Manuel Vilariño susurra en su Ruinas al despertar:
"En la campana de la noche
hay un búho dormido
una llama
ceniza
nada"
Sigo vivo. Primera persona del tiempo verbal. Entre pensamiento y palabra que se va haciendo. Un brinco al abrir los ojos después de un sueño pesado que no terminaba nunca.
Sigues vivo. Segunda persona del tiempo verbal. Las palabras han construido una frase. Es una comprobación que parece hacer otro por ti.
El presente de indicativo funciona al despertar. Ya no te sorprendes de que te despiertes con dos voces. Porque siempre piensas y te expresas con dos voces.
Hay un hogar en el instante preciso, repentino o lento, en que abandonas el sueño. Fugaz pero firme. Mas el día por delante será otro día de combate contra la confusión de las palabras.
Quisieras ser el búho que ulula desde el tronco del árbol, te dicen.
Quisiera ser el ulular mismo, sin forma ni peligro, te dices.
*Fotografía de Sakiko Nomura.
Esse momento em que não sabemos se estamos ainda a sonhar ou já acordados...
ResponderEliminarE, podemos continuar a sonhar apesar do rigor do dia...
Ajuda-nos a enfrentar... porque estamos vivos...
Beijos e abraços
Marta
¿No es lo primero que nos viene a la mente consciente o al subconsciente? Estar y seguir. Obrigado.
EliminarA menudo necesitamos reivindicar que seguimos vivos, aunque no vivamos la vida.
ResponderEliminarEl despertar siempre se produce con esas dos palabras, con mayor o menor ironía.
EliminarMe ha encantado este texto tan cuidado y amalgamado con los maravillosos versos de este gran artista polifacético que tanto admiro, y esa fotografía del hombre japonés que nos mira como sólo saben hacer los japoneses retratados con ciudad ceniza nada.
ResponderEliminarEl despertar tiene tanto de cuenta adelante como de cuenta atrás.
ResponderEliminarAnder
Pues es verdad, Ander.
EliminarSeguir vivo parece tan normal que nunca lo tenemos en cuenta... hasta que comprendemos lo raro que es y ya es tarde para remediarlo.
ResponderEliminarLa normalidad cotidiana nos hace olvidar que vivir es algo extraordinario. Despertar debería ser todos los días una especie de punto de inflexión ética.
EliminarDecir "sigo vivo" no tiene alternativa, pues no podremos decir: "estoy muerto"...
ResponderEliminarLa alternativa en este caso es el silencio definitivo. No más conjugaciones del verbo.
EliminarO, en mi caso, "estoy muerta".
ResponderEliminarEl mismo efecto.
EliminarQuizás el ulular, buscando ser oído, es la voz que indica estar muerto.
ResponderEliminarO como una prolongación de la vida en otro cuerpo, quién sabe.
EliminarFáckel:
ResponderEliminarmuy bueno eso de despertarse en presente de indicativo. Según el día o los sueños, me despierto en pluscuamperfecto o en futuro de subjuntivo o incluso en participio pasado.¡Será por conjugaciones!
Muy bueno.
Salu2.
Nosotros somos las conjugaciones verbales. Sin nosotros ellas no existirían.
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