"...Y es que en la noche hay siempre un fuego oculto". Claudio Rodríguez





sábado, 15 de diciembre de 2018

Aforismo lobuno





Ahora que has visto las orejas al lobo, dime ¿cómo las tenía?, pregunta. Puntiagudas, responde.
Y ¿cómo eran los colmillos? Afilados, sin duda.
Y ¿sus garras? Sigilosas pero progresivas.
Y ¿cómo miraban aquellos ojos? Fijamente, aunque acaso en esta ocasión con cierta miopía.
Entonces parlamenta con la bestia, si se deja, Pero no la des tregua.



(Ilustración de Víctor Mira)


20 comentarios:

  1. Mejor hablar con lobos que con algunos humanos. Vivo con una fiera canida desde hace más de una década y al respecto tan feliz “como una perdiz” en su compañía. Conozco bien sus garras y sus colmillos y me permite meterle la mano en la boca. A veces lo necesita. Me lee el pensamiento en cada momento amén de conocer un lenguaje sencillo. Anécdotas a cientos. Claro que las fieras se comprenden entre sí.

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    1. ¿Y las fieras que uno puede llevar dentro? Ah...

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    2. Que se lleven bien entre sí. Es lo mejor a esperar, o quizás tener la fortuna que las materialicen los demás para mostrárnoslas y con suerte hacernos comprender la razón o razones por las que nuestro mecanismo emocional y razonador funciona así......me parece; que las mias salieron bastante lelas y solo pueden ofrecer su naturaleza. Ya ves tú qué cosa!

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    3. Eso, que se lleven bien, pero hay tantas y de tantos pelajes...

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  2. ♪♪♪ El Lobo...¡que gran turrón!...♪♪♪

    Aprovecho para desearle una ¡Feliz NAVIDAD!, también a sus seguidores y amigos.

    Adriana

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    1. Se ve que es usted nostálgica, Adriana, y persigue al lobo bueno.

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  3. Tranquilo...los lobos que has visto tienen las orejas gachas; ya verás como todo se vuelve a situar.

    SALUT ¡

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    1. Buen consejo, pero ya sabes que son resistentes y muy tenaces.

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  4. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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    1. ¿No es lo que hacen los hombres desde sus potencias de Estados constantemente en todo el mundo? Hablan de parlamentar acerca de sus conflictos y preparan la bellum por si acaso. Por si acaso el otro -titulado en su momento oponente, en su momento enemigo- no cede a las pretensiones. Así que uno, más frágil con menos pertrechos, no puede responder a su pregunta. Mientras vadeo el oleaje como puedo en el Mar de los Sargazos.

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  5. Somos como ovejas rodeadas de lobos al acecho. Habrá que preparar nuevas estrategias para mantenerlos a raya. O quien sabe si creando algún tipo nuevo de camuflaje podremos pasar desapercibidas y que pasen, que los lobos pasen de largo.

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    1. Llega un momento que los lobos conocen nuestro camuflaje, distinguen nuestros flancos débiles, son muy listos y no olvides que están dentro de nosotros, que saben más de nosotros mismos -en nuestro lado oscuro de la luna- que nuestro Ego o nuestro otro Yo.

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  6. Hay bestias con las que no se puede dialogar.
    Un abrazo

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  7. Los lobos tiene están muy socializados, saben organizar su grupo y respetan las normas de la manada. Inteligencia social, así que si pudiéramos entender al lobo y que él nos entendiera, seguramente tendríamos la evidencia de que los humanos somos más tontos de lo que aparentamos.

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    1. Naturalmente que están muy bien organizados. Tanto que saben buscar los flancos débiles de otros organismos. Te puedo asegurar que si yo humano hubiera sido menos tonto no habría cedido al mordisco del lobo. Aunque a veces ellos conocen mejor el territorio que nosotros.

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  8. Leyéndolo ahora, se entiende muy claro.
    Queda el susto.
    Un saludo.

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    1. Y el cuidado y no bajar la guardia. Es el vivir. Gracias, saludo.

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  9. Vivimos rodeados de lobos por todas partes. Los externos que están al acecho para darnos la dentellada y los internos que atacan subrepticiamente cuando les da la gana.

    He ahí la cuestión. Hay que reconciliarse con el lobo que todos llevamos dentro, para que sea nuestro aliado y no nuestro enemigo.

    Menos mal que la sangre no llegó al río.

    Un abrazo

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    1. Ya sabes que el tema del hombre con el lobo, o viceversa, es la disputa de territorios...y la necesidad de supervivencia. Amigos o enemigos en esta vida casi todos son coyunturales, por necesidad e incluso por ocasión.

      La sangre y el río -ambas corrientes fluyen- mejor que vayan por su cauce respectivo, sí.

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