaba de mí.
La noche olía a oasis. La tierra, silenciosa. La oscuridad se dejaba escudriñar. Llegaban bocanadas de aire con sabor a dátil. La sequedad protectora de las raíces se metía entre las uñas. Quien no ha pasado la noche al raso no sabe de la manifestación reveladora y traviesa de las sensaciones. Una luz emergió de pronto entre las palmeras, destellando quebradiza, refulgiendo caprichosa. Se aproximó.
La luz tomaba la apariencia de una antorcha. Ondeaba por encima de mi cabeza y salía a mi encuentro, iluminándome. Pero yo, ¿veía con claridad los objetos de mi entorno o vislumbraba tan solo sombras dentro de mí? Una agitación extraña me impedía retornar al sueño. Un temblor latente convertía el ámbito familiar en un espacio confuso.
Aquella antorcha alocada ardía saltando de uno a otro de cada punto cardinal. Los reducía a uno único. No tenía más límite que su propia fuerza expansiva. Tan pronto flameaba desbordada como se recogía en el cogollo de la tea. No era ajena a todas las fuerzas flotantes que jugueteaban con ella. Pero tampoco parecía estar dispuesta a entregar toda su energía. Resistía y me buscaba. Se retorcía y me llamaba. Acariciaba mi cercanía pero respetaba el territorio.
No se me ocurrió ni por un instante que se tratara de la zarza ardiente. No me ordenaba sacrificio de ninguna clase ni me imponía acatar ley alguna ni decidía someterme a servidumbre. Detrás de ella no había una voz extraña. Era otra clase de voz cuya palabra no me reclamaba para una leva, ni me proponía nuevos dueños, ni me condenaba a otro destino que no fuese el que ya conocía. Soy la voz que no tiene edad, dijo de pronto. ¿Cómo es eso?, respondí. Pero la voz me ignoró. Soy el fuego que no se extingue y que llevas dentro de ti, siguió diciendo como si me fuera transmitida una revelación.
La llama vigorosa hacía arder lo inmóvil. El más leve soplo de aire desviaba su trayectoria. Se proclamaba firme en su vuelo sin atender a límites. Tan pronto ascendía como venía a encontrarse conmigo. Bien se encrespaba enérgica o caía deprimida sobre el arenal. Si yo me apartaba, ella se desviaba como si fuera su espejo. Si yo me acercaba a su calor, ella tanteaba el mío. Supe de pronto que aquella antorcha era mi propia antorcha. La que yo alguna vez había encendido para caminar por la negrura de los días. La voz no me había engañado en su designación.
Entonces sospeché que si yo era el fuego también podía ser otros elementos y, sobre todo, la manera de contemplarme en ellos. La mirada en el agua, el reflejo en el espejo, la sombra en el muro, la memoria acechante, la llamada del firmamento, la sangre acumulada en mis ojos, el sudor que me identificaba, la saliva recurrente, la perdida identidad del semen, mi propia voz callada. El fugitivo humo de aquellas brasas en que se habían convertido mis deseos a través de los días y las noches.
¿Seré alguna vez ese anciano del que esta fantasía me estaba hablando?
(Fotografía de Latif Al Ani)
¿Seré alguna vez ese anciano del que esta fantasía me estaba hablando?
ResponderEliminarAl igual no, pero será anciano, pues lo único que le separa de serlo son sólo días. Y aunque ser anciano no es consustancial con la edad, ya sabemos que hay tres, la cronológica, la física y la mental, si llegará con la primera, Dios mediante o Alá pudiente, y podrá empezar a entender al fuego que le hablaba.
PD: En la vejez (cronológica) empezamos a entender todo aquello que nos ha sido vedado en la juventud.
Salut ¡
Interesante tu PD. Vedado o simplemente que no alcanzaba nuestra mente, y una experiencia limitada, a ver.
EliminarEnsoñación que resulta muy inquietante, tal vez sólo sabía el significado de la antorcha la pastorcilla, con su mirada profunda y sabia. Somos, o seremso, ese fuego primigenio que nace con nosotros. Y tal vez un día seamos ese anciano que sabe delimitar el alcance de su fuego.
ResponderEliminarUn abrazo
El problema, o el dilema, es si el propio fuego nos proporcionará calor y saber o nos devorará.
EliminarLos cabalistas le dirían a Mâlik que por supuesto también podía ser (y de hecho es) el resto de los elementos.
ResponderEliminarY es notable tu inclinación por las "antorchas"
Le provocas a Mâlik la visión de una antorcha, cuando bien pudiera haber sido un fuego volador como los meteoritos traviesos de ciertas fantasías. Pero eres gentil con el pastor. Le llevas lejos de lo urbano. De ese modo puede centrarse en sí mismo y no sucumbir a las virtualidades de las ciudades. Porque como decía K.Kraus: “Lo que inevitablemente empuja a la locura es el panorama de una ciudad en la que cada comparsa se convierte en figura de primer plano”
Magnífico como siempre.
Pues voy a desmentirlo. Nunca me han gustado demasiado las antorchas. Siempre me pareció que tenían connotaciones contradictorias. Por una parte, la tea ilumina. Por otra, la tea condena. Su simbolismo choca a veces con la realidad. Puede ser signo de sabiduría (en el simbolismo tradicional, me refiero) pero a la vez lo es de arrastre de masas. Símbolo de ilustración, pero símbolo gregario utilizado hasta la saciedad por los manipuladores que han perseguido. Y no hace mucho. Pero como tal símbolo da juego metafórico. Entiéndeme por ahí. Que Karl Kraus me gustara por la época en que inicié el blog, sobre todo por su tenacidad en publicidad durante décadas su Die Fackel, concebí el nombre como homenaje a aquel espíritu crítico que yo no poseo y por supuesto sin una capacidad como la suya.
EliminarKraus es genial en sus aforismos, tan incorrectos políticamente, de ahí que algunos le vean un tanto misógino por ejemplo o cuando ataca a los periodistas (tan vendidos entonces y muchos también ahora), etc.
Todo está en la forma de entender la naturaleza de la antorcha. La tea enciende; si. Pero antes debe ser encendida. Su naturaleza es ofrecer luz. No es ella la que condena. Es su portador, acaso.
Eliminar¿La tea puede incendiar? - Ella no; su portador, acaso.
En cambio aún y a pesar de cual fueses la intención del portador, la antorcha, siempre ilumina.
Y es en ese sentido en el que te asociaba con la antorcha. En el simbolismo que le atribuyo. Y es que mi comunión con los símbolos es total. Una vez me preguntaron si era de letras o de números (ciencias). Respondí que era de símbolos.
Pero hay que tener tanto cuidado en nuestra percepción delos símbolos...Las antorchas prenden hogueras también (con herejes dentro) Pero prefiero quedarme con su imagen de luz y búsqueda de quien la porta.
EliminarSim, acabamos por ser esse ancião...o que é diferente é a percepção das coisas, como vivemos as situações, o amor...
ResponderEliminarInteressante como sempre.
Beijos e abraços
Marta
Se trata de asumir y prepararse para los estadios que nos queden por vivir.
EliminarQuise decir publicar y no publicidad, lapsus.
ResponderEliminarmalik ha sido extraido por arte de birlibirloque de la historia de espias, con ese truco de la voz que no tiene edad y el fuego que no se apaga, y ha sido transportado a los tiempos de sus antepasados. Y con esta vision, UN POCO DE IMAGINACION y EL ARTE ESE QUE TIENE DE ADORNAR las historias, ha convertido un pastor en un primcipe llamado Moises, y se ha inventado la historia esa de los mandamientos, que ha llegado hasta nustros dias, casi imperturbada , como él la ideó. lo que significa que era una buena historia, sino otros Maliks la habrían adaptado or el camino.
ResponderEliminares como un capitulo de esos de las sries de television que no sigue la continuidad de la trama
saludoss
Como que la Ley mosaica fuera la perfecta. Cundió y nada más, aunque no fue poco su triunfo que prefiero no calificar, pero hubo muchas otras leyes, costumbres, enfoques, visiones y cosmovisiones de la vida y del mundo, muchas más y más antiguas, y que con suerte y esfuerzo la moderna ciencia multidisciplinar logrará situar en su aportación rica. Antes de la Biblia están, por ejemplo, textos mesopotámicos como la Leyenda de Gilgamesh, y si no que se lo pregunten a Enkidu.
EliminarTrama, ¿qué trama? ¿Hay en la Humanidad una trama?
La trama de la novela de espias de malic, lynn, seymour y madock
EliminarEra una ironía de moi.
EliminarSomos lo que miramos con los cinco sentidos, esa comunión nos enlaza con la naturaleza. Creo que las sabidurías ancestrales atinaron a comprender que no estamos separados ni de la piedra ni del agua, de ningún elemento o cosa. Los yoguis, el animismo y tantas otros saberes nos informan de que vivimos en una realidad ilusoria. Has escrito un texto sabio, gracias.
ResponderEliminarPues hoy ya no tengo claro que haya cierta conciencia de vínculos auténticos con la naturaleza. Queda la conciencia biológica, que no es poca, por la que no nos diferenciamos de otras especies. Pero en otros aspectos la naturaleza es solo un objeto de contemplación o de consumo. Naturalmente, soy muy simplista, solo quería sugerir los límites en que habitamos. Y dentro de poco, cuando todo esté más caliente que nunca en este planeta, ¿qué ocurrirá? Ya vemos cómo están empezando infinidad de especies a comportarse de otro modo, a desaparecer o a transformarse. En fin, mis mejores deseos para ti.
EliminarLa antorcha del conocimiento que busca expandirse, quizas?
ResponderEliminarEl simbolismo de la tal implica expansión. Yo prefiero la imagen como símbolo modesto de la curiosidad personal.
EliminarVale. Y también hace crecer
EliminarSupongo, llevo así toda la vida, aunque no siempre observo bien.
EliminarLa única forma de saber si seremos alguna vez ese anciano es viviendo, no hay otra manera.
ResponderEliminarSaludos,
J.
Por eso mismo conviene no ir de quejica, ya sabes, aquello de ay, un año más, que dicen muchos. Fortuna cumplir un año más, y más fortuna si es en condiciones decentes. Saludo.
EliminarEste pastor es un iluminado. Es de este mundo o cayó de una estrella remota?... Sin embargo es tan normal, tan esencial lo que piensa, lo que siente... O no?... Gabon. Bihar arte.
ResponderEliminarVínculo con la naturaleza. Al observador sencillo, pero al que le va engullendo una época de cambios, y el pastor ya lo detecta, le resulta más obvio sacar conclusiones de aprendizaje directo.
EliminarUn fuego de San Telmo, iniciador de un conocimiento al que todo hombre, por sencillo que sea, tiene derecho.
ResponderEliminarQué belleza los fuegos de San Telmo. Y me lleva a pensar en cómo nos gusta a los humanos utilizar metáforas de la naturaleza, a veces incluso abusando.
EliminarFáckel:
ResponderEliminarlas noches a la intemperie (creo que no he pasado ninguna noche entera al raso) dan mucho de sí. Ver el cielo lleno de estrellas es un lujo difícil de encontrar. Pasamos del miedo ante lo infinito, a la admiración. De la seguridad de la luz estelar hasta el miedo ante cualquier ruido extraño del campo. Mâlik lo sabe bien.
Salu2.
Pienso que me dan más miedo los humanos, sobre todo si actúan grupalmente, que el silencio y la amplitud de los espacios físicos.
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