"...Y es que en la noche hay siempre un fuego oculto". Claudio Rodríguez





viernes, 19 de diciembre de 2025

Encuentro entre fieles o no tan fieles amigos

 


Me gusta esta clase de encuentros, que no celebraciones, dice Vladimir. O acaso el mero hecho de encontrarnos unos y otros ya sea una celebración, le replica Osip. Tienes tanta razón, admite aquel. No solo una celebración sino un homenaje, porque aunque quedemos quienes aquí estamos también echamos de menos a los que tuvieron la osadía de cerrar la puerta a la vida, quisieran hacerlo o no. Y eso que, en principio, nadie quiere, pero ya sabes que vivir o morir no es un acto de nuestra voluntad. Hay quien lo elige, salta Lili. Y además quien vive muerto toda su vida. Vladimir afirma con la cabeza. Dos elecciones diferentes, ¿no? Que, sin embargo, hay que distinguir. Y no olvides que la segunda es metafórica. Lili no está por conceder. Metafórica o no el muerto en vida es una carga onerosa no solo para sí mismo, que acaso apenas lo es porque se trata de su modo de estar, y ahí hay que ver cómo subsisten algunos a costa de otros, sino sobre todo para quienes más directamente les aguantan. ¿Y si se trata de una actitud estoica llevada al extremo?, dice Osip mientras juguetea con el vaso vacío. Claro que eso nos llevaría a entender si el estoicismo de algunos no será una excusa para su mínimo o nulo esfuerzo. Lili está guerrera, no le gusta otorgar por las buenas. No seas complaciente. Entonces, que se haga eremita, que se refugie en la oquedad más profunda de una cueva, como aquellos santurrones primitivos de Athos o los de Novgorod, y que esté sin estar, sin que su vida afecte a nadie más, sin que otros tengan que doblar esfuerzos o hacer sacrificios para mantener al puro. Vladimir se pasa la mano por la cabeza y sonríe. ¿No crees en la pureza de espíritu, querida Lili? Ella: ¿Y qué es la pureza? Osip no quiere metafísica. Me temo que a ese género de individuos lo tenemos también en instancias oficiales o en ciertos casos entre algunos que se han acercado a nuestros planteamientos simplemente para decir sí a todo. O para espiar, interviene bruscamente Lili. Porque hay mucho espía de la vida cotidiana de los demás, mosquitas muertas que se crean un halo vano de hacedores pero solo observan, te dan la razón, pero no les ves nunca activos. Osip puntualiza. Incluso los hay que tratan de labrarse amistad. Pero para eso hay que arriesgar, dar parte de uno mismo, sin esfuerzo, de modo natural. Luego van presumiendo de que son amigos nuestros, no sé si buscan en ello un pobre prestigio o una manera de conseguir algo menos fraternal y sí otro tipo de beneficios. ¿Está pasando en nuestra revista poética, Osip?, inquiere Vladimir. Osip hace un gesto paciente. Seguro que infiltrados tenemos, tipos que presumen de pureza ideológica y solo es mera verborrea. Pero por lo que escriban les conoceremos, ¿no?




5 comentarios:

  1. Los muertos en vida se notan menos, física o presencialmente hablando, en los encuentros. Los otros, los muertos reales, sí se extrañan. En las celebraciones, del tipo que sean, cada vez hay menos gente. Y todos piensan, aunque no lo dicen, que en la próxima igual nos toca la bala que nos aguarda con nuestro nombre en la recámara de esta ruleta rusa quevse llama vida.

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  2. Creo que nadie está en la posesión de la verdad absoluta. Lo de "de pureza ideológica" me da yu-yu.
    Salut

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  3. Algunos los hay que ya nacen muertos, y siguen así toda su vida. Lo malo de las celebraciones es que año tras año en el puzzle cada vez faltan más piezas.
    Saludos.

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  4. A mí me parece que todo es más sencillo. Parece que estos personajes les gusta retorcer hasta las vigas de acero. En fin...

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  5. Toso están invitados a eso, dado en llamar vivir la vida, los hay que participan con una actitud activa, otros en pasiva, algunos simplemente están y otros que se ausentan voluntariamente.

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