Qué buscamos mientras soñamos a quiénes
se nos brinda la oportunidad
de recuperar en su plenitud tangible
me pregunto si perseguimos lo mismo de lo que huimos
o si nos damos a la fuga de una perpetua persecución
donde se disuelven las voluntades y los deseos
sin embargo en los sueños nada alcanzamos
que no hayamos antes perdido y nada obtenemos
que no esté a nuestro alcance palmario
en los días contados donde lo visible se oculta
donde lo recóndito se revela como un don
y al alargar la mano se nos escapa
con la presteza y la fragilidad de lo acuoso
imprudente y aciaga esta disparatada condición nuestra
que lo más obvio no sabe interpretar
cuya salida no encuentra siquiera en su cenital nitidez
desasosegados por las fuerzas que tiran en direcciones opuestas
mutilados por la incapacidad de prevenir a tiempo
el modo de no perecer al hostigamiento
al que nos someten las bestias insurrectas
*Ilustración de Liliana Inés González
Alguien dijo que los sueños sueños son..., pero las realidades no son sueños y hay que estar ojos avizor procurando no equivocarse con las dicisiones que se tomen.
ResponderEliminarY no solo en términos personales, porque las colectivas...qué difíciles son de tomar, de coincidir y de acertar, y en ellas nos va lo individual también.
EliminarSoñar despiertos o dormidos es lo mejor de nuestra existencia.
ResponderEliminarAunque aceptemos su engaño, desde luego.
Eliminarpues no sé decirte porque no me acuerdo de nada de lo que sueño, pero si tienes razón es una puñeta, porque aL soñar con slgo, suele ser algo inalcanzable.
ResponderEliminarAbrazooo
A veces un sueño estimulante activa nuestra voluntad (llamar a alguien, encontrarnos con esa persona, tomar una inciativa, poner en práctica un proyecto, retomar una conducta...etc.)
EliminarSeguramente nos sentimos más hostigados de la cuenta y no precisamente en los sueños sino en eso que dices los días palmarios, tan evidentes pero que se nos van de entre las manos entre dudas y temores y sobre todo indecisiones.
ResponderEliminarAnder
Sí, la misma claridad de los días -en toda su dimensión incluso colectiva- no siempre la percibimos como tal, actuamos cegatos, se nos brinda la oportunidad de entendimiento y de corregir rumbos, y sin embargo, para nuestro perjuicio, la ignoramos. Y precisamente lo palpable, que nos permite retener y aprovechar para nuestras vidas, se nos escapa una y otra vez. Estos pensamientos los proyecto a órbitas compartida, Ander, llámense políticas, de participación social, etc.
EliminarAquesta paradoxa: "me pregunto si perseguimos lo mismo de lo que huimos", m'arriba molt, no sé per què.
ResponderEliminarHay mucho de círculo vicioso en la vida.
EliminarLa huida es perpetua, aunque no lo sepamos, aunque no nos demos cuenta, aunque no hay refugio al que llegar o ya lo hayamos perdido.
ResponderEliminarSaludos,
J.
Perpetua, constante, inagotable. Tal vez es el sino.
EliminarNo me gusta la palabra "huida", prefiero la de "evasión". Para afrontar la realidad hay que practicarla des vez en cuando sin rehuir la obligación de buscar soluciones.
ResponderEliminarSaludos cordiales
Supongo que son matices y significados diferentes. Pero hay tanta gente que vive en una constante evasión sin que afronte la búsqueda de soluciones...También hay huídas hacia adelante, que nunca resuelven las situaciones y dejan sin cerrar viejas heridas. En fin, ya digo, matices.
EliminarFáckel:
ResponderEliminarno estoy de acuerdo con esta idea:
"y nada obtenemos
que no esté a nuestro alcance palmario"
Hay cosas en los sueños que es imposible obtener. ¡Ojalá!
Salu2.
Hay muchas cosas ante nuestros ojos que podemos disfrutar y agarrar para beneficio propio, incluso de índole intelectual (o sobre todo), y no sabemos tomarlas a tiempo, y mientras nios entregamos a sueños que no controlamos.
EliminarNo perecer en el intento de vivir. Aunque sepamos que a la larga, no lo lograremos.
ResponderEliminarObviamente, Neo, nada de perecer por las buenas. Si hay intento de vivir, se vive. Los objetivos -siempre parciales y pasajeros- nos entretienen. Y ya sabemos que nadie escapa de un límite. Lamentablemente el problema es que vivir es también carrera de obstáculos de diversa índole, y hay que sortearlos.
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