¿Volverías conmigo alguna vez a las ramas
por las que saltábamos en un juego intrépido
aborígenes ansiosos de los mejores días?
Tal vez nos aguarden aún entre su fronda
aquellos deleitosos frutos que nos alimentaron
compensándonos del acíbar de las entrañas yermas.
Si la cosecha está en su ajustada madurez
y se nos brinda la ventura de sus apetecibles sabores
¿por qué dejar que se pudra?
Lamentablemente, andamos por las ramas en un sentido muy diferente al sugerido por el poema. Ya decía un poeta que la poesía sirve para informar de nuestras negligencias.
ResponderEliminarSaludos.
¿La poesía nos avisa del rumbo? Pues no sé muchos se percatan de ello.
EliminarIgual sería mejor hacer caso a Neil Postman. Divirtámonos hasta morir.
EliminarLa expresión es myuy afortunada, aunque no sea fácil llevarla a cabo permanentemente. No sabía de Neil Postman.
EliminarCierto...no hay que dejar pasar el tren. Posiblemente no haya otro.
ResponderEliminarSalut
Hay trenes que estánn en víamuerta hace tiempo; la memoria aún funciona, la nostalgia nutre.
Eliminarcomamos!
ResponderEliminarHabrá que decir con el polifonista Juan del Encina: "Oy comamos y bebamos y cantemos y holguemos, que mañana ayunaremos". Cada cual sabe de sus propias folganzas. Saludo, P.
EliminarLas ramas que no tomamos siempre parecen más verdes, fuertes y atractivas que aquellas por las que nos decantamos, ¿verdad?
ResponderEliminarNo necesariamente, tal vez se trate de otra cosa. Todo debe residir en que no somos planos, sino que estamos formados -nos vamos formando a lo largo del tiempo- de múltiples caras poligonales.
EliminarEso es cierto, el conocimiento acumulado, difumina, da un nuevo sentido a las decisiones del pasado.
EliminarAsí es, Beaus. El sentido no es únicamente el resultado de lo que fue sino de lo que pudo ser y de lo que aún anhelamos o añoramos.
Eliminar¿Se debe comer o probar todo lo que está al alcance?
ResponderEliminarSalu2, Fáckel.
No es fácil, ni siquiera en el mercado, aunque en este se nos vaya la vista tras tanta fruta y vegetal. Tampoco se debe, aunque muchas veces nos quedemos con ganas de catar.
EliminarVivir es lo mejor del mundo
ResponderEliminarestuve del otro lado dos veces :)
No más análisis odios o venganzas
él que mas sufre es el que las hace
felicidad
Pienso sobre todo en el que padece. Calma.
EliminarSer aborigen no es facil, hay que luchar por el suelo que pisas.
ResponderEliminarSaludos
Y sin embargo lo somos, y en cierto modo aún nómadas, aunque creamos disponer de espacio y tiempo. Saludo, Emilio.
EliminarCreo que siempre se intenta volver a esa ramas de frutos que nos conquistaron.
ResponderEliminarOjalá se pudiera siempre. Un abrazo, y feliz día.
Siempre queda el consuelo de disfrutar con el recuerdo, ¿no?
Eliminar☺olvidar lo que pasó y volver recordar la pasion
ResponderEliminarEs parte del relato de la vida.
EliminarMe ha gustado mucho este ejercicio, tanto como el segundo. Supongo que volvemos a esas ramas con frutos y saboreamos esos momentos dulces en nuestros sueños. Al despertar, la vida no es tan amable pero tal vez un poco de esa dulzura queda en nosotros, como recuerdo, y si el día no se tuerce en exceso nos puede acompañar a lo largo de la jornada.
ResponderEliminarBuen día!!
Y por caminos imprevistos e incluso desordenados. Buen día.
EliminarPrimera comentarte que me encanta la fotografía, la siento como una comunión de un anhelo en su realidad, no sé si me he explicado.
ResponderEliminarMe ha gustado la dulzura con la que relatas, Fackel.
Te había leído pero no te pude comentar, también estoy teniendo problemas con blogger
La fotografía es trucaje pero a la vez expresión buscada. Gracias, uno escribe con arreglo a sus propias visiones y sugerencias.
EliminarY sí, hay problemas con bloggers y navegadores. Estamos a su merced.
La tercera estrofa!
ResponderEliminarY la pregunta sigue en vigor.
EliminarLo que no vivimos hoy no nos esperará. Si hay un tren que queremos tomar... a por él. Los trenes no esperan a los procrastinadores.
ResponderEliminarHay mucha belleza en tu texto. También nostalgia.
Hay trenes que llevan a vías muertas; hay rutas que se pierden para siempre y otras que se recuperan.
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