Leo que dice el escritor keniano Ngügï wa Thiong'o en la revista Mundo negro:
"La imaginación es lo esencial del ser humano. La posibilidad de imaginar puede darle la vida a una persona".
Un lujo la imaginación. ¿La otra cara, no necesariamente enemiga, de la conciencia? Sí, al menos de la turbia realidad.
Cuando oigo la palabra imaginación siento el latigazo de la locura. Locura del aislamiento voluntario, locura de la separación de lo anodino, locura de situarme en un plano donde no se sienta uno tocado. La imaginación como recurso de la no aceptación (excesivas normas que nos obligan) De una iconoclastia necesaria (demasiadas imágenes que se nos imponen) De una llamada al desprendimiento (tantos objetos que nos reducen) De una recuperación de lo inútil (agobio de los aprendizajes que nos hicieron saber tan poco) De un rechazo de las palabras vanas (abuso del ruido mediático) La imaginación como cura que nos salve del hastío, como vía de escape de cualquier fuerza coercitiva.
Vuelvo a Ngügï: "¿Qué es lo que nutre la imaginación? El arte, las novelas, la poesía..." No lo dice cualquiera. Lo dice un africano, que como tal sabe de imaginar y de narrar. No lo dice por decir. Él, como muchos otros escritores africanos que conocieron la cárcel, sobrevivió gracias a la imaginación, que incluía en su caso escribir relatos en rollos de papel higiénico.
Un lujo ejercitar cada día, imponiendo sus márgenes, la imaginación. La hora del desayuno es una buena hora para empezar.
Un lujo ejercitar cada día, imponiendo sus márgenes, la imaginación. La hora del desayuno es una buena hora para empezar.
Supongo que se puede decir que es la antítesis del aburrimiento.
ResponderEliminarAl menos es eso, desde tiempos primitivos, aunque ahora parece que el aburrimiento es crisis generalizada.
EliminarLa imaginación como un recurso de resituarnos en un entorno propio y acojedor, digamos que nos aislamos en un entorno hcho a medida de nuestro sentido de la felicidad.
ResponderEliminarSaludos.
También yo lo concebiría así, un espacio íntimo, personal, un territorio no sujeto a las normas imperantes ni esclavo de los otros individuos, hay algo onírico en la imaginación, y mucho anhelo que cada cual debe descifrar.
EliminarEn este mundo de cuerdos majaretas nada mejor que un poco de locura y de imaginación que nos redima y nos libere. Por eso tal vez nos dedicamos a escribir: una vía de escape, una catarsis necesaria.
ResponderEliminarUn saludo, Fackel.
La limitación es que controlemos esa locura parcial, pero ¿y si no lo logramos? Purifíquemonos con la imaginación, sin necesitar estímulos de serotonina, por ejemplo.
EliminarCiertamente todo un lujo. Un bocado exquisito limitado al pensamiento ídem.
ResponderEliminarUna pena que la capacidad imaginativa no se considere una fortuna innata, como la vellera. Claro, como no se ve a primera vista y vivimos en una sociedad retorcidamente primaria...
(Lo de valorar cualidades ocultas por encima de apariencias me parece que viene a través de esa rarita vía paterna, pero es un hecho que me viene ocurriendo desde la adolescencia. Siempre acertaba con mis alumn@s, no tanto con mis descendientes.)
No confundamos el término “locura” con sibaritismo, algo en lo que suelen caer quienes ignoran las verdaderas características y diversificaciones de la locura. Era un clásico en los textos correlacionar cierto tipo de locura con la creatividad.! Pero, ojo, según en que plano nos estemos desenvolviendo, conviene intentar practicar una claridad meridiana al respecto, porque se puede ser genial en alguno y absolutamente azopencado en otros. No me parece aconsejable mezclar churras con merinas, y para comenzar a dirimir conviene conocer primero los propios planos emocionales que interaccionan con todos los demás respecto a la acción, condición y pensamiento, cuanto menos, desde los que poder dirimir entre semejantes. Nada recomendable hacerlo entre personas de planos emocionales alejadisimos, por no calificar ni cuantificar, pero queda claro, no?
Recuerda que Einstein, el gran sabio benefactor, resultaba un desastre emocional y un fracaso en cuanto a su responsabilidad paternal. Me pregunto si podría ver su poco recomendable característica psicológica o si la elevación académica y posterior popularidad lo cegarían al pobre en ese aspecto. Algo muy humano, de lo cual se podría deducir que excesivo éxito mundano no favorece el desarrollo saludable del psiquismo.
Al respecto de todo lo anterior te sugiero que investigues sobre el pintor japonés TETSUYA ISHIDA, nacido en 1973 y ya difunto, me parece que de forma voluntaria. No fue reconocido en vida.
Del tal Ishida hay una exposición actual en Madrid, he visto fotos y no me disgustaría. Lo de Einstein, pues no sabía, no sé, mucho sobre su vida personal, pero no me sorprende lo que dices. De la locura...pues acaso he sido demasiado alegre invocándola -no deseándola- o dándola otra conceptualización, más ordenada y controlada por uno, vamos. Tema serio que mejor dejarlo para otra ocasión de debate. No sé de todos modos ese vínculo que estableces entre locura y sibaritismo, no acabo de interpretarlo.
Eliminar¿Qué es la vellera que nombras al principio?
“vellera”.... ni idea. Ha sido un error caligráfico, Tengo que recordar a qué me estaría refiriendo. Ay soy un desastre, ya lo ves.
EliminarMe parece que nada resulta más superficialmente innato que la belleza física. Por tanto “vellera” = belleza, me refería a algo físico con inmediatez visual.
Por supuesto el término belleza es muy amplio, y en gran medida subjetivo, reconozco que siempre la he valorado ( por buenas razones), solo que ahora la reconozco como armonía y equilibrio.
Espera, que te buscaré un enlace a esa exposición, así podrás verla tranquilamente desde tu casa!
EliminarPues no es moco de pavo denominar a la belleza como un matrimonio de armonía y equilibrio.
EliminarDe todos modos no había oído hablar antes de Ishida, y como tampoco pertenezco al mundo de la gerencia cultural...
EliminarResulta más increíble aún cuando la imaginación logra desatarse y volar libre en medio de una realidad cruenta y opresiva, tanto más en medio de guerras o situaciones extremas como hambrunas o dictaduras sangrientas como azotan a muchos africanos, por ejemplo.
ResponderEliminarUn lujo que debe ser sostenido a toda costa.
Un abrazo
En circunstancias extremas tiene que ser una solución, una calidad de superación, sobre todo si se pueden utilizar recursos de estilo y herramientas que lo permitan, lo que parece que sucedió con nuestro escritor keneano. Varias veces, por cierto, propuesto para el Nobel, pero ya se sabe que hay tanta política en ese Premio...
EliminarSomos imprevisibles. La locura puede sacudir por exceso o defecto de imaginación ante las circunstancias ( entre otros factores).
ResponderEliminarMe quedo con una frase de un personaje de Woody Allen: "No me entiendo bien con la locura soy un individuo muy logico"
Pasaré de forma intermitente. Le deseo un feliz verano.
Echo de menos a Naxos.???
Adriana
Naxos no se ha ido de vacaciones, anda explorando, seguro. Supongo que volverá.
EliminarEl verano no ha llegado aún, aunque desear felicidad es animoso en cualquier estación. Hoy es cuarenta de mayo y el refrán no se cumple. por estos lares aún el sayo no conviene quitarse.
Pase cuando guste, la intermitencia tiene su valor.
Verdad es que la locura imaginativa llega por defecto o por exceso, uno desea que sea para paliar defectos. Woody A. no anda acertado del todo. Estoy cansado de ver tipos muy lógicos con una personalidad poco cuerda.
Que las circunstancias intermitentes la acompañen.
Para imaginar hay que hacer un esfuerzo, y no todos quieren esforzarse cuando es más cómodo consumir lo que aparezca en la pantalla.
ResponderEliminarSalu2.
Así es, Dyhego. La lectura ayuda mucho a imaginar, sin duda.
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