martes, 23 de junio de 2009
Solsticio
El solsticio nos cubre
haciendo de la noche serena
un conjuro.
Sin gestos advertidos, sin rituales.
Entregados al cómplice silencio
del asombro.
Pulso en que la luz gana
efímeramente
a la oscuridad.
Dimensión que invoca
los misterios.
Callados pasos
al encuentro de la vida
deseada.
(Cuadro de Frantisek Kupka)
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Aunque llovían cohetes y atronaban los petardos, mi solsticio conjurado se pareció al tuyo.
ResponderEliminarUn beso veraniego.
Vaya, Rat, lo primero suena a fiesta. Lo segundo, a sagrado. Que cause su efecto.
ResponderEliminarBuen sábado postsolsticial.
Qué buen poema del solsticio. Con que la luz gane a la oscuridad ya está todo logrado.
ResponderEliminarEl solsticio de verano siempre tiene su belleza y su magia.
Y sin embargo la oscuridad tiene que producirse, por simple física. Los humanos nos prendamos de las metáforas para entender nuestro vivir y a veces sublimamos los fenómenos, como si por ello pudiésemos cambiar lo que es orden natural y necesario. Pero también precisamos de los conjuros, que deberían ser siempre medidas práctics.
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