"...Y es que en la noche hay siempre un fuego oculto". Claudio Rodríguez





domingo, 13 de abril de 2025

Dirección única. Curiosidad

 












Te levantas y miras por la ventana. ¿Recuerdas cómo era tu mirada en los años tempranos? Entonces te parecía ver lo de todos los días, y ahora también. Pero ni en aquel tiempo ni en este todo es lo mismo. Los objetos que contemplas -paisaje, tránsito callejero, vuelo de aves, cielos nublados o despejados- ni son iguales que aquellos ni tú los percibes idénticos. Tu mirada de niño siempre descubría un detalle. Y un detalle era una novedad. Sobre ella preguntabas o sencillamente la guardabas para disfrutarla en otro momento. Porque las novedades se atesoran. Las que deambulan por el mundo exterior a ti y por las que se manifiestan en tu pausado acontecer. ¿Que los descubrimientos de infancia eran de mayor envergadura? Te parecería. Pero todo lo que ahora se te va revelando, cuando todo lo creías sabido, ¿no es también objeto de perplejidad como mínimo? ¿O no es de admiración y de sorpresa aunque mucho de lo que se manifiesta dentro de ti no te plazca? Te preguntas qué es lo que realmente se descubre a lo largo de la vida. En cada instante. Y a la postre concluyes que es tu propia manifestación cambiante el hallazgo. Una cosa, una idea, un aspecto, por muy insignificantes que aparentan te pueden asombrar. Te conmueven. Sigues hallando sentido a los usos, a los comportamientos, a las expresiones ajenas, a tu propio lenguaje corporal que en ocasiones te desazona. Porque ahora, con ojos cada vez más marchitos aguzas también,  como entonces, de manera decidida la mirada. Compruebas la huella nada más haber dado el paso. Aun sabiendo que no puedes detener tu andadura. Como si ello fuera un paradigma de tu conciencia. ¿Que tus observaciones de niño te dejaban boquiabierto e inerme? No menos indefenso sueles quedarte en esta edad avanzada que te ofrece, a cambio de haber vivido bastantes años, la certidumbre de un tiempo ya limitado. Que deberías vivir con menos pasión y más calma.



"Mienten quienes dicen que hay firmeza en tal o cual edad. Nada hay más voluble que el tiempo. El tiempo es la rueda de todas las edades, ¿y tú lo crees estable? ¡Oh, vanidad! Ninguna cosa es firme: en este mismo instante eres arrebatado". 

Francesco Petrarca. Remedios para la vida.


*Fotografía de Isa Marcelli

20 comentarios:

  1. Solo hay que agacharse y simular, abrocharse los zapatos, mientras se mira hacia arriba, se ve el mundo de otra manera, desde los ojos de un niño.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Con la diferencia de que ahora al levantarte te da a veces un leve vahído. La misma lentitud con que percibíamos el tiempo de niños se contrasta ahora con la vorágine de los días que pasan espectacularmente veloces.

      Eliminar
  2. No me parece que perdamos la curiosidad de la infancia, la diferencia puede ser que aquella era más expectante y de mayores se espera poco y entonces la mirada nos es más turbia.

    Ander

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Era todo expectación y misterio. Había una seguridad motivada por la protección. Ahora que somos teóricamente dueños de nuestra propia peresonalidad nos sentimos más inseguros.

      Eliminar
  3. "concluyes que es tu propia manifestación cambiante el hallazgo". Este fragmento de tu texto me ha hecho pensar y rememorar. Gracias

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Lo dice Petrarca: "Ninguna cosa es firme: en este mismo instante eres arrebatado". Mi visión ha coincidido con la suya.

      Eliminar
  4. Discrepo. Creo que las novedades nos afectan e incluso nos molestan más a nosotros. Nos cuestan más de asimilar porque lo cotidiano se ha sentado durante muchas años.
    Para los niños todo es nuevo , y la novedad es la persistencia. Y creo que ese es el principal cambio en la mirada. También el entusiasmo y la emoción que nos acompañan y luego nos abandonan no sólo en la mirada.
    Abrazooo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es otra manera de verlo. Cada cual tiene sus vivencias y ha sacado sus consecuencias. No navegamos a cierta edad en entusiasmos pero no debemos de privarnos de satisfacer emociones.

      Eliminar
  5. Cuando la fascinación por lo nuevo, o la habilidad de sorprendernos, desaparece, ahí mismo comenzamos a dejar de ser, a morir.

    Saludos,
    J.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Probablemente. Aunque no tengamos grandes novedades o expectativas, y yo creo que las hay pero de otro carácter a las de la niñez o juventud y que hay que hacer frente, mantengamos cierto interés, hay motivos para ello.

      Eliminar
  6. Supongo, Fáckel, que, al igual que no se baña uno dos veces en el mismo río, tampoco se mira el mismo objeto dos veces de la misma manera.
    Salu2.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Y menos a lo largo de los años en que ni lo de fuera ni lo de dentro de nosotros es lo mismo. Salud y feliz día.

      Eliminar
  7. "Compruebas la huella nada más haber dado el paso. Aun sabiendo que no puedes detener tu andadura". És que el passat compta, i el futur també.
    "Porque las novedades se atesoran": com el primer amor?

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. El primer amor se atesora relativamente, durante un tiempo, hasta que el segundo tiene carta de creencia superior.

      Eliminar
  8. Modificamos o olhar, a percepção da Vida...Por vezes, a Vida abala-nos...e ficamos parados na incompreensão do Tempo.
    Interessante...
    Beijos e abraços
    Marta

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Somos unos incomprendidos por parte del Tiempo (lo digo con humor)

      Eliminar
  9. antes todo era mejor porque lo contemplabas con la pujante fuerza de la juventud... ahora todo tiene ese tono gris de las cosas demasiado usadas.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pero siemore hay algo por descubrir (con tintes menos grises, ¿no?)

      Eliminar
  10. Es la gran diferencia, aún manteniendo la mirada infantil, curiosa y abierta, con la edad la mirada puede mantener la curiosidad, pero uno es consciente de la finitud cercana.

    Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Y en ese sentido de las limitaciones. Pero siempre hay márgenes. Salud y un abrazo de nuevo.

      Eliminar