"Desde hace algunos años practico a mi manera el arte de lo poco. Trato de transformar la pasividad en acción. Camino menos, pero miro mejor. A falta de actuar, pienso. Ya no doy brincos con las piernas. sino con la mirada. Me gustaría transformar los déficits en cualidades; al dejar de ser actor, convertirme en un espectador privilegiado".
Esto lo dice Pierre Sansot en su El buen uso de la lentitud.
¿Contemplar, para qué? Sería una mala pregunta si se buscara solamente la utilidad de lo concreto. Lo concreto pide mirar, sobre todo, pragmáticamente. Puede estar dotada la mirada de observación, de interrogaciones acerca de lo observado e incluso de conclusiones. Esto último supondría algo así como: ¿qué puedo yo sacar de provecho, es decir de utilidad y beneficio, al centrar mi mente en un objeto? Tal vez atraer el objeto hacia mi interés. También algo así como: ¿de qué manera apropiarme del objeto me hace mejor, es decir, más rico, más sabio, más reconocido?
No solo tratamos de situar la visión en objetos del entorno. También en los que se hallan perdidos en el tiempo para siempre, y los hemos objetivizado. Los recuerdos, por ejemplo. También en los que deambulan con agitación tras lo no alcanzado. Los deseos, por ejemplo. Pero contemplar es otra cosa. Debe serlo, me dice ese ser diminuto y escondido que trata a cada momento de dividir, por mi bien dice, mi conciencia. ¿Cuántas veces pensamos: quiero contemplar para curarme, para descansar, para abstraerme del mundo y de mí mismo, para saber lo que doy de mí sin condicionamientos de lo inmediato?
Contemplar olvidando que el tiempo sea objeto de contemplación. ¿Será la contemplación un estar en Babia? ¿Y qué si lo es?
*Imagen del filme Mulholland Drive.
Hay una palabra de mal traducir de catalán a castellano: BADAR (distraerse) válida para este escrito, pero no es lo mismo
ResponderEliminarBueno, en el colegio estar distraído y estar en Babia era sinónimos.
EliminarDejarse llevar por la vida, por los actos, por el ruido, no intervenir, ser espectadores de nuestras vidas.. No parece mala idea, estar en babia, sí, en eso pensaba.
ResponderEliminarNo sabemos ser espectadores si hoy acción en nuestras vidas, y el precio de esa acción es muy vertiginoso.
EliminarContemplar, siempre. Es lo primero que deberíamos hacer siempre antes de cualquier acción, durante cualquier acción y después de cualquier acción.
ResponderEliminarSi al menos reflexionáramos en cada fase...
EliminarA los que están en Babia o en las musarañas se les expulsa a las tinieblas exteriores.
ResponderEliminarAnder.
Siempre, Ander, siempre, y se les crea complejos, aunque hay tipos así con una peculiar fortaleza interior.
Eliminar¿Contemplar? Podemos contemplar nuestro entorno con la indiferencia de quien mira distraído la televisión, pero también podemos mirar la vida que discurre a nuestro alrededor, las personas que nos cruzamos, imaginar quienes son y que están haciendo ahí, imaginar como son sus vidas, si alguien las espera al llegar a casa o si encontrarán una casa vacía. A eso se le llama ser voyeur.
ResponderEliminarPrecisamente hay un texto cercano sobre eso del voyeur, te lo paso por si eso
Eliminarhttps://lasilladek.blogspot.com/2025/02/el-voyeur-imprudente-de-andre-louis.html
Si entendemos "estar en Babia" como lo entendemos por aquí abajo, que más o menos es estar apollardao, no podríamos entender que es similar a la contemplación que es algo que se mira con atención. Opinión personal.
ResponderEliminarPor ahí abajo se lleva lo de estar por los cerros de Úbeda, ¿no? Aunque también por aquí se ha utilizado siempre esta expresión, independientemente de las geografías. Por cierto sabrás que Babia está en León.
EliminarLeo en la gran enciclopedia universal Wiki que fué el genial Quevedo el que utilizo una de las primeras veces esta expresión.
EliminarPor eso mismo, por ser genial, yo me río hasta de las poesías que tiene de mi ciudad, que son satíricas y brutas, pero me encantan.
EliminarContemplar no es sinónimo de inactividad, pues la mente, muchas veces, contemplando, está más que activa. Me has hecho recordar a la vida contemplativa de algunas órdenes religiosas. Yo prefiero Ora et labora, eso sí.
ResponderEliminarUn abrazo.
No es inactividad interior, es o puede ser inactividad respecto a la relación del individuo con sus obligaciones, relaciones, etc., es decir frente a esa vorágine en la que todos nos movemos. Sobre la vida contemplativa clerical habría que hablar mucho.
EliminarYo prefiero tolle, lege, y no soy ningún agustiniano.
EliminarLeyendo esta publicación me vino a la memoria la vida del naturalista anglo argentino William Hudson, considerado a sí mismo como un vago, un ocioso empedernido por dedicarse a la gran pasión de la observación, la contemplación y el estudio de los pájaros. Esta ciencia sólo puede desarrollarse así, contemplando horas escondido entre matorrales a los fascinantes alados.
ResponderEliminarAsí pasó Hudson toda su vida observando en las pampas y la Patagonia Argentina toda la vida que esas inmensas tierra le ofrecían.
De esa "vagancia" nacieron cantidades de libros que al día de hoy nos siguen enamorando y fascinado.
Qué viva esta práctica y el estar en Babia!
Quién pudiera, ¿no? Pero ¿podemos acaso o ya vamos tarde?
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