"...Y es que en la noche hay siempre un fuego oculto". Claudio Rodríguez





domingo, 4 de noviembre de 2012




En algún lugar
           la sombra
envolviendo a cuantos hombres
habitan a este hombre

en algún calor
           la claridad
con que me obsequia la mañana
cuando ya me veía perecer

regiones donde me refugio
           entreabriendo con letras
una mínima expresión
que ponga rostro

           la palabra urgida
el gesto deseado




(Fotografía de Alex Howitt)


6 comentarios:

  1. hermoso poema, he sentido la melodía pura que abraza la mañana, como el convaleciente que observa con lo mínimo, sin el exceso de la multitud.

    un abrazo Fackel

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  2. Rider. Todos somos convalecientes, sea cuales sean las causas que lo motiven, ¿no crees? Ay la multitud y su agobio.

    Un abrazo.

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  3. Directamente y desde el lado literariamente cotilla, ¿son suyas estas letras?
    Contésteme, desde la sombra, cualquiera de los hombres que habita a ese otro hombre.
    Saludos, PeterP

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  4. PeterPan. Claro, y la oración y la sintaxis y la anárquica composición que haya podido dar lugar. Mientras exista la libertad de expresión y nos la permitan ejercer en los blogs, mientras no nos pongan ni censura política ni censura cultural ni censura económica procuraré hablar tal como me lo pida el cuerpo.

    Espero que estas letras no le hayan resultado especialmente inquietantes, solo hablan de mi propio vértigo.

    (No sé si le ha contestado la sombra, alguno de los hombres que habitan al editor o una simple neurona escapada de la estructura del ser, jaj)

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  5. Inquietante o no, me quedo con la respuesta de la simple neurona escapista. Déjela hablar más, ¿no?

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  6. Claro, Devaneos, las neuronas están para tejer y destejer...memorias, pensamientos, ocurrencias, acciones y reacciones, avances y retrocesos, y naturalmente palabras...o simples balbuceos.

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