Se lo dije a mi amigo. Tenemos perdida la partida de antemano. Ellas son imbatibles. Han colocado las bolas para que creamos que van a hacer una jugada simple. Luego se desmarcarán y harán otra. Fácil que simulen que son torpes y es ahí donde nos habrán tendido la trampa. ¿Crees que estas dos dejarán que tomemos la iniciativa para ponernos después la zancadilla?, dijo mi amigo apurando el brandy. Yo diría que son expertas en representar que están a la defensiva, respondí. Pero saben calcular muy bien los pasos. No te hagas ilusiones. La de gafas de sol no te mira a ti. Y su compañera le susurra un movimiento táctico. Les gusta impresionar. Por ejemplo, creerse Atenea empuñando la jabalina tras el parto de Zeus. Guerreras pero protectoras, enérgicas pero cultas. No nos conviene ir a su terreno si ellas no quieren. Cualquier desliz podría causarnos una desgracia, como la de Marsias al descubrir a la diosa bañándose desnuda. Mi amigo se dejó tentar por cierto nerviosismo. ¿Y qué tiene que ver aquí la mitología?, dijo. Nada, lo que yo quiera ver o soñar. No salía el hombre de su extrañeza. ¿Cómo puedes saber lo que ellas pretenden? Mira, simplemente porque he jugado otras veces y he perdido.
(Fotografía de Leopoldo Pomés)
Hay quienes se pierden, nomás, planeando una estrategia... y después en la práctica, ni siquiera intentan...
ResponderEliminarO porque se retiran a tiempo o porque son tan indecisos que no arriesgan. Muy sagaz tú.
EliminarÉ preciso arriscar... Podemos perder, é um facto, mas o importante é o que aprendemos.
ResponderEliminarComo sempre, um texto interessante
Beijos e abraços
Marta
Siempre que sobrevivamos al intento, al riesgo. Saúde.
EliminarArriesgarse y perder o quedarse contemplando la posibilidad de otra victoria casera. ¿o no?
ResponderEliminarNos pasamos la vida entre disyuntivas. Indudablemente antes o después elegimos. Por acción u omisión.
EliminarLuz Casal tiene un tema muy bueno que habla de "las distancias cortas".
ResponderEliminarEn mi opinión, equivocada como siempre, si uno no es buen fajador, las distancias cortas son el reino de ellas Allí, un hombre tiene poco a ganar.
El mero hecho de estar cerca es ya un permiso tácito de la fémina, sin ese permiso tan siquiera se hubiera uno atrevido a subir al ring.
salut
Yo diría que las distancias cortas, las medias y las largas. Muchos hombres ya hemos ido aprendiendo de ellas.
EliminarMe encanta tu símil pugilístico, aunque la pelea, como es el caso, sea recóndita y silenciosa. Salve.
Exacto, la omisión es una opción.
ResponderEliminarY cuando hay omisión otros deciden por nosotros, a escala general o incluso personal, o todo ello en el paquete.
EliminarQué envidia me ha dado tu foto del jardín del Ateneu que pones en la entrada última.
Bien sabes que rechazo de plano todo lo referente a diferencias de género.
ResponderEliminarQué terrible resulta seguir imbricad@ en una supuesta y desgastada realidad biológica (de la cual cada cual tendrá sus experiencias en pro y en contra) pero más patético aún resulta que semejante desgaste acabe programando las supuestamente futuras realidades tecnológicas.
Es por ello que el nihilismo, a ser posible silencioso, que de lo contrario se contradeciria ya que dejaría de ser nihil, resulte de lo más útil.
Y mira por donde escribiendo este comentario caigo en el negro abismo de la contradicción, porque debería seguir el camino del verdadero nihil para ser fiel a mi pensamiento enfrentado a cualquier circunstancia biológica que jamás habría elegido conscientemente.
Mas cuesta mucho eso de la fidelidad al silencio para una cotorra imaginativa como la que me toca representar en los tiempos que corren, aunque esto último se haya mostrado como actividad inútil en cualquier presente histórico.
A cuidarse con esmero de la parte agradable que la vida nos vaya ofreciendo, hermano. Así de simple le digo a mi persona y a quienes consigan asumir sus mejores realidades con la fortuna del sudor y el esfuerzo congénito
Mas cuesta mucho eso de la fidelidad al silencio...dices. Y a mí, pero las contradicciones son así y expresarte porque si no revientas es higiene mental. Millones de individuos se someten diariamente a lo que opina la televisión, bien en sus programas de ocio bien en los informativos y ahí les tienes tan orondos en sus sillones tragando lo que les echen y concediendo lo acrítico.
EliminarPero sigo tu consejo: cuidarse y alentar lo grato y escapar de lo repugnante y normal que esconde una vaciedad desconsoladora.
Demasiada estrategia resta energía... que jueguen, ya se verá quién pierde... o gana...
ResponderEliminarO sea, que eres más partidaria de las tácticas ( a ajustar según circunstancias)
EliminarNo te creas, en este caso la estrategia que se describe es un conjunto de supuestas tácticas que frenan la acción.
EliminarPuede ser, pero sospecho que una parte de los participantes no tienen ni estrategia ni táctica.
EliminarEn este caso estaba claro que había que jugar, existía la posibilidad de ganar de carambola...
ResponderEliminarMuy bueno, y con cuánta frecuencia se juega así en ciertas prácticas de entretenimiento...Salud y juego.
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ResponderEliminarUm...Así que tu protagonista viene escamado al juego de las féminas... Y es que la experiencia enseña, no?
(No entiendo nada de tácticas ni estrategias de juegos... Uf, que ignorante me siento, en tantos casos...)
Viene aprendido de otros juegos, pero el saber en esas lides es un saber muy relativo y poco científico.
Eliminar(Algunos somos de un tiempo en que el aprendizaje no tenía método, se desarrollaba sobre la marcha y parísbienvaleunamisa en cualquier ejercicio con que el destino les haya sonreído)
Una entrada muy tuya. Me encantan las imágenes que pones adoro el blanco y negro. "Pero sigo tu consejo: cuidarse y alentar lo grato y escapar de lo repugnante y normal que esconde una vaciedad desconsoladora" Me gusta lo que comentas
ResponderEliminar¿Qué te parece si no encontramos a mitad de camino?
Mantengámoslo en secreto
Excelente tu entrada
Aquel soberbio texto cuyo inicio dice: "En mitad del camino de mi vida me hallé perdido en una selva oscura..." El vate de Florencia supo empezar a describir la Comedia con esa precisión que a uno le hace pensar. ¿Cuándo no estamos a mitad del camino de nuestras vidas? (Daría para matizar mucho más)
EliminarLas fotografías en blanco y negro están cargadas de doble fuerza: la imagen en sí y esa sensación de que retienen el tiempo, en este caso pasado. Como el cine de otras épocas.
Agradecido.
Fáckel:
ResponderEliminarmuy seguras de sí mismas están estas señoras. Saben que tienen poder y no dudarán en utilizarlo. Las gafas de sol siempre indican distanciamiento y soberbia divinas. ¡Pobres o agraciados, según, sean los mortales que estén en su punto de mira!
Salu2.
Tienen al menos la égida de la pose, que no es moco de pavo, tan poderosas.
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