"...Y es que en la noche hay siempre un fuego oculto". Claudio Rodríguez





viernes, 7 de junio de 2019

El destino llamó a la puerta, Verlaine incluido, aquel Día D




Ahora que se cumplen 75 años de la exitosa (y sangrienta) invasión de Normandía por los aliados, me ha venido a la mente la película El día más largo. Me llevó mi padre a verla, en parte porque el tema le atraía, también porque el acontecimiento de la invasión seducía a la mentalidad provinciana y autárquica dominante en España.

Y eso que mi padre no era ningún belicista, ni tampoco un partidario del régimen, sino un hombre corriente. Simplemente él también había hecho la guerra (era la expresión al uso, y es para pensar en ella: hacer la guerra, que tanto deshace), y en su caso la desventurada guerra española, y además en infantería. La infantería era el cuerpo donde bregaban los llamados a filas, esos reclutados forzosos que solo sabían de caminatas larguísimas, desplazamientos sorpresivos, trincheras hacinadas, piojos a mansalva, tiroteos, muertos por cualquier parte y bombardeos varios. De hecho mi padre cosechó su precio en uno de ellos. Nunca fantaseó ni sublimó ni mucho menos sacralizó, como hacían los que no arriesgaron apenas y se colgaron medallas o se adjudicaron cargos inmerecidos, el paso por los frentes de batalla. Ni siquiera odió jamás al enemigo. ¿Cómo podía odiar al de en frente que era como yo?, solía decir. 

Para mi padre hacer la guerra había sido una experiencia de juventud avanzada, de la cual relataba anécdotas, que eran muchas y sabrosas, pero nunca supuso una toma de posición política. Eso sí, la guerra y sus consecuencias fueron una presencia a lo largo de su vida, que marcó a él y a su familia, como a todos, una experiencia perturbadora. No le cabía el odio, sí la resignación. Además, como los españoles supieron, la posguerra no fue mejor. Hambre, miseria, dictadura y necesidades múltiples y extremas prolongaron los padecimientos anteriores. ¿Por qué querría él ver la película El día más largo? ¿Por simple entretenimiento? No le podía engañar la ficción de un film, pues sabía de sobra que la realidad supera a lo imaginado (no siempre)  Tal vez quería revivir a su manera y guardando las distancias episodios bélicos, o acaso por el mensaje liberador sobre la ocupación nazi, o por comentar luego conmigo. O bien procuraba un exorcismo en la distancia, identificarse con los figurantes de la película para conjurar demonios interiores. Comparar lo fingido con lo vivido y reírse a su modo. Pero eso son conclusiones mías, arbitrarias seguramente.

Si me preguntasen ahora qué recuerdo de El día más largo poco puedo decir. De hecho creo que las fotografías de Robert Capa o de David Seymour se me han impuesto siempre sobre los fotogramas del film. Pero sí hay algo, aparentemente menor, que se me quedó grabado, y que no puedo olvidar. El destino llama a la puerta. Los compases iniciales de la Quinta de Beethoven y aquellos versos de la Canción de otoño, de Paul Verlaine, que se emitieron desde la BBC como clave para la activación coordinada de la Resistencia: 

"Los sollozos más hondos
de los violines
del otoño
hieren mi corazón
con monótona
languidez"

Adjunto una versión original de la BBC, que no de la película, como documento que no conocía. Al fin y al cabo, Historia (O sangre, sudor y lágrimas que decía el épico) 





14 comentarios:

  1. El horror de la guerra es díficil de explicar.

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    1. No hay un solo horror en una guerra. Depende de tantos factores y ubicaciones...Relatar es una cosa, justificar sería de necios. Mi padre nunca hizo esto último.

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  2. Fackel...es grato leer tu experiencia con tu Papa, mucho amor y cariño se absorbe de esa hermosa relación.
    Gracias por dejarme conocer ese lindo momento en donde hasta hoy lo recuerdas.
    Te deseo un Grandioso Fin, Gracias :0)

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    1. Son pequeñas anécdotas, Loola, simplemente. Él comunicaba y yo escuchaba, todo lo que me dijo en su día me sirvió, aunque yo no le hiciera siempre caso. Buen estar.

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  3. No puedo con el cine bélico, ni siquiera con las pelis más críticas, caso de La Chaqueta metálica de Kubrick, así que esa épica de matar o morir no es para mí.
    He de reconocer que la otra noche estuve atenta a alguna escena de El puente sobre el río Kwai. Y sí, me atrae cuando el conflicto se eleva a la esfera de lo moral y de las motivaciones personales para luchar contra otro ser humano revestido de justificaciones ideológicas. Quizás tú también recuerdas sobre todo la parte musical porque supera el terreno de la acción.

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    1. Marga. Por supuesto que el cine bélico pretende varios factores. Que funcione el económico ante todo. Y en muchos casos como propaganda -de guerra o posguerra o simplemente exaltación de vencedores e imperios- y por lo tanto manipulación. No obstante, hay películas que han estado muy bien estructuradas, eso siempre me ha interesado: sus guiones, sus tratamientos, sus trucos, su dirección, etc. Por supuesto que hay lenguaje abierto y lenguaje subliminal en todas ellas. Saber parar su incidencia en nosotros depende de nuestra mente, y no es fácil. Luego sucede que claro que hay conclusiones morales o sencillamente puntos de reflexión. Las morales pueden ser parte de esa manipulación, pero yo siempre busco sacar mis conclusiones sobre los horrores aunque sea en base a un film. Siempre será mejor exorcizar los demonios de la guerra sobre la visualización de una película que no en directo soportando la guerra misma. Y aún diría más. De niños vimos tantas películas de guerra, de indios y vaqueros, comedias, etc., que estamos curados de espanto. Las partes musicales son importantes, ¿cómo olvidar la tonadilla de El día más largo o la de El puente sobre el río Kwai o infinidad de ellas. Por ejemplo, escuchar el tema de Lawrence de Arabia me deja caer de pronto mi estrenada juventud y se me arremolinan recuerdos de manera vívida y contagiosa. En fin.

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  4. Aquel día D pudo cambiar el destino de Europa si el plan hubiera fallado. Fue el principio del fin de la superioridad nazi. También sirvió para encumbrar a los EEUU y que luego tutelaran el futuro de sus aliados.
    Un saludo, Fackel.

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    1. También dicen que pudo cambiar el destino de España si las potencias aliadas hubieran querido, pero no tuvieron la menor intención, para frustración de muchos maquis españoles que intentaron lo imposible. España iba a ser un negocio antes o después para las empresas anglosajonas y francesas antes o después. No creo mucho en las buenas intenciones ni morales ni solidarias de las potencias. Todo es un tablero de ajedrez -mira Siria- en el que apuestan las jugadas en función de hipotéticos resultados. Por supuesto que la invasión de Normandía fue decisiva para agilizar el fin de la guerra mundial, pero los negocios iban a llegar después, incluso sobre la hundida Alemania (Plan Marshall) Y el nuevo posicionamiento hegemónico de EEUU estaba claro. Ya ves, tema de envergadura y yo de recuerdos infantiles en mi post. Un cordial saludo.

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  5. Recuerdos encadenados. Mi padre me contó que él como tantos otros pegaban tiros al aire porque no soportaba ser responsable de matar o herir a cualquier otro ..... y sin embargo los suyos lo denunciaron por negarse, como juez de paz, a condenar por petición ajena a buena gente del otro bando. Se negó a ser títere y pagó con la carcel, por eso al saber que solo tendría un vástago, vástaga en su caso, la educó “rarito” y como una reina! hasta el punto que hasta le enseñó a afeitarse y a afilar las viejas cuchillas! conocimiento que ella trasladaría con poco éxito a sus comodones nietos insertos en la cómoda , pazguata y cegata sociedad del bienestar del que no eran responsables, todo por un supuesto bien familiar. El hombre se mató para que ella pudiera ser independiente pese a su sexo.
    Lo cierto es que mis padres debieron representar algún “eslabón perdido” dentro de su provinciana y levantina saga familiar y necesitaron depositar una grave responsabilidad sobre unos hombros demasiado jóvenes de los que dependerían el resto de su vida. Se convertirían en mis primeros “frágiles niños”.
    El vídeo lo veré cuando pueda “chupar rueda” de alguna wifi, que este mes ando muy justa de megas y no soporto bailarle el agua a la presente suciedad de consumo.

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    1. Quien más o quien menos tiene experiencias-relatadas en nuestro caso- de lo vivido por nuestros progenitores. El desencadenamiento de hechos y comportamientos varía también. Piensa que nuestros padres lo pasaron tan mal que hicieron luego lo posible y más por tener a sus vástagos lo más aupados posible. Con todas sus consecuencia, muchas contradictorias e ingratas. Buen sábado de junio, MJ.

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  6. Ahh lui, tres interessant
    Ya he podido ver el vídeo! Merci beaucoup

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    1. También me ha gustado escuchar el original. Por otra parte me recordaba aquellos noticiarios de Radio Paris de las 11 de la noche dirigidos a los oyentes españoles. Ici, Paris. Pero sin invasiones liberadoras.

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  7. No recuerdo haber visto esa película. No deberíamos olvidar las guerras, ni sus consecuencias ni sus orígenes.
    Salu2.

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    1. De acuerdo contigo, pero sobre la mayoría, por no decir todas, no conocemos por qué tuvieron lugar.

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