No hay más rostro que el interior. El exterior es una máscara. Una fisonomía a cuestas. Una sobrecubierta que sirve para identificaciones nominales. Para ser distinguidos en el rebaño. No vemos lo que hay dentro de nosotros mirándonos al espejo ni cara a cara con los otros. Por mucho que nos disfracemos no habrá verdad. La cara de circunstancias que ponemos ante lo externo es la identidad aparente. Sirve para ser admitidos en ese naufragio llamado convivencia. ¿Hasta qué punto nos representa el juego que nos traemos para cumplir con los objetivos de supervivencia? Mas en el silencio de cada uno no hay imagen sino el bullicio de los sentidos. Donde la palabra introduce el índice y el corazón para comprobar si sentir y emocionarnos nos dotan de esencia. Afuera todo está revuelto, inseguro, indefinible, incierto. Se nos empuja a reconocernos en lo otro y en los otros. Vacilantes sobrellevamos el día a día. Crédulos de un sentido ascendente de la historia que suele quebrar. El camino ascendente es una quimera. Confuso y peligroso es vivir en una quiebra continua. Peor ignorar que esta existe, cual falla sísmica del acontecer. Habitamos burbujas tenidas ingenuamente por fortalezas. Pero las balsas de aceite pueden trocar en llanos en llamas. Cada nuevo tiempo nos pone a prueba, incluso arriesgamos el derribo de la casa interior que creíamos a salvo. Entonces nos exigiremos levantar otra morada. Deberemos exponernos y convendrá no perder la orientación. Si llegamos a tiempo.
* Escultura de Otto Freundlich destruida por el nazismo acusada de arte degenerado.
Dicen que "la cara es el espejo del alma", yo tampoco lo creo.
ResponderEliminarTodas las caras tienen careta. Incluso cuando ponen rictus tristones. El dolor y la alegría no siempre son correspondidos auténticamente.
EliminarCoincido con Brines, es un poeta que me gusta mucho.
ResponderEliminarSaludos
Es extraordinario, me alegra compartir gustos y saberes. Qué bien que hayas podido comentar, ya me dirás del paseante.
EliminarMirad, no tengo rostro, lo que exhibo es la cara del instante.
ResponderEliminarSaludos.
Exacto, exacto.
EliminarA vida é um risco... e temos que arriscar, enfrentando-a ou então, apenas sobrevivemos na sombra....
ResponderEliminarBeijos e abraços
Marta
Arriesgamos por inercia, por el simple hecho biológico de sobrevivir, hasta que nos abandone la sombra.
Eliminar